El joven peliblanco había tenido una de las mañanas más extrañas en su vida y el era de los que normalmente despertaba con media docena de cuerpos a su alrededor degollados y unas cuantas bombas minadas a su alrededor en la cima de algún edificio de la ciudad y claro con comida extraña en sus bolsillos.
Pero ahora tenía a su pequeño hijo en brazos y a una parvada de lechuzas en su balcón.
Después de dejar a su pequeño aún durmiendo e ir por comida para ave que le había dejado uno de sus amigos hace unos meses les abrió la ventana dando paso a qué cada una de las lechuzas hiciera una fila y se acercara al joven.
Quien dándoles algo de comer tomaba una carta que estaba en la pata del animal.
Las fue recolectando de a poco hasta que terminó haciéndose una pequeña pila a su lado, era una manera algo extraña que tantas familias tuvieran la misma forma de comunicarse pero el no juzgaba, el murciélago tenía una señal extraña para ser llamado y ni que decir el, que dejaba literalmente mensajes con grandes explosiones junto a varias muertes con ello.
Para cuándo terminó de recolectarlos, la mayoría se marchó de manera pacífica.
Termino leyendo cada carta y prácticamente todas eran agradecimientos por la aceptación de la amistad con su pequeño, claro que el era negociante, sabía que esos padres eran más que solo simples civiles comunes, eso y que la mayoría había pagado por un ala especial para viajar.
Por sus ropas y formas de hablar supo que eran personas de dinero e influencia, así que sería bueno para el y para su hijo tener ese tipo de amistades.
Noto también algunas invitaciones a casas para tiempo de juego con su pequeño e interacciones con los jefes de familia, supuso que las lechuzas de las invitaciones eran los que se habían quedado así que decidió ir por sus papeles y lapiceras para dar una respuesta rápida, además no sabía cómo localizar a esas personas.
Lo único que tenía en su casa era tinta china que había conseguido para pintarle bigotes y sonrisas grandes a sus amigos en su última reunión, por lo que la uso para escribir, llamo por el nombre de la casa de la carta a la que estaba respondiendo para que la lechuza de la misma se acercara con elegancia.
Dejando la carta para luego acariciar un poco a la ave y encargarle que fuera con cuidado la misma se marchaba.
Cuándo terminó acomodo todo para tener a su pequeño caminando por el pasillo con los ojos llorosos.
Lo cargo de inmediato para empezar a mimarle mejorando un poco el ánimo del pequeño pero este solo se aferró a él diciendo que pensaba que lo había abandonado, recibiendo respuestas calmantes del joven que ahora iba a la cocina con el pequeño para preparar el desayuno.
Cuando terminaron lo vistió con una de las cosas que le había comprado de forma que fueran a juego con sus ropas.
Después de eso tuvo que salir e ir a trabajar pues debía ir a ver a su empresa como también a revisar los datos de sus demás negocios, no podia solo ponerse el traje para molestar al súper molestó o empezarían a sospechar de el por los tiempos en los que salía del país y el guasón desaparecía.
Cuando llegó fue bien recibido por sus empleados junto a halagos por su pequeño que se veía tímido a la presencia de tantos pero que se animó cuando le empezaron a dar dulces.
Al llegar a su oficina se acomodo junto a su pequeño que parecía hacer los mismos preparativos que el pero con sus juguetes a su lado.
Algo que sin duda lo lleno de ternura, poco después se encontró con las primeras visitas del día y por primera vez vio a un murciélago fuera de la noche con el súper hombre sonriente a su lado.
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Papá de un pequeño mago
Fiksi PenggemarTodos los fanáticos de Harry Potter saben del sufrimiento del niño que vivió, pero... El no fue el único en sufrir. El no fue el único abusado en casa, el no fue el único con miedos y traumas. Así como los fanáticos de DC saben que hay diferentes te...