Etapa 2: Irá.

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| Universo Alternativo; Tails tiene 16 y los
  destructix sirven más como antihéroes,
  también se incluyen personajes de los IDW.

| TW: Mención al Alcohol y lenguaje mal sonante.




Paralelamente, Miles Prower llevaba un buen rato caminando por el pueblo en un intento de enfriar su cabeza.

La tarde comenzaba a caer, más no quería volver a casa por el momento haciendo que todo se tiñera de tonos cálidos. Mientras que su mente era un caos de pensamiento revuelto que comenzaban con un:

¿Por qué?

¿Por qué pasaba esto? ¿Por qué le molestaba tanto? ¿Por qué no pudo decirle lo que sentía antes de que llegará ese idiota? ¿Es por qué no soy interesante? ¿Por qué no soy atractivo?

No esperaba que su físico volviera a jugarle en contra, no solo por las colas de más, sino también por un su cuerpo infantil algo rechoncho. Por algo se iba con Amy a practicar boxing, hacer ejercicio y tener que tomar algunas cajas y piezas pesadas sin ayuda contribuyó a su "peso ideal".

Miraba de un lado a otro, la vida nocturna comenzaba a predominar en el pueblo y el cielo pasa de un cálido anaranjado a un tenue púrpura.

La música que logró oír a kilómetros captó su atención. Y al llegar más lejos se encontró con una casa repleta de gente.

Al carajo, ¿por que no?

En un abrir y cerrar de ojos había entrado. Como si estuviera en pilotó automático, solo se sentía atraído por la música tan alta que no se molestó en cuestionarse.

Tampoco en llevarse un vaso hasta el tope de cerveza y una rebanada de pizza.

Se de costo en una pared sintiéndose más miserable, viendo como había jóvenes comiéndose entre ambos... Era la típica fiesta de una película adolescente, llena de euforia y desenfreno, como si no le importaran nada de lo que estuviera pasando a su alrededor.

Mordió la pizza, también comenzó a vacilar con el vaso de plástico en su mano, mirando las ondas que hacia el líquido.

— Tal vez...

Alguien interrumpe si paz cuándo decidio hacerle compañia. Fue tan sorpresivo que le hizo derramar el alcohol en su sudadera, que por suerte era negra.

Gruñe claramente descontento, simplemente no estaba de humor para eso.

— Hola muñeco...

— ¿En serio? —Responde ante el inminente coqueteó del lobo, era solo unos centímetros más alto que él— ¿Acabas de derramar cerveza en mi prenda favorita y solo me vas a decir algo tan insípido como “hola muñeco”?

Le tira el vaso y logra salir del cuerpo fornido.

— Al menos ponte más creativo, lobi-

Pero no tardó tanto en ser agarrado de la muñeca para pegarlo a él.

— Precioso, soy Drago... Pero tu puedes llamarme el a-

Un rodillazo en la zona baja y un puñetazo en el rostro fue suficiente para quitárselo de ensima. Los presentes estaban curiosos al penal de que la mayoría dejo de hacer lo que estaban haciendo para ver qué sucedía con ellos dos.

las cinco etapas del rechazo · scourtailsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora