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- Ah... Ah... Llegamos 0-0

- 5 horas tarde

- Ahh ... ¡Este Gps no me ayuda en nada!

Oliver tiró su celular, arrepintiendo se al instante.

- Mierda

Miró su celular destruido en el suelo.

- Que inteligente eres Oliver

- ¡Maldición! ¡No molestes Zoro!

- Agh... Eres un pesado

Zoro y Oliver se agacharon para recoger lo que sobraba del pobre celular.

- Voy a comprar cinco minutos y ya encuentro un delincuente asaltando mi casa

Zoro dirigió su mirada a la sombra de tal voz desconocida.

Resultó ser Sanji.

- Será mejor que cierres la boca, Cejas pervertidas

- Obligame a cerrarla, estúpido pelo verde

Ambos se amenazaron con sus miradas, llenas de furia.

Oliver interrumpió.

- ¡Hola Sanji-Kun! -Sonrió moviendo su mano en forma de saludo-

- Hola Oliver-san

Agarro su mano, dejando un suave beso.

- ¿Mhp?

- Podemos entrar ya

Sanji literalmente le tiró las llaves a Zoro, en la cara.

Eso sí dejará marca.

- Grr ...

Zoro apretó su puño, abriendo la puerta de mala manera.

Lo que no se espero era-

- ¡CIGARRITO! -Un pequeño monito saltó-

*PUM*

Zoro se encontraba tirado en el suelo, con Luffy en su regazo.

- ¡Shishishi! ¡Sorpresa San-

Luffy abrió sus ojos en grande totalmente sorprendido, al ver que su "Cigarrito" era nada más ni menos que Zoro. 

- ¿Z-Zoro?

Fue lo único que pudo decir Luffy, levemente sonrojado. 

- ¿Luffy?...

Zoro se quedó atónito.

En ningún momento Oliver le dijo que Luffy estaría aquí.

- Z-Zoro... Tu... ¿Por que estás aquí?

Luffy preguntó un poco confundido, aún con el sonrojo.

Zoro no soporto, sus instintos cedieron.

- ¿Uhm?

El menor pestañeo varias veces. Sonrojado a Zoro.

Zoro dejó salir su erección.

- Zoro... ¿Que es...

Las mejillas de Luffy aumentaron de tono repentinamente.

Esa sensación en el trasero era algo nuevo e incómodo para él.

Inconcientemente movió su trasero, sacándole un gemido en un tono (muy) alto.

Sanji y Oliver dejaron de hablar para ver qué pasaba.

- ¿Chicos? ¿Que hacen?

- ¿B-BB?

Sanji frunció el ceño, totalmente celoso.

Agarro a Luffy, quien tenía ambas manos en la boca, sonrojado como un tomate.

Lo cargo al estilo princesa y se lo llevó adentro de la casa.

Zoro se quedó en shock con un tono rojo en las mejillas. Y Oliver se quedó confundido.

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