05

515 41 0
                                    

Detuvo el paso frente al bar, mirando el enorme letrero que había con el nombre de "Guilty Poison" en la entrada. La ubicación en su celular le indicaba que había llegado al lugar citado, por lo que entró, caminando despacio y buscando minuciosamente con la mirada a WooShik. Las personas en el lugar eran escasas, por lo que se creaba un ambiente tranquilo e inclusive privado. 

Lo divisó sentado en la barra de bebidas, dándole la espalda. A paso seguro se dirigió hasta él, tomando asiento a su lado. Parecía que su mayor le tenía malas noticias, pues sus brazos estaban apoyados en la barra, escondiendo su cabeza.

Tocó levemente su espalda, una ligera caricia que buscaba brindarle apoyo por lo que sea que estuviera afrontando, pero su disposición de ayudar se disipó cuando la persona a la que Park miraba no era WooShik. Se trataba de YoonGi, su expareja.

Ambos pares de orbes conectaron miradas, y sintieron como si las manecillas del reloj no siguieran su curso, deteniéndose y congelando el tiempo a su vez. Aquellos pares de ojos cafés analizaban lo más que podían al otro, intentando descifrar lo que no podían expresar en palabras por temor, duda, y pensamientos erróneos.

—JiMin, mi chico bonito. —enredando las palabras Min habló, sonriendo levemente por tener cerca a la persona que se apoderaba constantemente de sus pensamientos.— Has vuelto, ¿esta vez te quedarás, amor?

Park tembló al escuchar la pregunta. Como si su mente hubiera abandonado la idea de irse del lugar, el chico se encontraba quieto en el asiento, mirando a la persona frente a él en estado etílico. Tragó grueso, intentando buscar una respuesta, una reacción que le permita tranquilizar su alocado corazón, pero cuando estaba por pensar claramente, una mano se posó en una de sus mejillas, acariciándola con parsimonia.

El suave tacto ocasionó que ambos corazones martillaran en sus pechos de manera desesperada, temiendo que el contrario escuche los constantes latidos que emitían. Sintiendo que el aliento les fue robado en aquel contacto, ambos luchaban por mantener la calma.

La mirada del mayor se despegó de la de su expareja para descender a los belfos rosáceos y gruesos que se encontraban levemente separados, como si una invitación de sellar los contrarios con los suyos fuera otorgada. Por ello, YoonGi cerró sus ojos y se fue acercando poco a poco hacia el hermoso chico frente a él.

Pero aquel tacto ansiado nunca llegó. JiMin había apoyado sus manos en el pecho de Min, deteniendo toda probabilidad de probar una vez más los labios del otro.

—YoonGi, no podemos hacer esto. —susurró Park, mirando al chico y sintiendo sus ojos picar debido a las lágrimas que amenazaban con salir.— Llamaré a JungKook para que te lleve a casa.

Sintiéndose derrotado se puso de pie, y caminó a pasos rápidos con el propósito de retirarse del lugar. Su corazón dolía y le exigía dar media vuelta para regresar por la persona de la que ha estado enamorado todo este tiempo, pero su mente le traicionaba, intentando convencerse a sí mismo de que la decisión estaba tomada y que no había tiempo para arrepentimientos.

Pero mientras el intenso debate seguía en él, alguien detuvo su paso antes de llegar a la salida. Su cintura se encontraba siendo abrazada por alguien detrás de él, su espalda hacía contacto con el pecho de esa persona, y una respiración pesada chocaba en su cuello. JiMin sabía perfectamente de quién se trataba.

—No te vayas tan fácilmente. —suplicó Min, aferrándose al menor. Las lágrimas aparecieron, descendiendo de su rostro oculto en aquella zona en la que se escondía cada que el menor se lo permitía, y aprisionándose más a su expareja, tomó valor para pronunciar la frase que un mes atrás no se atrevió a dejar salir de sus labios.— No me dejes, cariño.

Las manos más pequeñas se posaron encima de las contrarias, deshaciendo el agarre. Y cuando YoonGi pensó que su pequeño se iría nuevamente, sintió unos brazos cálidos rodearlo en un abrazo. El abrazo que tanto necesitaba, de la persona que tanto amaba.

—Prometo quedarme sólo si tú prometes amarme por siempre. —sentenció JiMin, aferrándose al cuerpo del mayor, sintiendo la calidez que emanaban.—

El debate de sus sentimientos contra sus pensamientos finalmente tuvo un ganador. Park escogió dejar de temer a amar, aceptando entregar toda parte de él a su amor incondicional. Finalmente ya no habrían dudas sin resolver, noches sin dormir, ni más lágrimas de tristeza que derramar.

El llanto de Min se incrementaba más con cada palabra que el menor soltaba, dejando salir todas aquellas emociones que estuvo ocultado durante mucho tiempo. Las caricias en su cabello le fueron de ayuda para recordar que su chico había regresado, y que esta vez no se separaría de su lado. Aquella idea le agradaba en demasía.

Se separó levemente de JiMin para dejar un beso en su frente, y lo vio sonreír mientras le ayudaba a secar sus propias lágrimas, una sonrisa dulce y hermosa.

—Lo prometo, ojitos bonitos. —dio por finalizada la conversación, mientras volvía a abrazar al chico.—

Y aunque habían muchas dudas por aclarar y razones por explicar, ambos corazones volvían a regular sus latidos, sintiendo la calma que el otro le transmitía, confiando en que ahora nada los separaría.

Sólo serían ellos amándose hasta la eternidad, sin restricción alguna.







parece un final pero no lo es, sólo puse a reproducir la playlist que me hace creer en el amor, así que esto salió, ew :)

if we were together | ym auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora