𝘓𝘰𝘴 𝘥𝘰𝘴 𝘢𝘮𝘰𝘳𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘮𝘪 𝘷𝘪𝘥𝘢. (4/5)

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Lleva unos vaqueros negros, un suéter ancho de color crema, botas altas marrones y un abrigo negro. Jamás se pregunto cómo iría vestida cuando volviera a ver a Wanda porque nunca pensó que sucedería tal cosa.
Pero aquí tenía la respuesta a esa pregunta que jamás pensó que se haría: vaqueros y un suéter.

No existe un código de vestimenta para este tipo de situaciones, para reencontrarte con el amor de tu vida, a la que dieron por muerta después de su primer aniversario.
Con uno de los amores de su vida.

Una de los dos.

Nat se había ido temprano esa mañana y no la despertó para despedirse. Solo ha abierto los ojos cuando la escucho salir y cerrar la puerta de entrada. Luego la ha visto andar hasta el auto y meterse dentro. Tenía una expresión estoica, pero su postura la delataba: hombros caídos, cabeza gacha; parecía una mujer desesperada.

Se ha marchado antes de que pudiera decirle nada y no ha respondido cuando T/N le ha llamado al móvil.

El vuelo de Wanda aterriza a las tres.

comienza a ponerse nerviosa.

El avión de Wanda aterriza dentro de cuatro horas.

Wanda, su Wanda, llega hoy a casa.

La dejó en el aeropuerto de Sokovia hace tres años y siete meses y estará esperándola en el aeródromo cuando aterrice.

Miró fijamente al parabrisas, aturdida por lo que está pasando en su pacífica y estable vida.

Tiene una esposa y una prometida.

Giró la llave, arrancó el motor y salió del aparcamiento.
Tras años de ausencia, la mujer que Perdió regresa a casa.

-Es difícil saber cómo se sentirá- dijo Bruce a medida que caminaban. -Por lo que he oído, ahora mismo nuestro principal objetivo es hacer que se sienta a salvo.

-Por supuesto- dijo T/N.

Justo antes de llegar a la puerta, Bruce se da la vuelta y la mira.

-Por eso decidimos no decirle que has seguido adelante.
Así que lo saben. Pues claro que lo saben.

-De acuerdo- dijo sin saber muy bien qué responder, salvo una confirmación de que lo ha oído.

El viento se levanta y se arrepiente de no haber traído algo más abrigado. Hace más frío de lo que pensaba. Se cierra el abrigo con más fuerza y ve
que Potts hace lo mismo.

-Si quieres puedes decírselo- dijo Bruce. -Pero no sé cómo va a reaccionar si se entera de que ya te has comprometido con otra mujer.

Es ese «ya» lo que le molesta. Un «ya» incrustado en la oración, como si su lugar natural fuera preceder al «te has comprometido».
Decidió callarse, que lo mejor que podía hacer era permanecer estoica. Pero antes de darse cuenta de lo que hacía, dejó que los sentimientos que albergó en su interior se transformen en palabras.

-No hace falta que hagas que me sienta culpable- le dijo. -Ya me siento bastante culpable yo sola.

Aunque sabe que la ha oído, finge no haberlo hecho. Da igual. Aunque hubiera prestado atención, no creía que entendiera lo que quería decir.

Se sentía fatal por haberse rendido con Wanda. Por pensar que estaba muerta. Por seguir con su vida. Por enamorarse de otra. De hecho, estaba furiosa consigo misma por eso.
Pero también sentía una rabia enorme por no ser leal a Natasha, por no ser firme y demostrarle su auténtica devoción, como le prometio que haría. Estaba enfadada por ser tan insegura, por no ser la clase de mujer capaz de decirle que es la única mujer para ella, por no darle el tipo de amor que se merece.
Estaba enojada consigo misma por un montón de cosas.
Por tantas, que apenas tenia tiempo para preocuparse por lo que los demás pensaban de ella.

One Shots (Marvel girls y Female reader) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora