Los Hijos de la Rebelión

CUATRO

- ¡Enid, el mapa de Finisterra no es tan difícil de entender! – exclamó desesperado Eliot

- Eso lo dices tú, porque has vivido toda tu vida aquí, tengo 2 días en esta tierra y quieres que me aprenda todos los sitios de interés – respondí frustrada

- Eliot, creo que estás siendo demasiado duro con Enid – intervino Oliver

- ¡Gracias, hay alguien que lo alcanza a percibir! – exclamé con sarcasmo

Eliot caminaba de un lado a otro en la pequeña cocina del circo, mientras se pasaba las manos por el cabello como desesperado, y musitaba bastantes cosas en voz baja

- Enid – dejó escapar un gran suspiro – repasemos lo que hasta el momento sabes

- De acuerdo, hay tres continentes en Finisterra, Satania, Atlantia y Oz – respondí

- Ajá – hizo un ademán con la mano para que siguiera hablando

- Cada continente tiene una capital, la capital de Satania es Necrópolis, la capital de Atlantia es Celticland, y Oz es un continente que desde siempre ha tenido dos ciudades capitales, Ciudad Esmeralda y Suspiria – respondí

- ¡Perfecto, al menos ya sabes lo básico! – exclamó sarcásticamente Eliot

- ¿Qué más es lo que debo de saber? – pregunté con fastidio

- ¿En qué ciudad estás en este momento? – me cuestionó

- Estamos al Norte de Cadaveria – respondí

- Bien, ¿y por cuántas ciudades debemos de pasar antes de llegar a Necrópolis? – volvió a interrogarme

- Dos, Cadaveria y Gerdundula – le respondí con fastidio

- Bien, ¿cuántos días son para llegar a Necrópolis? –

- Estamos a medio día de Cadaveria, y de Cadaveria a Gerdundula es otro día, entonces ahí ya va día y medio, y de Gerdundula a Necrópolis son 4 días entonces, haciendo matemáticas son 5 días y medio a Necrópolis, pero contando el tiempo de acampar le sumaría otro medio día, entonces seis – respondí

- ¡Alabada sea Azaak, al fin lo entendiste! – exclamó Eliot

- Lo entendí desde un principio el camino hacia Necrópolis, pero tú me querías preguntar por la distancia de un continente a otro – contesté tajante

Tanto Oliver, Jaime y Julie comenzaron a reírse de la situación

- ¡No le encuentro lo divertido! – exclamó Eliot con enfado

- Hermano, es que es divertido verte interactuar con alguien más que no seamos los miembros de este circo, además Enid parece sacarte de tus casillas – exclamó Jaime entre risas

Yo solamente me reí por lo bajo, y me di cuenta de que era la primera vez que me reía desde que pasó la tragedia. Sentí como mis ojos comenzaban a acumular las lágrimas que no había derramado desde que mataron a mi hermano frente a mí, y por mucho que me quise contener las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, y el dolor en el pecho se hizo presente

Las risas del fondo por la discusión entre los hermanos pelirrojos cesaron cuando Oliver se dio cuenta de que me encontraba llorando

- ¡Hey, Hey, tranquila, todo va a estar bien! – me abrazó Oliver, cuando hizo esto las lágrimas brotaron con mayor velocidad, y todos los improperios que conocía salieron por mi boca sin ninguna restricción

Maldije a los hombres que mataron a mi hermano, maldije al destino, maldije a la suerte, maldije al Dios en el que creía, por arrebatarme todo lo que tenía.