Journeys: El Sueño Del Chico De Pueblo Paleta

El Regreso del Campeón

Aviso: no soy propietario de ningún ánime, imagen o personajes que aparezcan. Créditos a los creadores.

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Capítulo 1: El Campeón Regresa.

Aeropuerto de Ciudad Carmín

En la única instalación de transporte aéreo de toda la región Kanto, por encima del mar y donde las nubes dominan, un avión proveniente de la región paradisíaca por excelencia comenzaba a vislumbrarse en el horizonte.

-Atención pasajeros, el vuelo TK04 se encuentra listo para aterrizar en el aeropuerto de Ciudad Carmín en pocos minutos, les pedimos se preparen para el aterrizaje-

Las palabras fueron dichas desde la cabina y transmitida por medio de los altavoces, las cuales fueron lo suficientemente audibles para un pequeño roedor amarillo con mofletes rojos.

Éste agitó un poco sus orejas y comenzó a despertar.

-¿Pika?... Pika-pi...Pika'chu- llamó a su entrenador que dormía casi babeando, a lo que el azabache que todo el mundo conoce comenzaba a volver del mundo de los sueños ante el llamado de su fiel amigo y compañero de batallas.

-Pikachu... ¿Ya llegamos?- el entrenador oriundo de Pueblo Paleta comenzaba a estirar sus extremidades y balancear su cuello en un intento por quitarse cualquier malestar dado por la postura en la que durmió, abriendo con fascinación sus ojos al ver el paisaje a través de la ventana -¡Mira amigo! ¡Hemos vuelto a Kanto!-

Una parvada de Pidgeot y Pidgeotto cruzaban los cielos con un rumbo similar al del transporte, y al descender la vista hacia el extenso mar de la región, podía apreciarse un grupo de Lapras nadando con calma, seguidos de cerca por otra familia de Dewgong y Seel, con algún Starmie brincando fuera del agua y reflejando un majestuoso brillo carmesí con sus gemas.

-Sin duda volver a nuestro hogar es maravilloso... ¡Y esta vez lo es aún más! ¿No lo crees, Pikachu?-

-¡Pika!-

Esta vez el pelinegro estaba más alegre y risueño que de costumbre, y aquellas pequeñas ampollas debajo de sus ojos eran también una prueba de lo emocionado que estuvo durante el trayecto del vuelo antes de descansar.

Si bien siempre estaba presente su emoción por volver a su hogar, donde dio sus primeros pasos como entrenador y experimentó por primera vez lo maravilloso que era el mundo de criaturas fantasiosas en el que vivía, en esta ocasión se sentía a sí mismo que volvía verdaderamente satisfecho y airoso.

Ya no más volver con las manos vacías, todos sus regresos venían cargados de grandes experiencias, enseñanzas y recuerdos, tanto de las personas como de los pokemon que conoció durante sus viajes, pero siempre se le quedó ese mal sabor de boca de no haber podido dar el último paso y consagrarse en su carrera, de consagrarse como un campeón.

Eso se había acabado, durante su estancia en la región Alola, había finalmente demostrado que todo lo que aprendió, los amigos que conoció y que depositaron su confianza en él, el apoyo incondicional de sus seres cercanos y todos los tropiezos que tuvo durante su trayectoria, no habían sido en vano.

Hoy volvía a pisar tierras kantonianas como un laureado ganador, sin embargo, esto no era suficiente.

El aspiraba a ser más que sólo un campeón, más allá de ser el mejor campeón y entrenador pokemon más fuerte, estos solamente eran grandes pasos que lo acercaban cada vez más hacia su meta, la maestría absoluta, un Maestro Pokemon.

En estos instantes podía simplemente disfrutar más que del sabor de la victoria, el sentimiento tan satisfactorio de haberse quitado un gran peso de su espalda.