El último vagon

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El granizo avanzaba de forma bestial, como una embestida feroz, pobre mí techo. Ni loco saldria a buscar algo de beber, las pequeñas piedras golpeaban como una masacre o tiroteo como le dicen en Estados Unidos.

Las últimas semanas han sido de pura lluvia, niebla dudosa, olvido mutuo y unos feroces relámpagos que hacían que uno más temblará de su fuerza eléctrica. -"carajo"- . La luz se corta por milésima vez está semana, parece que tendré que comer comida helada una vez más.., la televisión suena "más lluvia está semana" que mal..,

Mientras ponía la comida en la mesa, recojo la caja enfrente mío para ponerla en mejor poción para mañana, pensé que serían unas vacaciones pero realmente me mudare para conseguir mejor vida, este pueblo, con vías abandonadas y cubiertas de fango ya no llamaba, hace unos días me habían despedido de mí empleo de ferrocarril, no fue mí culpa según ellos, ya nadie necesitaba esa vieja máquina, ni mí servicio . En este lugar ya ni tengo como vivir.

Comenzaría en otro lugar, una vida mejor, recuerdos nuevos..., sentía nostalgia cada vez que comía cerca de una pintura de una señora perro como la mona Lisa, una vez por mis llamas le prendí fuego por eso está casi quemada.

Esperaba poder comer mejor lejos de aquí, estoy cansado, he tirado mí uniforme viejo, algo que me parecía raro, con ese uniforme conocí a una vieja anciana, ese viaje fue extraño,pero aún tenía la foto de nosotros dos, ese día ella me lleno de información sobre aquel lugar inundado, ese sitio ya no existe como ella, iría a visitar su tumba a dejar flores antes de irme, gracias a ella he sentido algo diferente en esta cuidad, que a veses los valles más hermosos se llenan de agua cuando no queda nadie para estar.

El sol hace iluminar mis llamas, siempre en donde me crié era raro ver a alguien cuya cabeza puede destrozar un bosque entero, pero me sentía orgulloso.

Deje flores en la tumba de la oveja mientras me alejo con respeto, el viaje era largo estaría cargo de ser un mesero en un tren de larga distancia, sería como un azafato, con dinero pero sin tiempo para nadie, siempre viajando nunca quedándome en un lugar para disfrutar compañía solo yo, unos chicos que cambian de pocision y el paisaje.

Esa sería mí vida desde ahora.











the Marguerite tramDonde viven las historias. Descúbrelo ahora