Jimin, tierno y un gran soñador, fué secuestrado y encerrado en una habitación sin mucha luz, sin comida, nada, lo único que tenía era a un chico frío y directo que estaba en la habitación de al lado. Ambos, a medida que pasa el tiempo, empezarán a...
Jimin abrió lentamente los ojos y se sentó quejándose del dolor que tenía en todo el cuerpo, se sentía como si lo hubiera atropellado un auto y lo rematara con un camión. Cuando se fue acostumbrando un poco analizó el lugar en donde se encontraba... Era como una habitación cuadrada totalmente cerrada, solo había una pequeña ventana arriba en una esquina de la pared, no había cama, estaba sentado en una frazada, por lo menos tenía una almohada.
Se levantó y se agarró la cabeza cuando un mareo apareció de repente, se dirigió a la puerta tratando de abrirla pero era obvio que no se podía, de la desesperación empezó a golpearla y patearla gritando que lo sacaran de ahí.
Cuando se rindió se deslizó quedando sentado llevando sus rodillas a su pecho llorando por el miedo que tenía.
Suspiró pesado y fue hacia lo que sería su cama y se apoyó en la pared cerrando sus ojos.
se encontraba sentado en un banco del parque esperando a taehyung quien prometió juntarse ese día ya que pasaron muchos años desde que no se ven. cuando escuchó su grito a lo lejos se dió la vuelta y sonrió a lo grande, se levantó y dió unos pasos al verlo correr hacia el lugar en donde se encontraba, extendió un poco los brazos para abrazarlo.
pero no fue así, su sonrisa desapareció cuando taehyung paso por su lado, lo siguió con la mirada y vio como abrazaba a jungkook, su pareja. Él sin entender le tocó el hombro llamando su atención.
— ¿t-taehyung? — preguntó jimin con tristeza. su amigo, quien pareció escucharlo se dio vuelta para mirarlo y dió una media sonrisa.
— oh hola, ¿necesita algo?
Y ahí todo en el se derrumbó, sus lágrimas cayeron por sus mejillas, los jóvenes que seguían ahí presentes lo miraron confundidos hasta que taehyung soltó un a pequeña risa. ¿que era lo que estaba pasando? esto no tiene sentido.
— eres jimin ¿verdad? — el asintió despacio. — vaya no te había reconocido, estas más... grande ¿no? — ríe.
—¿q-que?
— Eres raro, bien, si no necesitas nada, me retiro, nos vemos.
y así fué, lo despidió con su mano derecha para irse con su pareja dejándolo confundido y dolido, no quería perder a nadie más, menos quería perderlo a el, quien fue y es su único amigo cercano y en quien más confiaba. ¿por que no lo recordaba?
se asustó al ver aparecer a las personas que lo lastimaron cuando era joven, empezó a temblar cuando escuchó sus risas, las rodillas tocaron el suelo. le empezaron a señalar y a decir cosas que no se podían entender.
— D-detenganse... — Colocó sus manos en sus oídos para no poder escuchar — Porfavor... ¡Basta!
Se levantó de golpe con la respiración agitada, sudando y con lágrimas gruesas cayendo. ¿Que fue todo eso? Es la primera vez que sueña algo así, ¿porque ahora? Vió a su alrededor que estaba todo oscuro, no podía ver nada, quería salir de ahí, tenía miedo. Ni siquiera sabía por que estaba en aquel lugar.
Se exaltó al escuchar pasos y voces fuera de la habitación.
— Hola Jiminie... — Su voz era realmente escalofriante. — ¿Ya estas muerto? Ni pasó un día de que estas aquí. — Da una carcajada y el menor se abraza así mismo. — ¡Respónde!
— ¿Q-quién eres y p-por qué estoy aquí?
— Entonces sigues vivo. — Ríe. — Se te acabó el tiempo pequeño.
— ¿A que te refieres?
— La deuda. — Al escuchar eso abre los ojos sorprendido y asustado.
— P-pero faltaba una semana...
— Si, pero como me aburrí de esperar te traje a este lugar, así va a ser más divertido. Nos vemos mañana, estoy seguro de que el regalo que te voy a dar te va a gustar. — Lo último que escuchó fue su risa y pasos alejándose. ¿Cómo? ¿porque le estaba pasando eso a él? Ojalá y todo eso fuera una horrible pesadilla.
Volvió a cerrar los ojos, el pensaba que si dormía y luego despertaba aparecería en su casa para hacer la misma rutina de siempre. No quería dormir ya que no deseaba que llegara mañana. Pero estaba demasiado cansado a los segundos su cuerpo lo traicionó, se quedó profundamente dormido.
Tres horas pasaron y Jimin despertó con una sonrisa, no era momento para hacerlo pero su sueño pareció bastante real. Era el bailando y riendo en la orilla del mar junto al amanecer con una persona a la que no le pudo ver la cara ya que ésta estaba borrosa, estaban vestidos con un traje blanco. Fué muy bonito.
Se aleja abruptamente al escuchar tres golpes en la pared. Creo que su cabeza ya le está jugando malas pasadas, ahora imagina cosas. Pero al ser una persona curiosa, se acercó a ésta y le dió dos golpes, pero al no escuchar nada pensó que realmente fue su imaginación.
Se iba a alejar pero cuando lo vuelve a escuchar mira confundido hacia esa parte de la pared, capaz era una persona — que era lo más lógico — y no su mente.
— ¿H-hola?... — Tres golpes se escuchó. — ¿Tampoco puedes salir? — Que clase de pregunta es esa, es obvio que no, pero estaba muy nervioso y no sabía que decir.
— No, estoy afuera disfrutando de la vida mientras alegre pego saltos de felicidad...
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. . . . . . . ¡Hola!
Espero que les haya gustado.
Esta historia puede que sea un poco lenta al principio ya que recién están empezando a presentarse y a contar su vida.
Prometo no hacerlo tan pesado.
He dicho que los capítulos iban a hacer más largos pero mi imaginación se esta yendo lentamente.
Avísenme si hay algún error ya que suelo escribir rápido y me olvido de corregirlo :).
