Capítulo 4: Un sueño dentro de otro sueño.

62 6 16
                                    


El año nuevo se acercaba y el de cabello persa estaba seguro de que se la volvería a pasar solo, en su departamento que no era nada más ni nada menos que un maldito desastre, un reflejo de lo que de verdad era Montgomery: un sujeto que siempre terminaba arruinando la cosas.

Le pareció irreal cuando Bonnie le dijo que quería hablar con él, estaban en buenos términos a pesar de que él era el causante del recorte que tuvo su tiempo de calidad con Freddy, aun así o cuando eran ensayos de la banda, podían bromear e incluso reír... pero Bourne y él no hablaban entre ellos demasiado, mucho menos si solo estaban los dos solos.

Se miró a su tocador una vez más; su cabello estaba en perfectas condiciones, su maquillaje se veía bien definido y su conjunto esmeralda con toques de lila y amarillo relucía por la cantidad de lentejuelas y brillos que poseía. No había razón para sentirse inseguro, sin embargo, no podía evitar caminar cual robot, tener dificultad para pensar en qué decir y mostrar una postura dominante.

Salió de su camerino, dirigiéndose a la atracción de bolos donde lo había citado, no se daba demasiada prisa porque sinceramente ni siquiera quería ir a verle, no es que Bonnie no le agradara...solamente que con sólo mirarle a los ojos se sentía incómodo, celoso incluso, pero tenía claro que esa forma de pensar no era correcta, desde que Roxanne le había regañado el de piercings experimentó algo que hacía mucho no tenía: vergüenza. No sólo porque las palabras de la de cabello platino de verdad habían logrado penetrar su armadura de confianza, sino porque se había dado cuenta que no habría forma de que el cantante dejase a su pareja; lo sabía cuando los veía juntos, tomándose de las manos, riendo juntos, besándose...ese Frederick no era para nada el sujeto con el que el se divertía en el club deportivo o con quien se escapaba del Pizzaplex durante los recesos para ir por comida que no fuera pizza.

Eso le molestaba, tener que admitir que no importase cuanto se arreglase, cuanto perfume se pusiese, cuantas cosas modificara en su cuerpo, su amigo no podría desarrollar un amor intenso por él como el que había desarrollado por su pareja. Lo peor de todo es que el susceptible joven de granates por ojos podía oler esa envidia por la manera en que le sonreía cuando atrapaba al de estilo punk viendo como el vocalista y él se abrazaban, o cuando era extremadamente atento...justo como había dicho Vanessa, el de piel más clara le remarcaba siempre que podía que él era a quien Freddy había elegido.

Y así, sumergido en sus pensamientos, fue cuando se percató que ya había puesto pie en la sala de bolos, particularmente al notar el cambio de luces. Rápidamente identificó al de maquillaje de estrella haciéndole señas para que fuese con él, carajo, incluso hasta las putas estrellas le quedaban mejor al bajista que a él.

—¡Hey Monty!,¡Por aquí! —Le llamó su prójimo con una sospechosa dicha, normalmente cuando se refería a él su faz no demostraba tanta alegría.

"Seguro le pasó algo bueno" Se convenció el de cuarzos ahumados intentando no mostrar la mueca de pocos amigos que podría bien tener. No sabía porqué, pero ese día en particular no se encontraba tan dispuesto a fingir como siempre, hubiera preferido de verdad estar en la tina rota de su apartamento remojándose cual esponja.

—Sí sí sí...Bourne ya te vi— Agregó el menor caminando hacia el más alto, ¡Ah!, de hecho esa era una cosa que también le irritaba del de pelo fantasía, era más alto, más delgado, más suave, más lindo, más-

—Hey rockstar, ¿todo bien?, luces como si te hubieras levantado con el pie izquierdo—Bromeó el de dientes algo separados.

Monty le roló los ojos.

—Creo que es porque no he tomado mi taza de café de la mañana...—Se excusó el menor a la par que tomaba la bola de boliche que su compañero le ofrecía. Monty se miró en el reflejo del objeto rojo y juntó su entrecejo, no le gustaba ese apodo.

Somnolencia ༊*·˚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora