Capítulo 3: ''la luna también lloraba, pero el lobo nunca lo supo''

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Él la miró y sonrió.

— Antes de subir a la azotea, quiero que te quites el maquillaje— dijo él mientras agarraba las bolsas de comida.

— tu estas loco si piensas que te dejaré ver mis pecas — dijo ahora ella mientras agarraba dos almohadas.

— esta bien, te voy a respetar solo por esta vez —habló el sonriendo y siguiendo a la chica.

Subieron con dificultad la escalera del ático y caminaron despacio hasta la pequeña ventana de aquél oscuro lugar. Ella la abrió como si fuera experta y salieron por la ventana, acomodaron bien los almohadones y se sentaron a mirar el lugar, comenzando a comer algunas gomitas.

— pequitas, ¿te gusta ese apodo? —preguntó él mientras comía gomitas ácidas.

— claro que no— ella negó rápidamente y él sonrío.

— bien,entonces pequitas serás— él se rió y siguieron charlando.

— ¿te crees lista para hablar sobre el pasado?— preguntó él.

Un silencio cómodo los inundó a ambos, se sentían bien y tranquilos.

— me creo lista — dijo ella segura mientras comía y tomaba un pequeño trago de aquella bebida energética.

— yo también..— dijo él mientras miraba todo.

— podríamos charlar sobre eso— sugirió ella.

— Hablemos sobre eso el 13 de septiembre, ¿quieres? — dijo él riéndose y mirándome.

— muy bien — ella sonrió y se quedó callada al ver como él se acostaba en sus piernas, ella podía sentir el cabello de la nuca contraria ya que ella llevaba falda.

— me di cuenta de demasiadas cosas que pensaba de ti — admitió él mirando fijamente a ella.

— ¿ah sí?

— se.. — soltó con pereza mientras miraba atento todo.

— ¿Qué quieres estudiar? — habló ella luego de unos minutos así, estaban cómodos y tranquilos  con la compañía del otro, era lindo para ellos sentirse de esa manera tan peculiar.

La vida de los dos fue difícil y para nada bonita, decepciones, pérdidas y llantos, tantas cosas escondía el pasado, cosas tan perturbantes y espantosas que vivieron.

Él la miraba desde abajo, sonriendo al notar que esta acariciaba su cabello de una forma tan rara y le gustaba. Aquella acción tan tímida de ella y la curiosidad en sus ojos a él le encantaba que ella lo mirara de esa forma, una mirada tan cariñosa y tierna.

—creo que podría estudiar medicina —dijo el sonriendo y tomando un poco de la bebida energética que ellos dos compartían.Ella se quedó mirando a la nada, seria y pensativa, con una pizca de duda y adrenalina.

—¿Alguna vez te drogaste?—preguntó ella de repente, él se quedó callado, nunca lo había hecho pero siempre había querido experimentar aquel sentimiento de adrenalina y temor.

—no. nunca. —dijo mientras ahora la miraba , tenía dudas, aquella chica podía ser tan extraña para él a veces, aunque llevaban casi tres meses siendo amigos, está a veces era tan guardada con sus cosas, él también obvio pero, habían arreglado que el 13 de septiembre se dirían todo.

—Yo lo hago, pero solo cuando estoy al borde de la locura —dijo ella, él se quedó callado.

—tienes…?

—no, no la tengo pero voy a una fiesta a veces y un amigo me la da especialmente— el suspiro y acomodo la cabeza en las piernas de esta,

—supongo que mientras no la ingieras seguido esta bien— dijo el dudoso de su forma de pensar

Los dos se miraron y se quedaron callados, bebiendo aquellas latas con líquido energético mientras comían gomitas y miraban la luna.

El se sentía bien y tranquilo,inocentemente acomodó mejor su cabeza en las piernas de esta. Ella sintió una sensación eléctrica por su columna vertebral, ella sonrió y acarició el cabello de este, dando mimos por sus mejillas y nuca, era divertido ver a un chico nervioso, por lo menos para ella lo era

—¿crees…en lo que pueda llegar a pasar después de la muerte?— hablo ella

—uhm..solo tengo mi propio pensamiento sobre eso…— él la miró

—¿Cuál es?.

—todos tenemos una misión en este lugar llamado tierra, las personas buenas van al cielo y las personas malas a la tierra, la tierra representa el infierno y el cielo paraíso...a veces los ángeles cuando se llevan a las personas buenas al cielo,se les caen de los hombros, y aquellas personas quedan en la tierra, terminan falleciendo gracias a personas malas, después de la muerte, pueden pasar miles de cosas, almas desterradas o pérdidas, pensamientos depresivos y hasta la misma alma muerta puede…puede volver a fallecer, puede volver a nacer y puede volver a sufrir.—explicó el mientras miraba directamente el cielo.

—nunca…lo vi de esa manera, yo también pensaba en que todos teníamos una misión en este lugar llamado tierra, pero..¿cual seria la mia? ¿cual seria mi misión? nunca le he gustado a nadie, nunca pude hablar o confesar lo que siento, siempre hago todo mal, no tengo un círculo estable de amigos, yo…no tengo una misión en esta tierra..

—no digas eso, — dijo este mientras le tomaba del rostro y la miraba fijamente a los  ojos, se miraron por milésimos segundos, por que el la miraba así? pensaba ella mientras trataba de buscar alguna razon del porque sentía sus manos sudorosas, del por que estaba nerviosa, del por que su cuerpo reaccionaba a escalofríos choques o roces entre ellos

Ella desvió la mirada y cerró sus ojos, no debía llorar, no podia, no se lo permitía abiertamente,

El sentía tantas sensaciones de golpe sin saber cómo expresarlas, miraba fijamente a aquella pelirroja con ojos celestes y pecas ahora, el sonrío y le acarició los pómulos, comenzando a quitarle el maquillaje, comenzando a ver las pecas de ésta.

El comenzó a apoyar su dedo en el pómulo de ésta, volvió a repetir lo mismo, ella lo miraba y veía como este movía sus labios.

— 40 ... 41 ... 42 ... 43... - finalizó el y la miró sonriendo.- tienes 43 pecas..- repitió y luego acercó su rostro al de está, comenzando a dar besos en cada una de aquellas pecas,hasta las más pequeñas y claras.

A ella le invadieron tantas emociones en aquel momento, sentía los labios contrarios en su rostro, podía sentir todo, él le estaba quitando aquellas inseguridades; sus pecas.
Su padre le había dicho que eran feas y parecían manchas, que una niña bonita no debía de tener pecas, que era una niña fea .

Aquellos sentimientos de desesperación y nervios cerca de él, ella tan solo lo miraba, cuando este termino ella sonrió y apoyó suavemente sus labios en la frente de este.

—te quiero..—susurro él mirándola, ella sonrió y asintió levemente.

—también te quiero…

A veces solo ellos se entienden, solo ellos sabían lo que causaban en el otro;felicidad,cosquilleo,desesperación. Ellos sabían que aquello solo era pasajero,sabían que no tendrían un para siempre, que no serían felices por mucho tiempo. Que se iban a separar y que cada uno haría su vida como deseara y ya no se verían más, pero por lo menos sabrían que disfrutaron del otro, es como dice la frase, no? “En otra vida, estaremos juntos y seré tu vino, del que puedas beber cuando desees”, algo para pensar brevemente, el vino, aunque pasen los años, es el mismo, pero su sabor cambiará.. lo mismo con las personas, uno puede ser el mismo físicamente por años, pero la mentalidad de uno, cambia con los años.

Lo que hacemos no es vivir, es soportar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora