daylight - J.G. & J.M.

{3}

octubre del 1996

Figo siguio el consejo de Enrique y fue ha hablar con Pep.

—Josep, ¿podemos hablar?

—Si, que pasa.—pregunto Pep mietras los dos corrian ya que era lo que habian de hacer.

—Sabes que eres mi amigo ¿no?

—Si claro, ¿por que lo dices?

—Puedes confiar en mi para lo que sea, y quiero que te sientas cómodo conmigo para hablar de lo que sea.

—Te has enterado ¿no?

—¿De que?—se hizo el extrañado para que Pep lo admitieran.

—De que soy gay.

—Si, Mou te ha delatado.

—¿Que? ¿Jose lo sabe?—"Como se ha enterado" paso por la mente del catalán.

—Si estaba fuera cuando tu estabas con tu novio.

—En todo caso ya hemos roto.

—¿Que? ¿Por que?

—Creo que siento cosas por alguien.

—¿Enrique?

—No, ¿como me va ha gustar Enrique? es mi mejor amigo.

—No se, podria ser.—el portugués estaba aliviado sería difícil competir contra Pep.

—No es él, prometeme que no se lo diras a nadie y no te rias.

—Te lo juro.

—No pongas ninguna cara. Es... como lo digo, Mourinho.

—Eso no lo he visto venir. ¿Puedo preguntarte algo?

—Dime.—Pep se esperaba lo peor.

—¿Por que no me lo contaste?

—Solo Enrique lo sabía, y desde que él lo dijo tu estabas raro y pensaba que no te lo tomarías bien, iba ha contartelo pero primero queria saber lo que opinabas.

—Pep, somos amigos, no me importa si le quieres comer la polla a José, no voy a juzgarte.

—Gracias, pero ¿por que estas asi que Lucho?

—Jurame que no se lo vas ha decir.

—Te lo juro—respondio él vagamente.

—Estoy enamorado de Enrique desde que llego al club.—Figo se quito un peso de encima ya que por fin lo habia dicho.

—No lo he visto venir.

—¿El que no habias visto venir Pep?—dijo Enrique acercándose por detrás.

A Figo casi se le para el corazón.

—Que hoy de postre hay yogurt, nunca los dan.

—Si hablando de eso, voy a beber agua—dijo el portugués intentando escapar.

—Vale—a Enrique de verdad le extrañaba la actitud de Figo.—¿Que le pasa?

—No se, esta raro.

—¿Ya no esta cabreado?

—¿Cabreado? ¿Con quien? ¿Conmigo? No he hablado con él.

—Me alegro.

—Oye ha ti te gusta Figo ¿no?

—¿Que? ¿Yo? No.—Enrique se puso nervioso y empezó a sonrojarse.

—Luiiss...

—Esta bien, si me gusta Figo.

—Creo que deberias decirselo.