Capítulo 25.

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Llegamos a un lujoso bar, el cual estaba lleno de gente, que al parecer, sabía de la existencia de los chicos, pues los comenzaron a saludar una vez abajo del auto. Recibí miles de saludos de "feliz cumpleaños" de gente que ni conocía, pero les agradecía en una sincera sonrisa. Entramos en total calma, y aún de la mano con Niall, provocando que sus amigos preguntaran cosas como "¿es tu novia?" o "qué guapa tu amiga", logrando que me ruborizara más de lo que estaba. Las luces eran increíbles, el ambiente era cálido y era amplio, así que no era necesario andar chocando con las demás personas.

-¿Y qué es esto?-exclamé en el oído de Niall por producto del gran ruido.

-Feliz cumpleaños-dijo en el mismo tono.

-¿Esto es para mí?-mis ojos comenzaron a acuarse.

-¡Claro que lo es!-rió.

-¡Por Dios, gracias, Niall, eres el mejor!-me aferré a su cuello y me acurruqué en él.

-No agradezcas, princesa. Te mereces ésto y mucho más-susurró a mi oído mientras entrelazaba sus manos en mi cintura.

Me relajaba tanto el hecho de estar junto a él, de que sea mío, tan sólo mío, de poder poseer esos labios y admirar esos celestes ojos que me mataban lentamente. Mis ojos estaban completamente sellados y mis latidos iban cada vez más rápido con el hecho de que Niall me respirara justo en el cuello.

-¿Podemos hablar?-un chico palmeó mi hombro.

Volteé hacia él, viendo a nada más ni nada menos, que Harry. Miré al rubio, luego al rizado y terminé aceptando la petición de Harry, sin antes besar a Niall y decirle que todo estaría bien. Sonreí de medio lado antes de caminar a su lado, hasta llegar al patio trasero del bar, en donde no volaba ni una gaviota. El viento húmedo golpeaba mis piernas, ocasionando que comenzara a temblar. Nos sentamos en una banca al final del patio y, sin siquiera preguntarme, posó su saco en mis piernas. Dejé de temblar en el acto; sólo atiné a mirarlo, y noté cómo una sonrisa de medio lado aparecía en su rostro, dejándome ver esa adorable margarita.

-¿Qué ocurre?-pregunté al fin.

-La verdad, no mucho. Sólo quería...-suspiró-. Pedirte una disculpa. Realmente me porté horrible contigo. No debí decir esas cosas ni hacer nada. Yo sabía que yo no te gustaba, pero... no sé qué me ocurrió. ¿Podrías algún día perdonarme? No te forzaré a que seamos amigos, sólo no quiero mala onda entre nosotros.

Me quedé en silencio un momento. No sabía qué responderle. Jamás fui de hacerle la ley del hielo a los demás, por lo que no me costó tanto asentir en una sonrisa y aceptar sus disculpas.

-Con una condición-reí.

-La que sea.

-Si tú me disculpas por esa bofetada del otro día.

-¡Claro!-se carcajeó.

-¿Amigos?-mordí temerosa mi labio inferior.

-Amigos-besó fugazmente mi mejilla, ocasionando que quedara perpleja, sin embargo, sólo sonreí, pues tenía la seguridad de que no tenía otras intenciones conmigo.

-Entonces...-musitó-. ¿Qué onda con Nialler?

-Oh...-bajé la vista-. ¿Qué onda de qué?

-¿Se gustan?

-Sí.

-¿Se besaron?

-Sí.

-¿Lo amas?

-Con todo mi corazón-suspiré.

-¿Sabes?-lo miré-. Niall es un chico débil. Jamás se mostrará así, pero lo es. Lo que menos quiero es que lo lastimes. Él merece todo el amor del mundo, al igual que tú. Ustedes son realmente iguales, y eso los hace verse hermosos como novios...

-No somos novios-susurré en una risita.

-¿¡No lo son?!-exclamó abriendo sus ojos más de lo normal sin quitar la sonrisa de su rostro, el cual cubrió segundos después-. Niall, Niall, Niall... por dios, es un chico realmente lento...

"Ni tanto...", pensé de inmediato, recordando la maravillosa noche en donde me había entregado por completo a él.

-... Debes tener paciencia-continuó-. Tarde o temprano te pedirá ser su novia, luego su esposa y formarán una familia hermosa, ¿sí?

-Eso espero. Él es mi vida. No necesito un título para amarlo como lo hago ahora.

-Bien dicho-rió-. Pero no dudes en que lo hará. Algún día tu nombre será ________ de Horan...

_________ de Horan. Sonaba realmente hermoso. Esperaba que así fuera; que mi apellido desapareciera por producto del suyo. Que fuera él el único hombre que pudiera tenerme, y yo ser la única mujer que pudiera besarlo. Yo lo amaba más que a nada. No quería alejarme de él. Nunca.

-Gracias-susurré.

-¿Ugh?-buscó mis ojos.

-Gracias por aguantarme algunos de mis humores y aún así querer ser mi amigo.

-Sé que eres una persona maravillosa. Ni la más terrible pelea me ocultará tu sentido del humor, tu simpatía y tus hermosos ojos.

-Gracias, Harry... de verdad, muchas gracias, amigo.

-Gracias a ti por aceptarme como tal y por hacer feliz al chico más dulce del mundo, al más irlandés y al más rubio. Gracias por aparecer en nuestras vidas, cumpleañera.

Honey Kisses |horan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora