A Jimin y Jungkook les encanta exhibirse frente a todos, pero, ¿Qué pasará cuando lleguen a su límite?.
-Quiero besarte tantas veces frente a ellos, que sepan que eres mío y yo soy tuyo. Quiero dejar marcas en tu piel haciéndote el amor en el escena...
—¡Ay!—Jimin chillo de dolor.—Jungkook me dolió.—se quejo.
—Lo siento bebé.—se disculpó.—Pero tienes unas nalguitas muy suaves.—suspiro apretando las en sus manos y recostando su cabeza en ellas.
—Pero no tenías que morderlas.—hizo un puchero, volteando su cabeza llevando su dedo índice, acariciando las marcas de los dientes de Jeon.—Esta rojo.
—Con un besito se quitará amor.—comenzo a repartir besos por todo el trasero de Jimin, concentrandose principalmente en la marca que dejó con sus dientes.
Ahí estaban ambos, hormonales era una palabra que se quedaba corta al describirlos. Empezaron un maratón de películas como lo era cada fin de semana que tenían disponible, pero una cosa llevo a la otra y ambos terminaron desnudos y cachondos en el sillón de la sala.
Jungkook llevaba varios días libres, pues tenía que descansar para estar con toda la energía cuando empiece su gira, pues se llevaría acabo en Asia, Europa y Norte América, usualmente eran giras muy extensas que drenaban la energía del pelinegro. Era tanto el esfuerzo que ponía en dar un show completo que no media las consecuencias y su cuerpo terminaba colapsando.
Pero está gira resultaría diferente, pues Jimin se tomará unas pequeñas vacaciones, las campañas y eventos de modelaje tenían a reventar su agenda, que se comenzaba a sentir abrumado en cierta parte. Por lo que acompañaría a Jungkook en todo su tour.
—Mmmgh.—el azabeche mordió su labio grueso, cuando sintió el miembro de su novio dentro de su cavidad anal.
—Estas tan apretado.—murmuro ronco en el odio de Jimin, quien no pudo aguantar que una corriente eléctrica recorriera toda su espina dorsal, al escuchar la voz masculina del pelinegro.
El movimiento de caderas del pelinegro comenzaba a tomar un ritmo rápido, el sonido de pieles chocando inundo toda la habitación de la sala, en sinfonía con los gemidos y jadeos por parte de ambos, los roncos gruñidos por parte de Jungkook no se hicieron esperar, era tan placentero estar dentro de Park, que sentía que perdería la cabeza en cualquier momento. Lo follo y azoto tanto que Jimin ya no sentía las piernas y le dolía la espalda baja, sabía que el día de mañana iba a estar adolorido y quejándose con su novio, pero el precio valía la pena cuando tenia una gruesa polla en su interior que sentía que lo partiría en dos.
Park era un jodido masoquista amante del sexo rudo. Disfrazaba sus demonios seductores con esa carita de angel, cuando sus fetiches y fantasías iban más allá de la imaginación de cualquier persona. Pues muy en el fondo le ponía ser follado en público frente a miles de personas. Su novio sabía muy bien esa extraña fantasía y no dudaría en cumplirla más pronto de lo que el creía.
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