Agente D. #PGP2024

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—Entre el poder y la inteligencia, ¿cuál es la esencia qué hace girar este mundo?

La pregunta sonaba sencilla, pero ya sabía que sus intenciones eran usar el cuestionario como una prueba psicológica para medir el intelecto y capacidad de novatos como nosotros. Además, hacer las respuestas públicas daba un grado de presión superior, al obligarnos a no copiar los argumentos usados por los demás.

—El poder es lo único que puede dar forma al mundo —respondió Azen sin dudar.

—¿Por qué? ¿Y qué pasa cuando tienes poder, pero no la inteligencia para usarlo?

—Con poder puedes manipular a otros para usar su inteligencia a tu favor, porque el poder es el centro del mundo —aseguró nuevamente.

Azen volvía a encontrar una respuesta acorde a la enseñanza que recibió, aunque probablemente no se dio cuenta, de que no había respondido la segunda pregunta. Unos segundos después era mi turno, la misma pregunta fue hecha por uno de los internos de grado superior al nuestro, no gesticulaba, no expresaba emociones y sobre todo no era un conocido.

—La información —respondí saliéndome por completo de las opciones.

—¿Por qué? ¿Y cuál es su relación con el poder y la inteligencia? —cambió la pregunta y levantó la mirada en mi dirección, antes solo estaba exhorto escribiendo el resultado de la prueba en su laptop.

—Porque sin información el poder es solo una carga y la inteligencia un recurso que otros tratarán de explotar a su favor —respondí apoyándome de la respuesta de Azen.

Podría haber dado una respuesta más compleja, pero hubiera sido incómodo. Mi único objetivo era quedar seleccionada como una más de entre muchos otros elegidos.

—¡Danica! ¿Qué fue esa respuesta? ¿No te eliminaran? Pareció que no entendiste nada —comentó Azen cuando volví a la fila con él y los demás.

—Bueno, aún falta la prueba física, será un reto. Esforcemos, pequeño ratón.

—No hay nada como un reto para sacar lo mejor de un hombre.

—Jajaja, ¿no querrás decir de un niño? —pregunté tratando de contenerme de reír delante de todos.

—¿Sabes? Solo porque nacieras en diciembre y, yo en febrero, no significa que seas un año mayor. Siguen siendo solo tres meses de diferencia —reclamó como de costumbre.

Era verdad que no tenía recuerdos tan vividos de mi vida pasada, pero no por eso dejaba de tener algunos hábitos de ella, ver a Azen como un niño, era uno de ellos. Mientras que otro, era el que me metería en ciertos problemas.

—No, ¿quién te dijo que dieras tiros de advertencia? —me llamó la atención uno de los instructores de la prueba.

La prueba física consistía en una simulación 3D con un objetivo vivo que llevaba un traje blindado y un casco que impedía el daño que pudiera recibir. La escena que me asignaron era una persecución, debía dispararle a mi objetivo en la cabeza o pecho, mientras corría por un almacén abandonado. Hice siete disparos en total, seis, alrededor de su silueta como advertencia y uno en su cabeza en el momento en que volteó e hizo el ademán de sacar un arma, disparé justo en medio de su casco, el lugar debía ser definitivamente la frente de mi objetivo.

En la academia de policías nos enseñan a dar tantos tiros de advertencia como fueran posibles, antes de disparar a matar, era un hábito que no había logrado controlar. No entendía porque lo tenía, mi cuerpo era diferente no debería responder así solo por mis recuerdos, pero cuando tomé el arma fue como si actuará automáticamente. Tener un arma en mis manos era tan familiar como sostener un bolígrafo en la escuela.

Aun así, no fue tan malo, debía cometer ese tipo de errores si no quería resaltar. La mayoría de novatos, ni siquiera sabían usar un arma y aunque el instructor pudo notar que disparé tiros de advertencia en lugar de fallar, podía discutir eso y nadie sospecharía que mentía.

—Solo fallé porque nunca había hecho esto antes, lo lamento —me excusé frente a todos.

—Lo que sea, no puedes gastar tantos tiros en un solo turno. Vuelve con los demás —respondió frunciendo el ceño y arqueando una ceja—. No parece que sea tu primera experiencia con un arma —añadió en voz baja cuando pase por su lado.

—Si las pistolas de agua cuentan, entonces tiene razón —respondí en su dirección e imitando su tono de voz.