⁕ Capítulo 4: Cicatrices ⁕

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Las horas en el trabajo habían pasado mucho más rápido de lo habitual. Preparar café, servir la comida, recibir el dinero. Todo se repetía automáticamente. Mi cuerpo simplemente se movía bajo los efectos de la memoria muscular puesto que mi cabeza estaba inmersa en otra parte.

El dinero para Carol.

Ya habían pasado dos días desde que la golpearon y lo único que yo había hecho hasta ahora era ensayar con Bill y Bruno para el próximo show. Tenía que conseguir ese dinero antes de que su vida corriera peligro de nuevo.

Guarde las llaves en el bolsillo de mi uniforme después de cerrar la puerta trasera del restaurante. Luego, mis pies comenzaron a recorrer las oscuras calles de la ciudad y antes de llegar a la Quinta y Bixel pude observar a un par de mujeres en la misma esquina. Las féminas lucían mayores a treinta y cinco años, calzaban unas botas con tacón que llegaban hasta sus rodillas, minifaldas y un pedazo de tela que apenas lograba cubrir sus grandes pechos. Los autos que pasaban por la zona les dedicaban algunos bocinazos, otros un par de besos y unos cuantos conductores les gritaban un par de cosas vulgares.

Tan solo un par de segundos más tarde, me puse de pie frente a ellas ¿Por qué? Aún no tenía esa respuesta.

— Lo siento niña, los servicios son sólo para mayores de edad — Pronunció la pelirroja. Su cabello era corto y claramente no era su color natural.

— Soy mayor de edad y no estoy buscando.. eso — Respondí. Entonces, ambas elevaron sus cejas mientras me observaban con intriga. — Mi nombre es Alessia.

— Mi nombre es Sasha y ella — Señaló a la mujer que tenía su cabello decolorado amarrado en una cola de caballo. — Ella es Trixie.

Claramente no eran sus nombres reales. "Mi nombre es Alessia" Grandísima idiota ¿Cómo no se me había ocurrido un nombre falso?

— Dinos Alessia ¿En qué podemos ayudarte? — Habló la rubia.

En ese momento, respire hondo y apreté mis puños con fuerza. No sabía exactamente lo que quería pedirles pero sabía que si abría mi boca, algo saldría de ella. Sin embargo, un auto se estaciono a un par de metros de distancia y las mujeres se acercaron al vehículo sin perder tiempo, olvidándose completamente de mí.

— Estás muy atractivo esta noche.

— ¿Te apetece algo de compañía?

— Depende de lo que solicites. Puede ser sólo oral, vaginal, anal o un combo.

Mi nariz se arrugó por el desagrado que me producía escuchar algunos fragmentos de su conversación. A pesar de esto, no podía alejarme.

— ¿Sólo una? La pasarás mejor con ambas.

— Me rompes el corazón guapo, espero verte pronto.

Luego del cruce de palabras, Trixie abordó el vehículo y su compañera regresó conmigo.

— Bien, aún no me dijiste en qué puedo ayudarte — La pelirroja sacó un paquete de goma de mascar de su diminuto bolso y posterior a deshacerse de su envoltura, llevó una pequeña porción a su boca.

¿Alguna vez han experimentado la pequeña punzada en el pecho que se produce cuando tienen que tomar una decisión que probablemente romperá en mil pedazos sus almas pero que, en el fondo, saben que es lo mejor?

— Necesito un cliente.

Sasha me miró de arriba a abajo y luego, se echó a reír.

— Está bien, me has pillado ¿Día de los inocentes? No, espera. Todavía no estamos en diciembre — Sus gestos divertidos fueron desapareciendo poco a poco hasta que finalmente su rostro se endureció. — ¿Y por qué alguien como tú necesita clientes? Por lo que veo tienes trabajo — Su dedo índice señaló mi uniforme.

Wildest Dreams 2.0 - Bill Kaulitz (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora