Capítulo 02
La chica
Lo admito. Yo jamás le hubiera dado mi paraguas a nadie, o al menos no por completo, a cualquiera le hubiera ofrecido la posibilidad de compartirlo, claro, si ese alguien fuera normal, pero no estaba tratando con alguien normal, se trataba de la chica. Gracias a mi curiosidad por ella llegue tarde a mi entrenamiento ese día, como sanción tuve que hacer cincuenta abdominales y dar treinta vueltas al estadio, considerando que era la primera vez que llegaba tarde.
Por la mañana desperté con un dolor en la espalda y las piernas, debido al entrenamiento y al suculento baño que me di bajo la lluvia. Me frote los ojos antes de abandonar la cama e ir lo más perezosamente posible al baño, no tenía ganas de ir al colegio menos de dar la exposición de historia que tenía hoy.
-Carajo. LA EXPOSICIÓN. No he estudiado ni madres.- dije dando un respingo del susto. Como es que mi cerebro nunca recuerda este tipo de cosas sino hasta el ultimo momento.
Sera porque rara vez me prestas atención.
No tengo escapatoria, y si repruebo este parcial mi madre dejara de pagarme el entrenamiento. Mi hermana le echara porras a mi mamá, no puedo permitirlo, pero es que ¡Ugh!. Como pude olvidarlo.
Por más que le daba vueltas al asunto, no encontraba una salida, al menos no, hasta que mientras me lavaba los dientes, vi en el montón de ropa sucia el abrigo destellante de Emilia.
Pequeña víctima.
Rápidamente salí del baño y me dirigí asía mi balcón buscando con la mirada poder encontrarla aún en su habitación, pero me lleve una gran sorpresa al ver como tomaba algo de su cama y salía con todo y mochila de su habitación.
—¡Carajo!. Pero por qué se va tan temprano. Y fue entonces que recordé lo responsable que es esa chica, ella iba a tomar el primer bus de la mañana, el que sale extremadamente temprano, y para ser más exactos el que pasara en diez minutos por la parada, y yo sigo en pijama. Bajé la mirada hacía mi pantalón de cuadros y me los quite lo más rápido que pude. Debo admitir que rompí récor al vestirme, peinarme y arreglarme en menos de tres minutos. Bajé las escaleras lo más rápido que pude, más para mi suerte, mi hermana venía a la mitad de ellas con la camiseta sudada de lo mucho o poco que debió correr.
-Buenos días...¿No me digas que vas temprano a clases?. - dijo en cuanto me vio pasar a su lado.
-No entiendo de que te sorprendes....soy un hombre responsable.- le giñe un ojo sonriendo de costado y cerré la puerta.
Ayer corrí hasta el cansancio y tener que correr hoy otra vez, es una tortura, considerando que no estoy corriendo tras un balón, eso jamás es una tortura. Las piernas me empezaban a pesar, ni siquiera desayune, y la mochila estaba pesada. —Emilia, en tres minutos corres un maratón o que. —Por más que corría no lograba verla si , eso empezaba a frustrarme. Me detuve debajo de un gran árbol para tomar un pequeño respiro, apoye mis manos sobre mis rodillas, y cuando me disponía a volver a correr, alguien puso su mano sobre mi hombro.
-Pense que no te alcanzaría nunca.- Esa era la voz de...¿Emilia?.Si, Emilia, quien entre jadeos apoyo una mano en mi hombro y la otra en su rodilla. Gire mi cabeza lentamente asía ella y no pude evitar decir algo indignado - ¿Tú?...Dónde, ¿Dónde estabas?. Pensé que estabas en la parada del autobús.
-Estaba en mi casa terminando de desayunar cuando te vi pasar corriendo, como sí estuvieras apunto de perder el autobús.- explico.
-¿Desayunando?. Yo ni siquiera...- puse una mueca señalándome a mi mismo como si estuviera apunto de llorar.
ESTÁS LEYENDO
Anhelos del corazón
Roman pour AdolescentsDel amor al odio hay un paso...y del odio al amor hay la misma distancia ¿no?. Más entre el amor y el olvido existe un puente sobre un enorme abismo, que no todos estamos dispuestos a cruzar. Nuestro primer amor no siempre es el único y nuestro más...