Su ex
Ya ha pasado una semana desde que Manuel empezó a faltar a clases. No lo he visto ni alrededor de su casa, ni asomarse por su balcón, me parece algo extraño y a la vez...debo admitir que me preocupa, sé que es un irresponsable, pero el jamás dejaría de asistir a clases de buenas a primeras y menos después de lo que paso.
Hoy es lunes otra vez, y como siempre me dirijo a la parada del autobús. Estos últimos días han sido más rutinarios para mí, más...aburridos.
Porque el ya no está.
Lo sé, pero si ese día no hubiera intervenido como lo hizo quizás las cosas no estarían así, aunque bueno, el cambio no sería tan distinto, pues con Sae Mi cerca es muy probable que el deje de hablarme, después de todo tal vez el aun sienta algo por ella...es coreana, es bonita, y es de su misma altura, mientras que yo mido diez centímetros menos...
De que hablas, deja de autosabotearte chica, y concéntrate en lo que es importante.
Si, ok, voy a concentrarme en olvidarme de Manuel, ignorar las miradas aniquilantes de Sae Mi, los cuchicheos en los pasillos y a la profesora de matemáticas a la que le caigo mal por saber realizar a la perfección cualquier ejercicio. Genial un día normal en mi vida como en la de cualquier adolescente.
—¿Qué tal tu fin de semana? Apuesto a que no sabes quien termino con quien...— Y así iniciábamos el día, Gia poniéndome al día de la vida de personas que probablemente apenas recuerde sus rostros.
—Interesante, sí fue por las razones que me contaste entonces ella estaba en todo su derecho de dejarlo— comente mientras caminábamos por los pasillos.
—Pero por supuesto que lo estaba, pero como los hombres son tan perros el muy imbécil se hizo la víctima y hasta le fue a...
Las palabras de Gia se quedaron el aire, su mirada se centró en unos metros más adelante y allí venia... él.
Manuel venía entrando junto a los chicos que conformaban el equipo de futbol. Todos traían la chaqueta azul y blanca del equipo, además el vestía una camiseta blanca, un pantalón gris ajustado y unos zapatos deportivos blancos. Estaba feliz junto a su equipo, se notaba por la sonrisa en su rostro y más porque había un montón de chicas suprimiendo gritillos bajo sus manos y otras gritándoles sin pena alguna todo tipo de piropos. Sin duda eran el centro de atención en ese momento... él era mi centro de atención en ese momento, solo podía escuchar los latidos de mi corazón, y su risa en el aire... él estaba cada vez más cerca, un paso, dos pasos más y estaría frente a mi es como si hubiese entrado en una especie de trance... trance del que me saco Sae Mi al abrazarlo sin pudor alguno frente a todos.
—Volviste— dijo muy entusiasmada, mientras se acomodaba en su pecho— te extrañe mucho ¿me extrañaste?
Esa última oración la dijo echándome una mirada de reojo, ella lo hizo a propósito...quería que yo la viera abrazarlo y que la escuchara, ella era tan predecible, no si es porque yo he leído tantos libros o porque he visto un sin número de k-dramas donde la ex o la prometida hace exactamente lo que ella está haciendo.
Bienvenida al drama de tu vida chica.
Él se quedó estático, sin siquiera tocarla...
Haz algo Manuel Alvares, has algo, apártala de allí.
—Es todo, me van a dar nauseas— escuche decir a Gia, quien en ese instante me tomo de la mano y me llevo en la dirección contraría, mezclándonos así en la masa de estudiantes, dejándome sin poder ver su reacción.
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Anhelos del corazón
Novela JuvenilDel amor al odio hay un paso...y del odio al amor hay la misma distancia ¿no?. Más entre el amor y el olvido existe un puente sobre un enorme abismo, que no todos estamos dispuestos a cruzar. Nuestro primer amor no siempre es el único y nuestro más...