12 : ¿A quién has estado llamando, cariño?

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Desear la libertad sólo puede ocurrir cuando nos vemos atrapados en un lugar o momento en el cual no queremos

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Desear la libertad sólo puede ocurrir cuando nos vemos atrapados en un lugar o momento en el cual no queremos. Las personas que son realmente libres no suelen aprovecharlo como alguien encerrado lo haría. El verdadero camino despejado en la vida se da luego de salir de los arbustos espinosos, no puedes simplemente avanzar con seguridad y estar consciente de ello a tal punto de disfrutarlo, no cuando siempre tuviste el sendero limpio.

El sendero de Felix siempre fue oscuro, como el océano en la noche; tan, tan oscuro que ya no se pueden diferenciar el mar y el cielo. Felix nunca sabía si estaba flotando a la deriva o subiendo sin control, si el frío en su corazón era por la baja temperatura del agua o por las nubes rozando sus mejillas. Siempre se sintió perdido, y como nunca nadie le enseñó a prender su propia luz confiaba ciegamente en las personas que le juraban ver con claridad.

Él sólo tomó la mano de su madre cuando esta le dijo que debía ser el orgullo del reino de Bepsea y casarse con un bello príncipe. Tomó la mano de su institutriz cuando ella aseguró enseñarle todo lo necesario para vivir feliz junto a su Alfa. Y tomó la mano de Chan cuando este le prometió riquezas y amor durante su mandato juntos.

Tal vez pecó de tonto, pero él realmente confió en todas las personas que creía que lo querían. Fue educado para dejarse guiar y obedecer, para mantener la paz y calidez en la vida de su Alfa. Nunca aprendió cómo cuidarse a sí mismo.

Ponte bello y arréglate.. para el rey.

Mantente saludable.. para tu señor.

Siempre sonríe.. para Chan.

Confía en lo que piensa Chan. Confía en lo que dice Chan. Confía en lo que hace Chan.

¿Y alguien alguna vez dijo Felix en esas oraciones? No, porque sencillamente él no era parte del resultado. Nunca fue para ni por él, todo el tiempo fue Chan.

En algún momento de su vida se perdió en el limbo del cielo y el mar que no podía ver.

Hasta que se enteró de la criatura en su vientre.

Ese cachorrito fue su linterna, aquel que le permitió ver el océano cristalino y disfrutar del cielo despejado. Descongeló su corazón y le calentó el alma.

Entonces pudo ver dónde estaba y hacia dónde se dirigía. Y Felix decidió por sí mismo, él se dijo que basta.

Por eso, justo ahora, estaba tan tranquilo frente al caballete, retomando su única pasión de pintar hermosos cuadros y jugar con los colores, mientras sus Donceles y Doncellas corrían de lado a lado por su habitación, ordenando y limpiando con pánico. Nayeon le hablaba con temor a su lado y podía olfatear las feromonas tensas de Hyunjin custodiando la puerta.

Chan había vuelto al palacio de imprevisto hace tan sólo unos minutos, y aunque el Omega sabía que su Alfa iba a por él furioso y frustrado por el lazo de pareja entre ambos aún cerrado, mantenía la expresión pacífica y neutra en sus facciones. No había miedo, rabia o dolor en sus ojos, sólo un brillito particular que hacía ver preciosas a ambas iris mieles.

Youngblood ♡ chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora