Aislamiento.
« Esperaré a que la tormenta pase y me libre, cuando termine tal vez cambie de nombre y ese día puede ser hoy. »
Tomo asiento con la esperanza de que pase raudo el diluvio que me aqueja. La impaciencia es cada vez más persistente. No sé si se debe a que mi corazón está desesperado por ansiedad o porque en realidad necesita amparo. A veces pienso en lo diferente que sería si la situación enmarcara un contexto habitual, pero sólo a veces, cuando la realidad me muestra ser impelida, manipulada y mal influenciada por el destino.
Caigo a la cuenta que las circunstancias no son favorecedoras, pero me hubiera gustado que al menos lo fueran una vez. Mi mente se centra en lo que verdaderamente sucede. Después de todo, si estoy en una utopía, es porque hay una posible enseñanza que es mi obligación recibir.
Transcurren los primeros cuarenta y cinco minutos y veo cómo se forman pequeñas ondas cuando el agua de las nubes toca la firmeza del suelo. Me Sumerjo en una pausa existencial, mi mente trastoca con una nueva intención la parte emotiva de sentimentalismos, bajo el exilio de una mente escandalosa, mi alma silenciosa pide a palabras hondas reubicar el camino.
Torpe desvanece el tiempo, tan lento que un segundo lo siento como si fueran horas de larga espera para recibir una herencia en una fila bancaria inmensa. Le doy vueltas al asunto una y otra vez, pero de nada sirve porque solo me percato de la forma en que me martirizo. En un arrebato, tiro de la gorra de la sudadera, pero no me extraña actuar así, porque con frecuencia actúo por impulsos, desesperado a obtener lo que quiero conseguir.
No consigo nada, ni siquiera imaginar algo positivo.
« ¿Qué hago aquí, viviendo una serie de hechos paranormales, perdido en el espacio, sin nadie que pueda auxiliarme?»
Estoy, y no necesariamente luzco como una víctima de lo acaecido, esto se debe al malentendido entre el pasado y el destino que habría sido diferente si este día jamás hubiera llegado, no porque mura de miedo, sólo que me resulta un tanto indescifrable regresar a la tranquilidad que me fue robada en el menor descuido.
Es estúpido dedicarme a pensar, pero tengo que actuar consciente, con coherencia, para obtener una solución a lo que me abruma.
Lo comentado por Phil es totalmente cierto.
Espero a que cese el aguacero y trato de mantenerme fuerte ante todo.
Tengo la idea de que las cosas mejorarán, es tormentoso, pero cuento con la seguridad de que no puede llover para siempre.
Desde pequeño, supe que nada alcanza la duración eterna, ni los problemas siquiera, para terminar con el tiempo está la muerte, para terminar con los problemas, está la solución. Mi subconsciente evita tener entendimiento de todo, a veces no requiero de inferir, si no de admitir.
Me abrumo de ideas bizarras.
_ No creo ser un fantasma o un ente divagando. No creo estar en el umbral, ni ser parte del ultramundo y mucho menos busco pasar así el resto de la eternidad. ¡Quiero despertar de esto ahora!_ Exclamo con palabras de súplica.
Enseguida mi mente recibe una bocanada de oxígeno puro y comienzo a recapitular todo, si hubiera ignorado a Allan, no dudo que mi situación fuera diferente y si no hubiera aceptado subir a su auto mi situación tal vez sería otra.
Allan es un verdadero enigma para mi vida.
Para ser honesto jamás he confiado en nadie como en él y es lo que más me apesara, se ganó mi confianza en cuestión de segundos y de alguna forma echó todo por la borda. Todo indica que el destino lo colocó en mi camino para que nuestra relación amistosa fuera de gran impacto fructífero, por desgracia, soy consciente que si vivo esta terrible pesadilla sin llegar a un fin, se debe en gran parte a él, eso me hace pensar que he confiado en el enemigo.
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Ultramundo
ParanormalTad, es un joven que enfrenta una situación paranormal, inmerso en una extraña realidad. La confusión que se genera del conflicto emocional que sufre, lo hace discrepar entre la vida y la muerte.