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Sentía cómo si hubiera bajado de una montaña rusa treinta minutos después,nuevamente estaba en esa habitación sintiendo que la vida se le escapaba de las manos.Dos días habían pasado,donde había "perdonado" a Mitsuri de cierta forma. El día de su boda había llegado,vestida con el vestido blanco tradicional y un ramo de lirios del valle en sus manos. Ya había tomado un frasco entero de píldoras,si mal no había calculado comenzaría a ponerse mal en unas cuantas horas.Esperaba que Obanai estuviera listo,hoy acabaría todo.
Le pedía perdón a todos,pero era la única forma de que todo terminara.Si era el motivo de matar de Mitsuri,si ella ya no existía no tendría por qué matar a nadie.Todos los que mato descansarían en paz al ver qué la culpable de su muerte ya no existía más.Escucho como tocaban la muerta y se echaban a correr.
Al abrir la puerta con cuidado,se dio cuenta que el suelo estaba lleno de petardos de rosas,inclusive las escaleras y el camino seguía hasta el bosque.
―Si enserio existes Dios,por favor has que todo salga bien....―
Comenzó a caminar sobre los petalos sintiendo como todo desaparecía en sus alrededor.Recordaba ver una película donde la protagonista caminaba y caminaba por el jardín, de repente el jardín había terminado encontrándose con solo un mundo en completo color blanco,hasta que volvió a encontrar la entrada de su casa.
Su vida pasaba por sus ojos,su cumpleaños número 10 donde solo Tomioka había asistido y ambos se había terminado un pastel de chocolate entero.Su primera pijamada con Kanao y shinobu mientras amanecían bailando just dance.O cuando se vistió en Halloween con su primer novio.Todos esos momentos que atesoraba iba a desaparecer en cuestión de segundos.
Le agradecía a Shinobu,por esas veces que la ayudaba a curarse las cortadas que se hacía.
Le agradecía a Tomioka por compartir su humor suicida.
Le agradecía a Rengoku por aceptarla como una amiga.
Le agradecía a Kanao por ayudarla en sus estupideces.
Le agradecía a su antiguo novio por enseñarle cosas sobre lo que es el amor.
Perdonaba a Obanai,a su madre,a su padre,a Mark o a cualquier persona que le hubiera hecho daño sin justificación.Si iba a morir,quería descansar en paz.No irse con ningún pendiente más.
A lo lejos miro a Mitsuri,ella también tenía un vestido blanco solo que este era un poco ajustado.Tenia un maquillaje muy natural y su cabello estaba suelto.Cargaba dos pequeñas cajas de terciopelo negro,que contenían los anillos con los que se casarían.
―Te ves muy hermosa―
Exclamo Mitsuri como unas cuantas lágrimas en sus ojos,solo lograba ver a un ángel tan puro bajando del cielo. Lastimosamente,Y/N solo veía a una persona rota.
―Muchas gracias Mitsuri,tu también te ves muy hermosa―
La chica de ojos verdes notaba algo raro,ese brillo tan lindo en sus ojos se había ido y su piel se veía un poco pálida.Su cuerpo también,se veía aún más delgada de lo que estaba.La tomo de las muñecas,mirándola con mucha preocupación.
― ¿Que sientes bien?―
La de ojos azules asintió con la mirada,mostrándole una sonrisa algo débil.Debia ser el efecto de las pastillas,debía estar apunto de morir. Sin embargo,debía saber algo antes.
―Kanroji ¿Por qué me amas?―
Fue directo al grano,sorprendiendo a la chica más alta.Aunque ese tipo de preguntas le emocionaban,podía hablar de ella todo el día.
―Toda la vida me sentí vacía,sabía que algo me faltaba como un motivo. Siempre fui bonita e inteligente,o eso decían todos―
Bajo la mirada por unos momentos.
―¿Recuerdas esa vez que intente suicidarme? Cuando te vi por primera vez note que tus ojos tenía un brillo que yo no―
Escuchaba con atención todo.
―Después de ese día,me sentí tan extraña cuando tú imagen aparecía en mi mente.Descubrir que era amor lo que sentía por ti ―
Sus mejillas se sonrojaron.
―Tu haces que mi vida tenga sentido―
Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos,por que sentía lástima por ella y no odio como debería.Odiaba no poder odiar a nadie.
