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Querido Cellbit, vi que leíste mi carta, no sabes lo feliz que me pone eso. Me pregunto cómo te hizo sentir ¿te sentiste halagado? ¿Amado? ¿Enfermo?, no importa, tengo suficiente con saber que llegaste a pensar tanto en mi como para cambiar las cerraduras de tu casillero. Por favor no lo vuelvas a hacer, es un desperdicio de dinero y esfuerzo porque yo seguiré encontrando la forma de abrirlo

¿Qué se siente que me gustes tanto?

...

Cellbit empezó a sentirse mareado, creyó que esta situación no se volvería a repetir después de conseguir un buen candado y trabajar todo la noche en un nuevo sistema de seguridad para su viejo casillero. Revisó sus pertenencias asegurándose de que no faltase nada, después de un rato se retiró, sus clases estaban a punto de comenzar.

Apuntaba en su cuaderno una serie de problemas matemáticos, la profesora no dejaba de dictar y su mano empezaba a acalambrarse. Pronto su irritante voz fue interrumpida por la directora, quien entraba con sus ruidosos tacones y su perfume empalagoso, lucia completamente sería.

-¿buenos días profesora ¿puedo interrumpir su clase un momento? - como si no lo estuviera haciendo ya, pensé

-porsupuesto que puede

-muy bien - camino lentamente causando un horrible silencio que solo era interrumpido por el sonar de sus tacones - queridos alumnos, hoy me avergüenza darles a conocer esta situación, probablemente muchos de ustedes ya se hayan enterado por otras personas.

Yo vivía debajo de una piedra así que no tenía ni idea de lo que hablaba

-recibimos reportes de un caso de bullying en nuestro plantel, nos apena que esta situación se haya salido de nuestras manos - hizo una pausa dramática completamente innecesaria - ya hemos tomado cartas en el asunto, por eso vengo a informarles de la integración de un nuevo compañero

Un pequeño chico de ojos café oscuro se asomó tímidamente, uno de sus ojos era adornado por un horrible moretón, su labio partido era mordisqueado con nerviosismo.

-pasa por favor Roier - la directora volvió su atención hacia nosotros - Roier lamentablemente ha sido acosado por sus compañeros, decidimos que la mejor opción era suspender a los involucrados y cambiarlo de aula

Vaya opción de mierda. No sabía quienes eran más estúpidos, la directora o los padres del chico

-muy bien maestra, me retiró - el castaño seguía parado sin saber que hacer - traten con respeto a su nuevo compañero, el es muy valiente. - con esas últimas palabras se fue dándole unas palmaditas en la espalda a Roier

-toma asiento Roier

Cellbit lo siguió con la mirada, el pobre lucia indefenso y asustado. Tomo asiento en uno de los rincones y sacó su libreta torpemente. Parecía una presa fácil para cualquiera.

La clase siguió con normalidad hasta la hora del descanso, metio todas sus cosas con prisa porque sabía que Quackity ya estaría formado en la cafetería para ser uno de los primeros en recibir sus enchiladas. Todos los estudiantes se amontonaban en la salida del aula sin dejarle espacio a Cellbit para cruzar, dio la vuelta y observó el salón vacío. Todos salían acompañados de sus amigos platicando y riendo, pero el único que aún permanecía en su asiento era ese tal Roier.

Con la mirada perdida mientras sostenía su lapicero con fuerza. Cellbit pudo ignorarlo y seguir su camino, pero algo lo detuvo. El alguna vez fue como Roier, sabía lo que se sentía estar completamente solo y tener ese inmenso miedo de cruzar la puerta del salón.

Camino hacia el sin tener idea de lo que estaba haciendo

-¿no irás a comer? - el inmediatamente salió de su trance y puso toda su atención en mi. Creí ver un brillo en sus ojos

-olvide mi dinero en casa - su voz era suave y tranquila

-yo te invitó el almuerzo - le sonreí intentando ganarme algo de su confianza, socializar no era lo mío

-¿de verdad? - ese brillo que creí apreciar hace unos segundos apareció de forma repentina

-claro - extendí mi mano en forma de saludo - mi nombre es Cellbit

-muchas gracias Cellbit - el estrecho mi mano, era mucho más pequeña que la mia y parecía temblar - es un gusto conocerte - la sonrisa que Roier le brindó era una que nunca en su vida podría volver a olvidar.


































Uy 🤕

Will you be mine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora