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- Hola - Dije fría

- Hola papá ¿Cómo has estado? - Dijo Gustav dándole un abrazo

- Aquí lo que importa es cómo están ustedes - Dijo mi padre con una gran sonrisa; yo doblé los ojos

- ¿Pasa algo, Reb? - Dijo acercándose a mí ¿Por qué me tiene que decir Reb?

- Sí, tú - Dije mirándolo por primera vez a los ojos

- No le prestes atención, papá; ya sabes, sigue siendo una niña grosera y malcriada - Dijo Gustav. No sé qué sentía en ese momento. Una mezcla de rabia y tristeza. Solo quería desaparecer

- ¿Alguna vez han escuchado eso de que tu familia te tiene que apoyar, estar ahí para ti y hacerte sentir querido? Pues con ustedes es todo lo contrario ¡Son una mierda! ¡Los dos! Tú, Gustav, eres solo un imbécil que está al pendiente de chicas, de sus amigos, sexo y alcohol. Y tú, Mark, no creo que te pueda llamar papá otra vez; nunca estás ahí ¿Esto es a lo que ustedes llaman una familia? ¡Pues está muy lejos de serlo! A veces sólo quisiera desaparecer o simplemente irme lejos. Lejos de aquí, ¡Alejarme de todas las malditas personas que me rodean! En especial de "mi familia" Ahora no finjan que yo soy el problema, ni siquiera se atrevan a hacerlo. Los odio tanto - Dije entre lágrimas. Por fin, después de tanto tiempo, por fin me había desahogado. Sabia que algún día explotaría

Gustav tenía la mirada triste y solo miraba hacia el suelo. No me atreví a mirar a Mark. Subí corriendo a mi habitación y cerré la puerta de un portazo, me tiré en mi cama a llorar como lo hacía siempre. Empecé a gritar contra la almohada. Odiaba esto. Odiaba todo.

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Gustav

Todo lo que dijo Rebekka era cierto. Nosotros estábamos muy lejos de ser una familia. Me dolió tanto lo que dijo, fue tan sincera. Toda esta familia se fue a la mierda desde qué mamá murió, Rebekka era la más cerca a ella, era su mejor amiga, era su todo. Tenía ganas de abrazarla, de decirle que la amaba más que nada, pero ella no me querrá ni ver. Todos estos años he sido un idiota con ella

¿Cómo era capaz de si quiera dejarla que se viniera sola de la escuela a la casa? ¿Solo por qué tengo que hacer algo con mis amigos o con esas chicas? Eso es verdad; siempre los pongo primero a ellos que a ella. Soy una puta decepción

- Papá, yo...

- Creo que mejor debería irme. Dile que la amo - Pronto tomó todas sus cosas y se fue. Todo empeoraba. Todo

Me senté en el sofá y me puse a pensar muchas cosas. Demasiadas a decir verdad. Suspiré y mi teléfono comenzó a sonar

- Hey Gustav, no te imaginas. Probablemente esa fue la mejor mamad - Lo interrumpí

- No estoy de humor, Tom

- ¿Pasó algo? Sabes que me puedes contar, amigo

- Sí, Rebekka...

- ¿Qué? ¿Le pasó algo a Rebekka? ¿Dónde está?

- Sabes qué vino papá y todo se salió de control, ella sólo dijo lo que ha sentido todos estos años. Ella empezó a llorar y nos dijo que nos odiaba. Fue horrible ver a mi hermana así

- Espera, voy para allá - Dijo y colgó

Diez minutos después Tom estaba aquí, se sentó en un sillón y yo le expliqué mejor las cosas

- Es horrible. He sido todo un imbécil con ella. Papá y yo nunca hemos estado cuando ella más nos necesitaba, ¡Ella nos necesita! Y yo sólo me preocupo por otras cosas ¿Sabes cuantas veces la he escuchado llorando? ¡Todas las putas noches! Pero yo soy un cobarde como para preguntarle qué le pasa o decirle que todo va a estar bien pase lo que pase.

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Tom

Quería tenerla en mi brazos, abrazarla, protegerla, estar ahí para ella como nunca nadie lo ha estado; decirle que todo iba a estar bien al final

Pero eso era imposible

Me sentía como una mierda sabiendo que ella estaba así, tan deprimida. Que yo no podía hacer nada para cambiar eso

Maldita impotencia. Sólo quería robarle una sonrisa, hacer que todo el dolor que siente se fuera

La quería tanto, me estaba volviendo loco. Sólo la quería conmigo, a mi pequeña

Mía

Estaba tan perdido en mis pensamientos que no me di cuanta de que estaba bajando las escaleras. Ella... tenía un suéter negro con el logo de Batman con unos mallones del mismo color. Ella esquivó mi mirada, se nota que estaba llorando

- ¿Y Mark? - Le preguntó a su hermano

- Papá se fue, Rebekka - Ella dobló los ojos

- Maldito cobarde - Dijo y subió nuevamente a su habitación

No aguantaba más. No podía. Tenía que hacer algo. Tenía que hablar con ella

- ¿A dónde vas? - Preguntó Gustav mientras veía que subía las escaleras

- Al baño - Mentí

Toqué su puerta

- No quiero verte, Gustav - Abrí la puerta con cuidado y ahí estaba ella, sentada viendo por la ventana. Volteó y me miró mal

- ¡Y a ti mucho menos! - Dijo y se empezó a acercar a mí para sacarme de su habitación. Yo tenía más fuerza y cerré la puerta

- Sólo quiero hablar contigo ¿te podrías calmar?

- ¿Qué es lo que quieres? - Dijo y me senté en su cama

- Yo sé como te sientes, pero lo peor es encerrarse en su propio mundo y deprimirse

- ¿Y tú qué sabes? ¿Ya Gustav te contó, verdad? Es un idiota

- Creeme, yo sé lo que se siente. Perder a la persona que más quieres y sentir que nadie a tu alrededor te puede comprender como eso persona lo hacía. Sentirte solo

- Tú no sabes nada

- Sí, Rebekka. Yo perdí a mi mejor amigo de toda mi vida hace muchos años y no sabes lo mucho que me deprimí. Incluso pensaba en quitarme la vida. Él fue como un hermano para mí - Ella se sentó en la cama y me miró - Pero después comprendí que eso era lo peor que podía hacer, deprimirme. Hice muchas cosas qué jamás pensé que haría... todo fue un desastre, pero me quedé por Bill, me apoyó por qué sabía que yo consideraba a eso chico como mi otro hermano, solo por él seguí adelante - Hubo un silencio por parte de ambos - No me gustaría que pasaras por lo mismo, simplemente no quiero que estés así.

- ¿Qué cosas hiciste? Digo, si se puede saber

- Un amigo me dijo que para olvidar todo por un momento lo mejor era drogarme - Ella abrió la boca sorprendida - Incluso me hacía daño a mí mismo, golpeaba las paredes con fuerza e incluso rompí el espejo que tenía en mi cuarto. No quiero que pienses en hacerte daño, pequeña, nunca

- ¿Por qué haces esto?

- Me importas, Rebekka. Aunque no lo creas - Ella se acercó a mí y me abrazó. Y me di cuenta de que todo lo que quiero estaba ahí conmigo. Todo lo que siempre he deseado

- Creo que deberías hablar con Gustav

- Por el momento no quiero - Dijo ella escondiéndose en mi pecho - Hablando de él ¿Dónde está? Digo, si te viera aquí ya te hubiese matado - Yo reí

- Pues le dije que iría al baño - Ella empezó a reír y me sentí completo. La había hecho reír

- Tom...

- ¿Sí?

- No quiero que te vayas

Eres mía, pequeña [Tom Kaulitz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora