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—¡Pues si no te gusta como me gano la vida puedes irte a la mierda!

Fue lo último que Katsuki había dicho antes de echar a Eijiro de su casa hace un par de semanas. Esa discusión fue tan grande que los vecinos tuvieron que llamar a la policía, ya que creían que alguien estaba en peligro.

Pero ahora, lo único que tenía en su cabeza era arrepentimiento, no debió botarlo así de la casa... No debió gritarle todas esas groserías... Pero principalmente, no debió terminar con todo lo que habían construido juntos.

Eijiro sabía en lo que se metía al aceptar salir con el rubio, sabía que no era fácil lidiar con su carácter, que en algún momento Katsuki explotaría.

Pero pese a sus advertencias el decidió seguir adelante, porque tenía fe en que algún día podría llegar a conquistar su corazón, y quizá, solo quizá lograría que cambie

Tras aquella discusión, Bakugo volvió a su trabajo habitual... El que había iniciado toda la discusión, el mismo trabajo que lo llevó a conocer a Eijiro.

Fue exactamente hace medio año que Kirishima había sido despedido, ese día estuvo tan deprimido que terminó emborrachándose en el bar de siempre

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Fue exactamente hace medio año que Kirishima había sido despedido, ese día estuvo tan deprimido que terminó emborrachándose en el bar de siempre.

—Cantinero sírvame otra copa —reclamo el pelirrojo, mientras golpeaba la barra del lugar —¡Rápido!

El trabajador, solo hizo lo que pidió sin importarle en lo más mínimo si el hombre estaba ebrio hasta las orejas.

—Veo que alguien tuvo un mal día... —habló un joven alto de cabello blanco acercándose a Kirishima —¿Tu mejor solución es vaciar tu billetera en alcohol?

—No te metas —respondió Kiri vaciando su vaso de un solo trago— me despidieron, y esto es lo mejor que puedo hacer ahora.

—Yo puedo enseñarte algo mejor...

—Si me ofreces drogas, te partiré la cara.

—Jajaja nada de eso, lo que yo tengo es mucho mejor que las drogas —el chico le dió una pequeña tarjeta negra, decorado con detalles rojos brillantes— pero te aseguro que también puedes hacerte adicto a ello.

Con la poca cordura que le quedaba, Eijiro pudo leer el contenido de esa tarjeta:

"Gay Burdel"
Haciendo realidad todas tus fantasías

¿Sexo? —consulto con burla el pelirrojo.

—El mejor que tendrás en tu vida, créeme cuando te digo que tengo a los mejores pasivos de toda la ciudad.

—Amigo, no creo que esto sea lo mío...

—¿Lo has probado? ¿Cómo sabes que no te gustará? —un pequeño silencio comenzó a crecer en esa conversación indicando el debate interno que tenía Kirishima— ya tienes mi número, llámame cuando lo hayas pensado.

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