15.

730 68 16
                                    





- Lisa, yo no puedo hacer nada más que darles los resultados a ambos y llamar a alguien que realmente pueda ayudarte.

-¡No! Deme los resultados a mí, mi esposo me matará si se entera- La menor pidió asustada.

- Lisa, no puedo hacer eso, puedo pedir ayuda por tí si lo deseas- La rubia ofreció amablemente.

-Rosé, por favor, no lo hagas, no tengo a donde ir si mi esposo me abandona.-

-Hay muchísimos centros de protección femenil en Seúl, lo correcto es llamar a uno, ahí van a ayudarte.-

-No quiero, Rosé- Lisa estaba a punto de llorar.

-No es porque quieras, entiéndelo, lo necesitas y yo no puedo encubrir una infidelidad, maltrato doméstico y darles resultados falsos, porque corro el riesgo de perder mi trabajo o acabar en la cárcel.-

-Eso no va a pasar, solo continúa haciendo tu trabajo y no te metas en mi matrimonio.-

- Lisa, no.-

-Solo lo tengo a él, Rosé- Finalmente las lágrimas de Lisa comenzaron a bajar por sus mejillas.

-Me tienes a mi, yo puedo ayudarte, solo déjame hacerlo- La rubia insistía bastante preocupada, tanto por Lisa como por su carrera.

-Que no, ya te dije que no tengo a dónde ir sin él- Lisa lloraba.

-Puedes quedarte en mi casa si no quieres estar ahí, pero hay que tomar medidas legales.-

-¡No! Rosé, solo dame los malditos resultados a mí.

-Ya te dije que no puedo, no puedo cometer un delito, me esforcé tanto por graduarme, no puedo perder mi trabajo por encubrir a un abusador.-

-No lo estás haciendo, me estás encubriendo a mí, por favor ayudame.

-Lisa, no te estoy ayudando.-

-Por supuesto que no lo estás haciendo hasta que me des los papeles.

Rosé se quedó en silencio y tomó nuevamente los papeles del escritorio antes de que Lisa pudiera quitárselos.

-Rosé- Lisa gruñó comenzando a enojarse al ver que la doctora había tomado de nuevo los resultados -Ya he lidiado con esto por más de 5 años, ahora dame los papeles.-

La doctora estaba asustada, ella jamás había cometido un delito, vino desde Australia para terminar su carrera en Corea y tener mejores oportunidades de trabajo, se había esforzado demasiado para estar en donde estaba y no podía simplemente perderlo todo por una mujer que se negaba a ser ayudada. Inevitablemente sus ojos se pusieron llorosos.

-Dame eso, Rosé, no te pedí tu ayuda, solo ocupate de tus propios asuntos- Lisa sujetó el otro extremo de la carpeta que contenía los resultados.

La menor bajó la cabeza y fijó su mirada en la carpeta que aún sujetaba con fuerza.

-Rosé, dámelo, ya te dije que no necesito ayuda.-

Pero la mayor sabía que ella sí necesitaba ayuda.

-Rosé... - Lisa la llamó tirando de la carpeta -Rosé, suéltalo.

Rosé mantenía su agarre firmemente, a pesar de todo, ella continuaba aferrándose a su carrera.

-¡Rosé!- Lisa gruñó fuerte.

Entonces Rosé soltó la carpeta bajando totalmente la cabeza.

-Gracias- Lisa se levantó con dirección a la puerta del consultorio doblando la carpeta para meterla en su bolso.

-No deberías doblar esos papeles- La mayor habló seriamente.

-De todas formas nadie los verá- Ella terminó de meterlos y caminó hacia la puerta con la intención de salir, entonces Rosé se levantó llegando hasta donde ella se encontraba - ¿Y ahora que?- Soltó con fastidio al verla detrás de ella.

-Si te vas sin decir nada tu esposo puede sospechar, solo le diré que todo está bien- La rubia respondió abriendo la puerta de su consultorio.

En seguida Jungkook se levantó preocupado al ver a Lisa con lágrimas en los ojos.

-¿Qué pasa, amor? ¿Por qué estás llorando?- Este preguntó mostrando preocupación mientras limpiaba con sus pulgares las mejillas de Lisa -Doctora, ¿Está todo bien?- El preguntó fijando su preocupada mirada en Rosé.

Entonces ella dudó un poco sobre lo que Lisa le había dicho, él parecía un muy buen hombre y era algo sospechoso que Lisa hiciera todo lo posible porque su esposo no supiera sobre su infidelidad, le parecía ilógico que si él la maltrataba la menor insistiera tanto en esconderlo, porque si era verdad entonces, ¿Por qué no simplemente pedía ayuda?

-Todo está bien señor Jeon- Rosé forzó una sonrisa y volvió a hablar - Lisa lloró de felicidad al saber que su primer bebé estaba en excelentes condiciones.

De todos modos, Rosé había prometido guardar el secreto y no iba a romper su promesa así como así. Solamente esperaba que Lisa fuese cuidadosa.

-Entonces, ¿Sería todo por hoy?- Jungkook preguntó sacando a Rosé de su pequeño trance.

-Si, es todo, agendaré su primera cita para la próxima semana y después nos veremos cada mes para hacer ultrasonidos, les mandaré los detalles por correo, que tengan buen día- Ella estaba a punto de irse.

-¿Y los resultados?- Pero Jungkook la detuvo con aquella pregunta, estaba algo algo confundido ya que se suponía que venían a recoger eso.

-Esos se me quedan a mí, todo está bien, no hay de que preocuparse- Rosé se despidió con una reverencia y volvió a su consultorio de forma apresurada.

Entonces la pareja comenzó a irse.

-¿Segura que está todo bien, cariño?- Jungkook preguntó acariciando el hombro de su esposa.

Y ella asintió caminando a su lado sin poder mirarlo a los ojos.

Lisa tenía miedo, sabía que guardarle ese secreto era peligroso, pero no podía decírselo si no quería acabar muerta o peor, acabar con un aborto espontaneo y maltratos nuevamente, no, no, ella debía continuar fuerte y seguir como si nada hubiera pasado, ese hijo era de Jungkook y nadie más que ella o Rosé podían saber lo contrario, ella continuaría casada y tendría la familia feliz que siempre quiso, ahora las cosas estaban yendo mejor, Jungkook estaba siendo bueno con ella, ella había cumplido su parte dándole un hijo y él también hacía la suya cuidándola y queriéndola como todos estos 5 años no lo hizo.

Sin embargo Lisa no se esperaba que una llamada de Jisoo le llegara de la nada al regresar a casa, por suerte Jungkook estaba en la cocina y ella en la habitación, por lo cual este no escuchó el sonido de la llamada.

Entonces Lisa corrió hacia el baño para responder la llamada escuchando aquella voz que tanto había extrañado, pero no podía admitir.

-¿Lisa?- La voz de Jisoo sonaba algo quebrada.

"Es normal esa voz en ella ¿No? Después de todo debe estar dando clases de canto a estas horas" pensó Lisa.

-¿Por qué me llamaste?— Aquellas palabras habían salido más duras de lo que Lisa quiso sonar.

-Yo... Te extraño- Admitió Jisoo ante aquel regaño.

-Es peligroso que me llames, mi esposo está en casa.-

-Lo siento, solo quería escucharte.-

- Jisoo, ya no podemos seguir siendo amigas.-

-¿Qué? No te entiendo- Aquello había golpeado de manera brusca a Jisoo.

-Ya no puedo tener nada contigo, jisoo.-

-Pero, pero, ¿Por qué, Lisa? ¿Te hice algo malo? Yo... No era mi intención, disculpame si yo...-

- Jisoo, basta, estoy esperando un hijo de Jungkook, no sería apropiado que siguieramos viéndonos- Lisa la interrumpió.

Y dicho esto la menor colgó.

Lo había destrozado todo, había acabado completamente con aquella dulce amistad que tanto apreciaba.



Estéril / Lisoo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora