capítulo 9 : "13 de septiembre"

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– ¿Estás lista?– preguntó él mirándola, ella se quedó callada y miro su rostro, luego los labios de este y luego, sonriendo levemente.

– Estoy lista, empiezas tú o empiezo yo?

– empiezo yo..

Los segundos pasaron rápidamente, los dos nunca habían hecho algo parecido con nadie, el contar su vida entera era extremadamente nervioso, más si su vida era un caos ya, el no sabia como comenzar, ¿que debía decir? ¿que debía hacer?¿por qué ella le estaba acariciando el cabello y sentía su corazón latir tan rápido como si hubiera corrido una maratón? Todo era muy nuevo para ellos, el sentirse cuidados por alguien era muy extraño, nunca lo había visto de aquella manera, era un mundo nuevo.

– Tuve una hermana,ella se llamaba Ana. mi padre la asesinó cuando estaba borracho, ese día mi hermana me mandó a descansar y mi padre llegó a altas horas de la noche, mis padres discutieron y mi padre casi apuñala a mi madre..mi hermana se colocó en medio y ella fue apuñalada, trato de defender a mi madre..-- explicó el mientras miraba el agua del lago, esta reflejaba la luna

– oh..y a tu padre lo encarcelaron?

– todos olvidaron el tema.. no tuvo condena– dijo mientras daba cortas pataditas a la piedra cerca de su pie

El silencio volvió a caer, él la miró unos segundos y le sonrió, quería poder ser cariñoso con ella, quería poder abrirse y ser su apoyo emocional. Mientras tanto ella estaba teniendo un debate mental, no sabia que hacer, ¿él la criticará?¿ o la apoya? no lo sabía, por un momento en su vida, trato de tener valor y sonrió, mirándolo.

– mi madre falleció cuando yo tenía un año, desde ese momento convivo con mi padre, hace unos años fui violada por el socio de mi padre, hasta el dia de hoy no lo volví a ver, solo tenía trece años y me hizo vivir un infierno, mi padre nunca lo supo..-- mientras ella hablaba él la miraba, se acercó a esta y la abrazó levemente, debía de ser horroroso ese recuerdo, no podía creer que una chica tan sonriente y feliz hubiera soportado tal acto, y ahora debía de vivir con un trauma.

– solo fue una vez?-- pregunto preocupado mientras apoyaba su cabeza en el hombro de esta y escuchaba a esta reír, a ella le daba cosquillas la respiración de este contra su cuello, era sensible allí.

– por suerte si, después solo fueron toques, pero con tratamiento y ayuda psicológica pude aunque sea olvidar ese momento– dijo mientras miraba la luna.

El revisó su mochila y busco algunas cosas, de allí sacó una bolsita de dulces y sus auriculares, los conecto a su celular y le acercó uno a ella, la cual le sonrió y tomó entre sus manos este, colocándose, los dos se acostaron en el suelo y miraron la luna mientras comían dulces, se sienten tranquilos de poder confiar en alguien, se sentía aliviado de todo ese estrés llamado mundo, el la miro unos segundos luego, quería hacer algo pero no sabia si debia.

– ¿Qué sucede?-- preguntó ella riendo al verlo tan centrado en ella, como si quisiera pedirle algo.

– ¿puedo apoyarme en tu pecho? parece cómodo – ella soltó otra carcajada,seguido de un asentimiento

– claro que puedes – se acomodaron y se dejaron llevar por la tranquilidad, cayendo en manos de morfeo, dios de los sueños.

. . .

Ya habían pasado varios días y la relación de estos se hacía cada vez más fuerte, su necesidad de verse y escaparse era más grande que alguna otra, la gente los tomaba como pareja ya que siempre hacían las mismas cosas, se encontraban en la puerta del colegio, se sentaban juntos y salían al recreo juntos, no les gustaba que la gente los mirara, asi que subian a la azotea del colegio, la cual estaba clausurada. Hace meses una alumna se había suicidado allí, increíble, ella logró escapar.

Luego se iban juntos y se volvían a ver en la noche, obviamente que nadie sabía lo último, nadie se enteraba de aquello, el que la gente siempre supiera lo que hacía les molestaba, no lo dejaban vivir a su forma

En fin, nadie lo entiende. El llegaba rápidamente a la escuela, se había quedado dormido, la noche anterior había estado con ella hasta tarde, madrugada específicamente, y en la mañana no llegó a levantarse y hacer su rutina, entró apurado al salón, encontrando a ella sentada con un chico, no lo conocía, apretó sus labios, miró al profesor el cual le hablaba.

– alumno, llega 23 minutos tarde. Lo lamento pero debe salir de mi clase– explicó el profesor tratando de sacarlo.

Mientras tanto ella no estaba al tanto de la situación, al darse cuenta hizo contacto visual con este, se levantó y miró al profesor.

– son solo 23 minutos, además, acaso quiere escuchar quejas cuando él no entienda el tema? va a ser más trabajo para usted profesor…– dijo esta mientras veía como el profesor suspiraba.

–bien, ve a sentarte niño, pero que no vuelva a pasar
En silencio el camino hasta el asiento del fondo y se acomodo, aquella clase fue la peor de su vida, recordar los momentos en los que estuvo solitario y perdido, consultando a la gente que era feliz o que aun que sea fingía serlo, todos quieren gobernar el mundo y eso le molestaba, estaba celoso.

Aquel chico la hacía reír y la abrazaba a cada rato, ¿que necesidad de estar tan pegados?¿por que ella le sonreía? el estando demasiado celoso suspiro y siguió con sus estudios, debía volver a ser el mismo, debía de concentrarse, no era momento para llorar ni lamentarse, el no era un juego.

Se dan cuenta como una simple acción cambia todo? exacto, eso pasa en la adolescencia, estamos sensibles por cualquier cosa en el mundo, estamos sensibles por una simple acción o pensamiento.

Luego de horas el día escolar había acabado, los alumnos cansados y estresados volvían a sus casas esperando no tener que hacer nada, o por lo menos eso quería él. No quería hacer nada más,hoy quería dormir profundamente, no quería salir de su cama, tenía miedo.

Suspiro al cruzar el marco de la puerta principal, camino tranquilo hasta su habitación y abrió la puerta, tiró la mochila al lado de la puerta y levantó la mirada, abriendo bruscamente sus ojos y sonriendo, sintiendo sus mejillas húmedas y cómo sus ojos picaban, corriendo a abrazar a aquella chica, su prima shayla.





















  

    




Lo que hacemos no es vivir, es soportar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora