Dime Kas

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¿Han escuchado que si juegas la Ouija u otra cosa se les aparece un Demonio y se apoderará de su cuerpo o les hará la vida imposible?.

¡Pues yo sí!

¡Pero yo no jugué ni hice nada malo pero al parecer ahora mismo tengo a un demonio durmiendo en mi cama! ¿Dónde se supone que voy a dormir ahora?

Que día tan más pesado, después de la conversación en el establo no paso nada más interesante, pero aún no logro descifrar ¿Quién era ese gato y por qué tanta insistencia de que no lo dejara con Diego?

Solo espero que el este bien.

(...)

Con Diego.

— ¡Eres un hargreeves y debes actuar como tal!

— ¡Ya te dije que yo no quiero la corona, ¿Cuántas veces te lo tengo que repetir papá?!

Ahí va de nuevo, siempre es la misma discusión siempre, ¿Por qué simplemente no puede entender que yo no quiero ser un heredero al trono?

Solo quiero ser un guerrero e ir a misiones, desde pequeño ese es mi sueño, siempre escuchaba a los guerreros reales hablar sobre sus aventuras y todas las criaturas que se encontraban en su camino.

Eso es fascinante, ir a misiones, pelear contra ogros y gigante, ver a hadas y dragones de todo tipo de especies, no estar encerrado en un palacio escuchando quejas de los que viven en el pueblo.

— Cariño cálmate por favor — mamá trataba de controlarlo pero papá se negaba rotundamente.

— ¡Este niño debe aprender lo que es ser un heredero al trono!

— ¿Te lo tengo que explicar con peras y manzanas papá? No. Me. Interesa. Ser. Un. Rey. ¿Así o más lento?

— Escucha Diego, si no cambias de actitud...

— si no cambio ¿Qué? — lo interrumpí — quitarme más cosas ya no puedes, ¿no te basto con quitarme a mis amigos y mi libertad? — solo me di media vuelta y salí del despacho mientras escuchaba como mi padre gritaba mi nombre.

Entre a mi habitación azotando la puerta mientras me sentaba en el piso aguantando las lágrimas.

Sentí cómo lago peludo me rozaba mi pierna y pude ver a un pequeño gato de ojos blancos.

— ¿Me extrañas te pequeño? — lo tome en mis brazos y pude notar como ponía sus patitas en mis ojos — No es nada está todo bien — le sonreí, aún que era algo extraño ¿Un gato no puede entenderme, o si? Cómo sea.

Me levanté del suelo mientras dejaba al gato en la cama y me dirigía al baño a cambiarme de ropa. Para después regresar a mi cama y encontrarme al mismo gato pero ahora dormido.

Con mucho cuidado me acosté y tape con las cobijas para no despertarlo y lo logré.

— Dulces sueños — me quedé pensando — no tengo un nombre para ti aún, creo que te llamaré — lo visualice bien para después decir — Amón, te llamaras Amón

Solo pude ver cómo se estiraba y bostezaba a lo que sonreír y cerré mis ojos.

— Buenas noches Amón...

(...)

Después de que el humano se durmiera me baje de la cama y abrí la ventana para saltar por ella y convertirme en mi forma humana mientras me dirigía al jardín.

Me senté en el pasto a esperar a mi hermano cuando sentí un zape en mi cabeza así que volteo rápidamente para ver de quién se trataba.

— Imbecil — fue lo primero que dijo mi gemelo para sentarse a un lado mío — ¿Por qué no me dijiste que ibas a estar con un humano? Dijimos discreción

El príncipe demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora