Etapa 3: Negociación

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| Universo Alternativo
 
 

Eran al menos las once de la noche mientras Scourge arrastraba a un pobre cuerpo semi-consciente.

— Dios Prower, cuando te dije que te relajaras, no dije que lo hicieras tanto.

Tampoco esperaba que fuera más pesado de lo que se veía. Aunque claramente el estado en el que quedó Tails no ayudaba en nada, sus pies se arrastraban por el suelo y se sentía casi como un ancla, el par de colas que este poseía hacían más pesada la labor.

Pero ahí lo tenías; arrastrando el cuerpo borracho de uno de sus (ex) enemigos por pura lástima.

O bueno... Scourge probablemente se refleje en ese estado de depresión que cargaba el compañero del borrón azul, ese donde tocas fondo y haces cualquier cosa para olvidar en que metistes la pata o que te llegaron a hacer una vez, en el que crees que solo llegando al límite de lo que puedes soportar te sentirás mejor.

Le causaba conflicto, pero la mayor parte de él lo hacía porque veía al zorro como un desgraciado que necesitaba ánimos...

— ¿Cuantos vasos te tomastes?

Le pregunta, al ver que hasta llegó a enredar sus piernas como si de fideos se tratasen al intentar dar un paso.

— Hmm... ¿Una docena?

— ¡¿Doce vasos de sevillana seguidos?! —Exclama sorprendido. Pensando que el rubio se iba a moderar un poco.

— ¿O era más? —Le costaba recordar, su tono reflejaba el estado deplorable en el que estaba, sonando adormilado y torpe— No lo se, deje de contar hasta el doceavo vaso. Además... El vodka con juguito de naranja sabe increíble.

— ¡Carajo! Crei que eras el inteligente.

— ¿Tambien crees que soy... Atractivo? Pregunta sería.

Para Scourge una estupidez que soltaria cualquiera estando ebrio, porque para Miles si era una pregunta sería.

—  A ver ¿Donde queda tu casa?

— No quiero ir, señor Stark

— Mira niño, no podré estar tan pendiente de ti si algún imbécil quiere hacer de la suyas. Lo mejor para ti es volver a casa y más en ese estado.

Sinceramente tampoco tenía necesidad, pero descubrir que uno de los “héroes bondadosos” era divertido cuando no lo veía su hermano mayor no fue tan malo.

Además, que cualquiera que pone en su lugar a Drago (aunque también peque de coqueto y sin vergüenza) merece su respeto.

Lo malo es tenerlo ebrio.

— Que no soy un niño.

— Pues te estás comportando como uno.

— Claro que... —el mismo se interrumpe al soltar un eructo— ¡Claro que no!

— ¡Prower! —Elevo la voz, ya harto de esta conversación que no lleva a nada—  ¡¿Donde carajos esta tu puta casa?!

— ¡Por ahí! —él también le grita, aunque sonó como un balbuceos quejumbroso.

— ¿“Por ahí” donde?

Buddy! ¿Estas bien?

Justo habían pasado en frente de un local de comida. Sonic estaba al rededor, y para suerte (de Tails) parecía estar solo.

De pronto se había soltado de él y “cae” hacia los brazos de Sonic con una gran sonrisa en su rostro. Obviamente este lo tomá para que no estampe la cara contra el suelo; se le vio aliviado, como el otro erizo estaba al encontrar un reemplazo.

las cinco etapas del rechazo · scourtailsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora