1. La cafetería

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"Aquel día solo sentí la necesidad de entrar a esa cafetería, no tenía alguna razón o motivo para sentarme a tomar una taza de café o leer libros cuándo tenía tantos en casa. Me dejé llevar por la extraña sensación que sentía en mi pecho. No bastó tantos segundos para que mi mirada se fijase en ella, me tomé el tiempo de observar por un momento, no la conocía, pero supe que era quien me había traído a este destino".

C.R

10 de Mayo del 2022

—¡¿Estáaaas listaaaaa Coquita?!

El sonido estrepitoso de los pasos pesados y apresurados de mi hermana al subir las escaleras me anuncian el desastre que se avecina. Silba acoplando el ritmo de la música que me persigue desde la niñez.

—Oh no —gruño en murmullo, saltando de la cama, corro en dirección a la puerta de mi habitación. Giró la manilla colocando el seguro a la puerta. Esto me dará tiempo de buscar un escondite.

No quiero vivir esto de nuevo. Recuesto mi espalda en la puerta, restrego mis ojos y suspiró irritada. Veo cómo la hebra de mi cabello despeinado se intercepta en mi visión y suspiro. En estos momentos odio todo de mí, el humor se me ha ido al piso, solo deseo despedazar una presa de pollo a mi gusto y dársela a Bobby.

—Ya estamos cercaaa —alerta con un tono contento mi linda madre.

¿Por qué mi familia no madura?

—Luz de nuestra vida...

Me despegó de la puerta para ir en busca de los tapones para oídos que están escondidos en una caja de terciopelo negro, nadie sabe de la existencia de este objeto, me encantaría contarles su historia, pero me encuentro en una situación dónde cada segundo vale oro, no puedo darme el lujo de que se agoten.

—Pequeño sol resplandeciente, portadora de la bondad... —entona mi hermana entre risas.

Me inclino dejando que mi cuerpo toque el suelo de mi habitación, me desplazo por la madera fría hasta quedar debajo de la cama, colocó mis tapones, cierro mis ojos y me concentro en el sentir del silencio.

—Llegaste a nuestro mundo a cambiarnos la vida ¡Ay, hija mía!... —La voz de mi padre interrumpe el silencio. La melodía que desenvuelve con la guitarra que posee entre sus manos, me hace sonreír sin previo aviso —. Te hemos amado desde el primer día, te amamos y adoramos hasta la eternidad, hija mía ...—prosigue la voz de mi madre. Su sentimentalismo se da a notar al no poder continuar con la letra.

Me quitó los tapones, escuché el sonido de las llaves. Salgo de mi cama al entender que mi bella hermana era más lista que yo. Me siento en la orilla de la cama, esperando ver entrar a las tres personas que son parte de mi vida y me soportan.

—la la la la, uhh ohhh —canturreo sin ánimos al verlos entrar con una sonrisa que desborda felicidad.

La risa alocada de mi hermana hace su presencia.

—Por eso te deseamos un feliz cumpleaños, coquita —canturrea como blanca nieves con sus amiguitos del bosque. Ríe, sosteniendo la torta de tres leches que es la única que tiene mi atención.

—¿Es en serio? —reniego, señalandolos.

—No te hagas la dura, sé que en el fondo amas ser el centro de atención por unos segundos —se queja.

Mis padres se ríen, mirándose entre sí, luego se acercan juntos con sus brazos extendidos en el aire.

Me tapo mi rostro, aquí viene lo que más odio.

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⏰ Última actualización: Jul 06, 2023 ⏰

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