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El hombre sonrió y dejé que mi mirada se detuviera en su rostro. Sus ojos tenían un tono encantador azul pálido. Su color me recordaba a un perro Siberiano, excepto que la persona sentada junto a mí no era un animal. Claro, tampoco era humano.

"Tengo que irme ahora, Nick," dije. "Gracias por los tragos."

Él acarició mi brazo. "Tómate otro. Permíteme disfrutar de tu hermoso rostro un poco más."

Ahogué un bufido. ¿Estaba coqueteando? Pero si le gustara tanto mi rostro, entonces sus ojos no hubieran estado tan clavados en mi clavícula.

"Bien. Mesero..."

"Déjame adivinar." Una voz alta vino del otro lado del bar. Un rostro desconocido me sonrió. "Un gin tonic, ¿Cierto Reaper?"

Mierda.

Nick se congeló. Luego hizo lo que yo temía que hiciera, corrió.

"¡Código Rojo!" grité, saltando detrás de la figura que huía. Hombres de negro fuertemente armados corrieron a la barra, empujando a los clientes a un lado.

Nick tiró gente hacia mí mientras lo perseguía. Gritando, empujando los cuerpos que me golpeaban, hacía mi intento de atraparlos y arrojar un cuchillo de plata a través del corazón de Nick, incluso más difícil. Una de mis estacas aterrizó en el pecho de Nick, pero demasiado lejos del centro para haber golpeado su corazón. Aún así, no podía dejar que esa gente se esparciera por el suelo como si fueran basura. Nick quizás pensaba así de la gente. Yo no.

Mi equipo se dispersó, resguardando todas las salidas e intentando mantener los clientes que quedaban fuera del camino.

Nick llegó hasta el extremo más lejano del bar y miró a su alrededor frenéticamente. Ahí estaba yo, avanzando hacia él con mis cuchillos de plata, y mis hombres con sus armas Águilas del Desierto apuntándolo.

"Estás rodeado," resalté lo obvio. "No me hagas enojar, no pensarás que soy hermoso una vez que me veas enojado. Suelta a la chicas."

Tenía a dos bajo su agarre, una mano en cada garganta vulnerable. Ver el terror en los ojos de esas chicas hizo que se encendiera la ira a través de mí. Solo los cobardes se esconden detrás de rehenes. O los asesinos, como Nick.

"Yo vivo, ellas viven, Reaper," susurró Nick, ya no había romance en su tono. "Debí haberlo sabido. Tu piel es demasiado perfecta para ser humano, incluso si tu corazón late y tus ojos no son grises."

"Lentes de contacto. La ciencia moderna es una perra."

Los helados ojos azules de Nick se volvieron del color verde brillante de los vampiros y sus colmillos se asomaron.

"Fue un accidente," gritó. "Yo no quise matarla, solo tomé demasiado."

¿Un accidente? Oh, tenía que estar bromeando. "Su latido disminuyendo te habría advertido," repliqué. "No me vengas con esa mierda de que fue un accidente, vivo con un vampiro, y él no ha tenido un momento de 'ups' ni una vez."

Si era posible, Nick se volvió más pálido. "Y si tú estás aquí..."

"Eso es correcto compañero."

El acento era inglés, y el tono era letal. Olas invisibles de poder rodaron por mi espalda mientras mi hombres se apartaban para dejar pasar a Taehyung, el vampiro en el que más confiaba y amaba.

La mirada de Nick no se movió, lo cual había esperado. No, sus ojos no me dejaron mientras de repente arrancaba mi estaca de sí mismo y apuñalaba a una de las chicas en el pecho.

Al Final de la Tumba - #3 - KTH + JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora