LF | "No pude conseguir una estrella más hermosa que tu."
Cleissy, al inicio de la guerra mágica, llega al pueblo de Forks con la meta de construir un lugar seguro para sus hijas y miembros de la orden.
Lo que nunca se espero es que con su estadía s...
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Ꮺ࣪ III. Mudanza
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EL DÍA EN QUE LAS LESTRENGE SE IRÍAN HABÍA LLEGADO. El trio se encontraba en la puerta siendo despedidas únicamente por Sirius, Remus y los gemelos Weasley. A Harry también le habría gustado despedirse de la menor de las hermanas, pero él tenía que estar ese mismo día en el Ministerio, por lo que no se pudo.
Sin importar cuantas veces había dicho que los adolescentes se volverían a encontrar cuando tenga que salir el expreso, allí estaban haciendo drama, bueno algunos más que otros. Cleissy todavía recordaba la actitud de sus hijas cuando les dijo que te tendrían que mudar, nunca en todos sus años criándoles creyó que tendría que soportar una rabieta de ese nivel.
Le daba una pequeña migraña de solo traer el recuerdo de los reclamos Maia y los ataques verbales de Denebola.
Allí realmente pensó que había sido muy mala idea que se acercaran tanto a Sirius, estaban tomando algunas actitudes que antes no tenían. Aunque tenía que verle el lado bueno del caso, ahora se expresaban más que antes, no iba a negar que se preocupaba que sus hijas fueran tan cerradas y retraídas como ella lo había sido en el pasado.
—Si saben que todos ustedes se verán este año en Hogwarts —gruño la azabache masajeándose el entrecejo.
Sirius por su parte se rio debido a la poca paciencia de su hermana, ganándose un golpe en la cabeza por parte de la misma.
—Bien, basta de lloriqueos. Al carro, ya dentro de 15 días se ven en la estación 9¾.
—Sigo pensando que es mejor que las chicas se queden aquí. De esa manera no van y regresan en un plazo tan corto —expresó el licántropo mientras las hermanas Lestrenge asentían.
—En el momento en que Canuto este sobrio durante 72 horas me planteare la idea de dejarlas aquí.
El nombrado indignado estuvo por replicar, pero Cleissy se le adelanto.
—Además, porque no veo que cargues el péndulo que te di.
El animago dio una risa nerviosa bajo la mirada de su hermana menor. —Eso no es algo de mi estilo.
—No te lo di porque me interesé si va con tu estilo o no, es una piedra mágica, que mucho me costo crear. Te dije que nos ayudara a comunicarnos y también es útil porque protege de cualquier tipo de maldición o hechizo —Gruño y usando un accio, el colgante voló hasta sus manos— Te lo voy amarrar tal cual correa de paseo.
Y cumpliendo sus palabras, la bruja casi ahorco a su hermano mayor como amenaza para que no se lo volviera a quitar.
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