Eres mía, pequeña [Tom Kaulitz]

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¿Alguna vez has querido escapar? ¿Dejar todo atrás y simplemente irte, a un lugar donde nadie sepa tu nombre y empezar de nuevo...? Eso era lo único en lo que yo podía pensar. Lo que deseaba y anhelaba más que nada y nadie pero, solo era una niña dependiente que le faltaban un año para cumplir con mayoría de edad

Mi nombre es Rebekka Schäfer, pero mis amigos solían llamarme Reb. Sí, solían... desde la muerte de mi madre me alejé de todos ellos, la única que se quedó a mi lado fue Devin, mi mejor amiga.
Vivo con mi hermano y mi padre, mi padre casi nunca está casa por asuntos de trabajo o eso dice. Mi hermano se llama Gustav, tres años mayor que yo, es un apuesto chico rubio de último año y todas las chicas del West Boca High School mueren por él, si supieran lo irritable que puede llegar a ser en ocasiones, no lo harían. El es una de las personas que más quiero en el mundo, así ya no seamos tan unidos como antes; él es popular, querido... y luego estoy yo, su hermana pequeña, así es como me conocen en la escuela "La hermana menor de Gustav"
A veces se me acercan chicas para preguntarme a donde irían Gustav y sus mejores amigos el fin de semana, sí, Gustav y sus mejores amigos son inseparables. Georg Listing y los gemelos Tom y Bill Kaulitz, posiblemente los más deseados de la escuela, pareciera que los tres jóvenes no tienen hogar por que siempre están metidos en mi casa.
Son buenos chicos, antes también eramos unidos y solían llamarme enana al igual que mi hermano, les tengo mucho cariño a los cuatro, pero luego está Tom, uno de los
gemelos que no son tan iguales, su forma de vestir y personalidad era completamente diferente, el chico que siempre he querido, es muy especial para mí pero se que nunca se fijaría en mi, Hasta las chicas más grandes mueren por él y cada vez que está en casa con mi hermano, habla de cuantas mujeres se llevó a la cama. Es muy desagradable escucharlos hablar de esa forma, claro, cuando éramos más unidos nunca tocaban esos temas en mi presencia. Por eso cuando que vienen de visita siempre estoy encerrada en mi cuarto con la música a tope.
Tom es la persona que jamás sale de mis pensamientos, a parte de mi madre, claro, es que... recuerdo perfectamente ese 16 de abril cuando yo tenía tan solo trece años con la casa sola, él llegó y...

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- ¡Tom! ¿Qué haces aquí? ¿Sabes la hora que es? Mi hermano no está - Dije mirandolo, estaba todo mojado debido a la fuerte lluvia, aún así se veía hermoso

- Yo... No vengo a ver a tu hermano - Se quedó pensando mientras me miraba - Vengo a verte a ti - Dio un suspiro mientras se acercaba a mí

- ¿Q-qué? - Dije, mí corazón latía con tal velocidad y fuerza que en cualquier momento podía salirse de mi pecho

Él se acerco más a mi dejando escasos centímetros nuestros rostros, lo suficiente para sentir nuestra respiración y acortando más nuestra distancia. Maldita sea, no sabe como deseaba esto. Estaba feliz, muy feliz, él iba a besarme, él... me besó.
Sus labios eran tan suaves y carnosos, podía jurar que nuestras lenguas encajaban perfectamente. No podía explicar lo que sentía en ese momento, nunca había sido tan feliz.
Pronto nos alejamos por falta de aire y juntamos nuestras frentes mirándonos.
El sonrió al igual que yo

- Eres hermosa, pequeña

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Sí, eso fue hace ya cuatro años y lo recordaba perfectamente, como si hubiera sido ayer; probablemente él no recordaba nada de eso, sabrá Dios si se significó algo para él pero, para mí sí y mucho.
Días después del beso pasó el accidente de mi madre, lo causante para alejarme de todos, recuerdo las veces que él vino a abrazarme, a estar conmigo como apoyo pero fueron las mismas veces donde le grité que me dejara sola, que no lo quería ver, que no quería ver a nadie; me convertí en una chica depresiva y callada.

Tiempo después, todos parecieron superarlo, pero yo no. Necesitaba a mi madre, la necesitaba más que nada en el mundo, cómo quisiera regresar el tiempo e impedirle salir ese día pero eso ya pasó y no importa cuanto grité, llore y patalee para tenerla conmigo, se que eso no pasará.