⁕ Capítulo 6: Quédate conmigo ⁕

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Bill:

Mis manos se ubicaban sobre el volante del vehículo mientras conducía a casa. Alessia había tenido una noche terrible y no pude evitar ofrecerle hospedaje hasta que pudiera regresar a su hogar. Siempre noté que la muchacha se comportaba como un perro rabioso frente a los demás. No era agradable con sus compañeros de equipo ni con el resto de los concursantes, tampoco lo era con el personal del estudio. En resumen, ella no era agradable con nadie excepto conmigo. De ahí su apodo, avecilla. Las aves son seres sensacionales además de hermosos. Hay de distintos tamaños y colores pero su característica en común es que se aterrorizan, incluso, con el más mínimo movimiento y Alessia, siempre parecía estar a la defensiva.

Esta vez, la había visto llorar y vomitar. No pude escuchar muy bien lo que había ocurrido. El oficial mencionó algo de drogas y prostitución al igual que ella así que supuse que su madre se prostituía para conseguir ciertas sustancias.

- Necesito el dinero - La escuché pronunciar con dificultad. Entonces, quité los ojos del camino para observarla por un breve momento. Alessia golpeó la ventana del vehículo con su cabeza y sus ojos comenzaron a entrecerrarse.

- ¿Estás bien? - Pero ella no respondió. La muchacha de cabellos dorados murmuró algo indescifrable mientras se rodeaba así misma con sus brazos. - ¿Alessia?

Lo primero que se me ocurrió fue llamar a Rebecca.

- ¿Bill? - Se escuchó en el altavoz. Mi acompañante ni siquiera se dio cuenta de que había comenzado a hablar por teléfono.

- Becca, necesito que prepares una habitación para Alessia, tuvo un gran problema y no tiene donde pasar la noche.

- Entiendo ¿Ella está bien? - Antes de responder su pregunta, volví a observar a la joven quien chocaba nuevamente su cabeza contra la ventana y continuaba susurrando cosas incomprensibles.

- No. Rebecca, creo que su presión está mal o algo así. Murmura cosas sin sentido y lleva golpeando su cabeza contra la ventana desde hace unos diez minutos.

- Suena como si estuviese borracha - Sí, Alessia lucía como una adolescente ebria pero sabía que este no era el caso. Hasta hace un momento estuvimos hablando como lo hacemos habitualmente, además, el oficial con el que conversó anteriormente se hubiese percatado del alcohol presente en el cuerpo de la muchacha.

- Estoy cerca de casa. Pídele al Tom que se comporte.

- No te preocupes.

Estacione el vehículo frente a la puerta de la entrada para que ella no tuviese que realizar tantos pasos en ese estado. Luego, abandoné el lugar del conductor y me dirigí hasta la puerta del asiento del acompañante para abrirla pero Alessia no tuvo intenciones de descender del auto.

- Estamos en casa, entremos.

Ayudé a que ella saliera del vehículo pero inmediatamente sus piernas fallaron. Logré sostenerla de la cintura antes de que cayera al suelo y decidí que lo mejor sería cargarla para evitar que los raspones presentes en sus rodillas y manos pudieran empeorar. Entonces, una de mis manos se situó en la parte posterior de sus rodillas y otra se mantuvo en la parte baja de su espalda para poder sostenerla en mis brazos. Por su parte, Alessia escondió su cara en mi cuello permitiéndome oír mejor las palabras que salían torpemente de sus labios.

- No quiero que me toquen, por favor - Un escalofrío recorrió mi espalda y sentí que mi boca se secó de golpe.

- Perdóname, sólo será hasta la entrada. Prometo no tocarte de nuevo.

Mientras caminaba con la joven entre mis brazos, no pude evitar cuestionarme la razón de sus palabras. Sabía que la participante no era fanática del contacto físico con otras personas pero ya habíamos compartido un par de abrazos en ocasiones anteriores, así que su reacción me pareció algo confusa.

Wildest Dreams 2.0 - Bill Kaulitz (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora