𝘛𝘩𝘦 𝘤𝘰𝘧𝘧𝘪𝘯 𝘰𝘧 𝘛𝘩𝘰𝘮𝘢𝘴 𝘢𝘯𝘥 𝘛𝘰𝘥𝘥.

acto 𝙸𝙸𝙸

—Bien...¿qué necesitamos para el ritual?— miró a Tom

—Emm...¿velas? En las películas de exorcismos y esas cosas siempre hay—dijo Tom—Y quién sabe, el sacrificio ya está, las velas creo que están por allí, entonces...¿creo que es todo? Supongo. Puedes remarcar las líneas de la estrella con sangre, si quieres—agregó—

—Mhm—lo escuchó—Buena opción, eh—le dijo—

Yo busqué cinco velas y un encendedor. El cuerpo lo moví al centro de la estrella y remarqué unas partes para que se viera mejor. Creo que no hace falta decir que fue lo más asqueroso que hice.

—Bien, bien, nada mal—miró un poco—So...¿cómo hacemos para que el segurata venga hasta acá?—

—Pues, fácil, mi querido amigo...—sacó el walki-talkie del guardia ya muerto—Podríamos convencer a nuestra..."amiga" para que nos de una mano.—hizo las comillas cuando dijo la palabra "amiga"

—Adivino. ¿Irémos a amenazarla para decirle que el guardia venga hasta acá?—

—Exacto. Esa cabecita si que sirve de algo, ¿no?—rió

—suspira—Bueno, qué más da...vamos, lleva un cuchillo o algo si intenta hacer algo malo—saca el cuchillo de carnicero que usó—

—¡Oye, esa es para mí!—

—Quién la encuentra, se la queda.—

︶꒷꒦⋆✿⋆꒦꒷︶

Los dos estábamos en la escalera para ir al cuarto 302. Al llegar entrámos y le pedimos por las buenas.

—¿Otra vez ustedes dos aquí? ¡lárguense!—

—Opa, que está agresiva. Bueno...venímos a pedirte un pequeñísimo sabor...—habló Tord—Pues...¿serías tan amable de pedirle a un guardia que vaya a la habitación 405?—

—Agh, ¿para qué? Váyanse antes de que llame a un guardia—

—suspira—Pues, por las malas será—le hizo unas señas a Tom para que vaya—

Tom corrió rápido detrás de la chica y puso el cuchillo en su cuello en la cabeza de la contraria. Ella no se esperaría eso, ¿a que no? Pues, ella se notaba nerviosa. Miraba para todos lados viendo con qué carajo defenderse pero no tenía nada. Tom puso su brazo en el cuello. No tratando de asfixiarla pero si TRATANDO DE inmovilisarla

—Oh querida...te di una oportunidad. ¡Una hermosa y amable oportunidad! Pero que lástima que tengamos que hacer esto...ahora elige. O le dices al vigilante que vaya a ese cuarto o le dices que vaya a ese cuarto. No tienes otra opción, lamentablemente.—hace una pausa—Además, ni creas de que dejaré morir sin hacer lo que ya eh pedido.—

—¡O-ok!, ¡ok!, e-está bien...—

—Bien.—le acerca el walkie-talkie y lo prende—

—¿H-hola?—

—Habla el vigilante del segundo piso...¿eres la chica de la habitación del 302?—

—¡S-si! S-soy ella...emm...podrías ir a la habitación 405, ¿por favor? Es que me gustaría verte...—

—¿La 405? ¿Esa no la vigilaba alguien? Que raro...bueno, te veo en seguida—