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Advertencias: Sucio, semi-público, Bucky mafioso es una amenaza. 

Conteo de palabras: 1000+

Nota de autora (@angrythingstarlight ): "Sinday drabble. Escrito en mi celular. ¡Vuelven los drabbles (historia corta y "sucia" de menos de 500 palabras) de sinday!

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Es cautivador entrar en uno de sus restaurantes, con Bucky sólo unos pasos por detrás, y ver cómo cambia el ambiente. Las conversaciones disminuyen hasta que lo único que se oye es el chasquido de los tacones sobre el elegante suelo. El respeto y la admiración con un sutil toque de miedo impregnan la sala mientras él te guía a una de las zonas exclusivas.

Para una reunión de negocios, por supuesto. 

O eso es lo que dice él. 

Pero todo el mundo puede ver cómo te mira, su expresión estoica no puede ocultar su mirada apasionada. Notan la forma en que su mano tatuada se detiene en la parte baja de tu espalda. Todo el mundo puede decir que Bucky quiere comerte. Desnudarte y devorarte como si fueras una comida de cinco platos y su postre favorito, todo en un tentador paquete.

No se atreven a decir nada. Al menos cuando él está a su alcance. Se limitan a mirarle con curiosidad, sin atreverse a respirar hasta que pasa por delante de su mesa.

Inmediatamente después de que se cierre la puerta de su apartada sección, el restaurante estalla en una letanía de susurros en voz baja sobre el pakhan y su galerista. Los rumores corren desenfrenados entre copas de vino.

Pocos saben lo ciertos que son. 

El pakhan te está jodiendo. Cuando y donde se lo permitas. Su versión de una buena mañana es empezar el día con la cabeza entre tus muslos. Y Bucky ha estado teniendo un montón de buenas mañanas. Bucky pasa sus noches encontrando nuevas maneras de sacar esos bonitos sonidos de tu linda boquita.

Lo que ellos no saben es lo mucho que Bucky te ama. 

Que se enorgullece de estar envuelto alrededor de tu dedo. Que piensa en ti a lo largo del día, que te mima, te protege. Que te da lo que quieres sin dudarlo.

Nunca sabrán que lleva tu nombre escondido en sus tatuajes. 

Más les vale que nunca descubran que lo dice en serio cuando juró que quemaría la ciudad hasta los cimientos si algo te pasara.

 Y Bucky definitivamente se asegurará de que nadie más que él te oiga jadear su nombre mientras te sube a su regazo en cuanto el camarero se vaya con tu pedido. El vestido empujado hasta tus muslos, las bragas torcidas a un lado. Sus grandes manos bajan tus caderas mientras él empuja dentro de ti, centímetro a centímetro, hasta que juras que no puedes más. Su voz profunda y potente te dice al oído: 

— Ya casi estoy, déjame entrar, Malyshka. 

Lo estás intentando, de verdad, lo necesitas tanto. Dios, después de todo este tiempo pensarías que te habrías acostumbrado a su tamaño, a lo grande que es. La forma en que te estira es increíblemente intensa. Agarras el caro mantel de encaje con los puños y dejas caer la cabeza junto a su vaso de whisky.

Lo estás intentando, de verdad, lo necesitas tanto. Dios, después de todo este tiempo pensarías que te habrías acostumbrado a su tamaño, a lo grande que es. La forma en que te estira es increíblemente intensa. Agarras el caro mantel de encaje con los puños y dejas caer la cabeza junto a su vaso de whisky.

Solo tú puedes sacar ése lado suyo. 

Su ritmo aumenta sin cesar, penetrándote con implacable precisión, golpeando ese punto tan profundo dentro de ti como si le perteneciera. Te rodea la cintura con un brazo y te levanta hasta que tu espalda queda pegada a su pecho. Necesita más de ti. Bucky acuna tu cara, girando tu cabeza para poder besarte, sus labios de felpa deslizándose sobre los tuyos. El persistente sabor de su whisky se derrite en tu lengua, el beso se hace más profundo cada segundo que pasa. Su mano se posa en tu dolorido clítoris, dibujando lánguidos círculos una y otra vez. Te aferras a él y le clavas las uñas en las muñecas. Un nudo apretado de puro placer caliente se forma en tu interior. Bucky, Bucky, Bucky.

Aspira tus sollozos y gemidos, los frenéticos ruidos alimentan su deseo de arruinarte. Va más rápido, más fuerte, hasta que te aprietas a su alrededor, rompiendo el beso con un grito agudo de su nombre.

Sus ojos se beben tu expresión con orgullo mientras tus ojos se ponen en blanco y tu boca se afloja en un suave gemido. Precioso. Tan jodidamente hermosa. Si tuviera tiempo, te sacaría dos, quizá tres más. Pero te prometió almorzar antes de que tuvieras que volver a la galería.

Y siempre cuida de su chica. Porque tú también haces lo mismos por él. 

Para cuando el camarero llama tímidamente a la puerta, estás de vuelta en tu asiento, haciendo todo lo posible por no parecer recién follada. La sonrisa de Bucky te hace saber que estás fracasando: no sirve de nada que su semen esté goteando dentro de ti ni que acabe de susurrarte al oído que, si tu comida no estuviera en camino, estaría de rodillas empujando cada gota dentro de ti.

— Entra.

Todavía excitada por el orgasmo, ni siquiera puedes fingir exasperación cuando te mete las bragas en el bolsillo con un guiño diabólico. Ni siquiera recuerdas que te las haya quitado. Para su regocijo, apartas la mirada, con las mejillas encendidas, mientras la gente entra cargada de bandejas. Si saben lo que te acaba de hacer, no lo dicen.

Todo está perfectamente servido. Los platos se colocan delante de ti con una floritura, los vasos se rellenan y el fragante aroma de la comida flota por la sala. Cuando se va la última persona, el camarero se queda en la puerta. 

— ¿Eso es todo, señor?

— Sí. Y no se preocupe por traer la carta de postres —Bucky se echa hacia atrás en su silla, su mirada oscurecida y embriagadora acaricia tu cara, haciendo rodar su labio inferior entre los dientes—. Ya sé lo que quiero.

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Dipsy.

Bucky Barnes One Shots • Smut TumblrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora