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octubre del 1996

Guardiola se despertó es su habitación, era tarde y tenia un fuerte dolor de cabeza. No recordaba como habia llegado ahí, lo último que recordaba era que Mourinho lo había besado, espera, ¿Jose lo había besado? Entonces empezó a recordar lo que había pasado. Habia ido a su casa y tal como le había dicho Figo le habia comido la polla y luego se habia ido a casa. No sabia como habia pasado eso y si el portugués lo recordaría. Queria llamarlo, queria que el lo llamara, pero esa llamada nunca llegó.

Al día siguiente Guardiola fue a entrenar, es era el momento para hablar de aquello. Se encontro con él en el vestuario, ni siquiera se atrevió a mirarlo.

—Oye Pep—se atrevió a hablar el más bajo.

—Dime.

—¿Acaso recuerdas si algo paso ayer? Es que me desperté y ni siquiera sabia como había llegado ahí.

—¿Que? No, no recuerdo nada.

El mas joven no pudo evitar deprimirse al saber que el portugués no se acordaba de nada. Lo que le llevo a deducir que lo que paso fui por los efectos del alcohol, eso le rompió el corazón.

—Ah esta bien, te veo luego—dijo el mayor para dedicarle una sonrisa y irse.

——•——
Desembre del 1996

Los meses habian pasado y su relación había empeorado. Solo hablaban si era necesario hacerlo, pero nunca por gusto.

Aquella noche era la última del año y los jugadores de barça habían organizado una fiesta en casa de Enrique. Pep iba ha ir, ni siquiera tenia nada mejor que hacer.

Cuando llegó lo primero que vio fue un par de coches fuera y luces saliendo de la casa. Entró y vio como Enrique y Figo estaban besándose en un sofa, era algo común en ellos desde que habían formalizado su relación.

Eran las 23:30 y decidió ir a la cocina a beber algo de alcohol, no había nadie pero decidió cojer de la nevera y comenzar a beber. Un poco después apareció alguien, el catalan no lo habia notado hasta que habló.

—Pep—dijo posicionándose enfrente suyo.

—Eh, hola Mou—contestó nervioso.

El portugués empezó a acercarse a él, poco a poco, hasta que sus cuerpos estuvieron demasiado cerca. El menor dejo el vaso en la encimera y sintió una mano posarse en su mejilla. Eso hizo que su cara sonrojara por completo, el contrario no lo habria notado de no ser porque su mano lo notaba ya que estaba demasiado centrado en los ojos del catalán, quien no se atrevía a mirarlo hasta que el mayor acarició su mejilla, obligándole a conectar sus miradas.

Pep se puso aún más nervioso, pero decidió que debía arriesgarse y rodeó la cintura del traductor con sus brazos. La mano libre del más bajo se posó en su otra mejilla. Ninguno sabía cuánto tiempo llevaban mirandose, hasta que el capitán habló.

—Si me acuerdo de lo que pasó.

Jose unió sus labios con los de Pep en un tierno beso. En ese instante se escucharon fuegos artificiales que les indicaron que el año acaba de empezar. Se separaron con una sonrisa en sus labios. El catalán unió su frente con la del portugués siguiendo con su tonta sonrisa.

—T'estimo—le dijo casi en un susurro.

El contrario sonrió aun más, ni siquiera sabia lo que significaba, pero podía imaginarlo.

—Te amo.

El número 4 escondió su cara en el cuello del segundo entrenador, quien se estremecia en cada respiración del futbolista.

daylight - J.G. & J.M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora