Etapa 4: depresión

203 29 83
                                    

| Alternative universe. Repito, Tails tiene 16 y hace cosas estúpidas de adolescentes.

 
 

Comenzó a soltar gruñidos apenas sintió la calidez de un diminuto rayo de sol chocar con sus párpados cerrados.

Quejándose, se cubre la cabeza con una almohada. Al pertenece a la familia de los caminos heredó la nariz aguda de sus primos los sabuesos, eso le hizo darse cuenta que esa no era su cama. Chaquea la lengua, recordó que anoche llevaba en su riñonera su teléfono celular, mas solo llevaba puesto el suéter con capucha.

— Mierda.

Maldice, Tails se sentó en la cama de inmediato. La migraña golpeo en el con tanta fuerza que podría dejarlo aturdido, y la sensación amarga en su boca no era el típico aliento matutino. La noche anterior era como una pintura abstracta; imágenes aleatorias mal dirigidas que no podía unirlas con un hilo conductor.

Comenzó a mirar de un lado a otro. Nada era suyo; ni esos posters maltratados de bandas y películas, ni la ropa sucia tirada en el suelo, ni algunos envoltorios de golosinas y comida chatarra.

Finalmente bajo su mirada. Scourge estaba tirado con una manta y una almohada, podía oir sus ronquidos poco ruidosos, estando en una posición poco cómoda. Probablemente se quedó ahí para que no hubiera malos entendidos, ya que parecía tener un par más de compañeros de cuarto que ocupaban las camas, aunque le hizo ruido que él haya decidido dormir en el suelo.

Suspiro, entre cansado y avergonzado:— Lo siento mucho.

Por más que eran recuerdos muy diluidos, sabía que no fué alguien facil de lidiar anoche.

Miles se levanta. Él mismo tomó al durmiente escabeche para acostarlo en su propia cama, supo que era suya porque el aroma que emanaba de Scourge era el mismo de la almohada. Lo coloca con cuidado de no despertarlo.

Tenía dos opciones: ser un individuo normal y salir por la puerta mientras probable sienta miradas juzgarlo o ser un completo loco y salir por la ventana sin decir nada.

— ¿Prower?

Estaba por poner en marcha la segunda idea cuando escucho que lo llamaban. Una de sus cola se le enreda en sus brazo; de alguna forma dejó de abrazar dicha almohada se enganchó a él, era consciente de que era absurdamente suave más no esperaba esto.

Scourge no de movia, solo lo miro como pudo en esa oscura habitación.

— Ya... —Tails responde muy bajito, con cuidado de no despertar al resto, pero apenado— Ya me iba.

— Nah, no tengo problema con que te quedes.

Le cedió un poco de espacio, Scourge estaba muy sereno como para ser alguien que durmió en el suelo.

— ¿Por que no te pones cómodo?

— No creo que pueda. —Dice— Digo, Sonic debe estar reventando el celular de mensajes y ya moleste lo suficientemente, debería irme.

Pero... No quería volver tampoco. Lo podías ver con morderse el labio, la mirada llena de inquietud y las pupilas temblorosas. Sabran los dioses que estupidez hizo para tener tan disparada su ansiedad.

Por otro lado, Scourge dio un jalon a la cola que sostenía en sus manos, obligándolo a sentarse.

— Aún es temprano. —Avisa— No te hará mal dormir un rato más.

No lo poda ver, pero Tails hizo una especie de mohín:—  Scourge...

— Dale. Además, te vez fatal.

las cinco etapas del rechazo · scourtailsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora