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Miro su reflejo en la corriente de agua, intentando fijarse si no había algún animal peligroso por allí.Habia pasado dos horas desde que Mitsuri se había ido y le preocupaba que no fuera a regresar.No sabía dónde estaba ni como llegar a su hogar,sería muy problematico quedarse sola en un lugar desconocido.
―Bueno, aquí voy―
Se subió al borde del puente de madera,mientras se amarraba a la cintura la canasta llena de platos.Asi podría tener más peso y hundirse.El viento hacia que los mechones de su cabello se moviera a un lado.Su largo vestido amarillo también se movía de manera brusca.Cerro los ojos con lentitud,era su muerte y ya podía decirse el tiempo en que lo hacía.
Nuevamente se disculpaba con todos de manera mental y le suplicaba a cualquier dios para que la recibiera en sus paraísos.Vagar por el mundo de los vivos como un espíritu sin paz no era lo que quería.
―Pensé que ese asunto ya estaba resuelto...―
Al escuchar la voz de Mitsuri se sorprendió al parecer tendría que lidiar con una interrupción cada que intentaba suicidarse.La abrir los ojos notó que su camisa estaba manchada de sangre,al igual que algunas hebras de su cabello.
―Creo que he sido muy egoísta de mi parte encerrarte aquí―
Miro con terror como no tenía ninguna expresión en el rostro le daba escalofríos.
