¿Madrastra? (Parte 1)

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Me encontraba en un avión hacia mi ciudad natal, había estado en el extranjero estudiando y apenas terminé la universidad decidí volver para seguir con el bufete de abogados de mi padre. Apenas aterricé un carro seguramente enviado por mi papá me esperaba.

- John! - me acerque abrazar al hombre, era el conductor de confianza de mi padre y antes de irme nos llevábamos muy bien

- Hola pequeña - me devolvió el abrazo
- Tu padre me dijo que te llevara a la empresa, está ansioso por verte - anuncio mientras me abria la puerta

- Bueno, vámonos - 

En el camino miraba por la ventana, si que habia extrañado esta ciudad.
Llegábamos al bufete, estaba remodelado, más moderno, me esperaba un gran trabajo aquí

- Gracias John, me alegra volver a verte - agradeci mientras bajaba del carro

- A mi tambien pequeña, te extrañé - respondía con una sonrisa

Subí al piso correspondiente y como era de esperarse recibí más miradas de las normales, no habia vuelto en mucho tiempo. La mayoria eran caras conocidas, recibí varias sonrisas y como siempre las devolví

- No puede ser, volviste - escuché una suave voz a mis espaldas

- Que gusto volver a verte - sonreí

Era la asistente de mi padre, habiamos tenido nuestro cuento pero afortunadamente todo quedo bien cuando me fui.

- Sigues igual de hermosa - susurro mientras me abrazaba 

- Si, gracias - me aleje, no queria enrredarme con alguien, me queria concentrar en el bufete principalmente 
- ¿Mi padre? -

- En su oficina linda, quizas luego podamos salir y recordar viejos tiempos ¿No te parece? - insinuó

- Mm, tal vez  - sali de ahí directo a la oficina de mi padre

En el camino tropecé con alguien, los papeles de la otra persona cayeron al suelo. Rápidamente me agaché a recogerlos 

- Discúlpame, aqui tie-- 
Alce la vista y me encontré con una bellisima mujer, tenia cabello rubio hasta un poco más abajo de los hombros, piel blanca como la leche, ojos oscuros, y sus labios, ¡que labios! incitaban a besarlos. No quise bajar la mirada porque sabía que me perdería en su cuerpo. Era toda un mujer pero se tenia que conservar muy bien, demasiado bien; no podía ser real. Al salir de mi  trance noté que ella tambien me miraba detalladamente el rostro con una sonrisa de lado 

- Eh, perdón, aquí tiene - baje mi mirada apenada

- No te preocupes - 

Su sonrisa me aturdía, al agarrar los papeles y su mano rozar la mía sentí una especie de corriente eléctrica, me permití mirar sus ojos un poco más, era todo un ángel

- Lle- llevo prisa, adiós - al pasar por su lado agarro mi muñeca

- Nos vemos luego - y siguio su rumbo

¿Que carajos fue eso? ¿Quien es esa mujer tan espectacular? Dios, una mujer me acababa de intimidar.
Segui mi camino, me encontré con mi padre y hasta alcanzó a comentarme algunas cosas de la empresa, ibamos recorriendo el bufete.

- Quiero presentarte a alguien especial - comentó

- Está bien -
Nos detuvimos en una oficina, el toco la puerta y al oir el "pase" me detuve. Esa voz, estaba segura de que ya la habia escuchado... Entramos y una mujer estaba de espaldas

- Mi amor, te presento a mi prometida  - solto mi padre
- Daniela, ella es mi hermosa hija - 

Esa persona volteo y quede completamente paralizada, era la sexy rubia de esta mañana, ¡¿e iba casarse con mi padre?!

- Un gusto conocerte, tu padre habla muy bien de ti - cedia su mano

¿Acaso estaba fingiendo no haberme visto?

- Igualmente - estreché nuestras manos 
En este momento si me di la oportunidad de escanear su cuerpo, llevaba un pantalón oscuro y una camisa blanca la cual se ajustaba tan bien a su torso, Y Dios ¡que piernas!. Llevaba unos altos tacones que la estilizaban aun más ¿Acaso esta mujer no tenía defectos?. La voz de mi papá me sacó de mi trance

- Bueno veo que no lo tomaste tan mal - sonreía nervioso

- Me pudiste haber comentado de todas maneras - lo miré

- Si hija pero no importa, sé que se llevarán bien - sono su telefono - disculpen, tengo que irme, aprovechen para conocerse - y salió de la oficina

Lo que me faltaba, quedarme a solas con la diosa griega y sabiendo que era la mujer de mi padre. Ella tambien mirada mi cuerpo, acaso su mirada reflejaba ¿deseo?. No, tenian que ser ideas mías, decidí hablar 

- Ahora entiendo lo de hace rato - me miro confundida - lo de "Nos vemos luego" - sonrió

- Ah, eso. Por supuesto que sabia quién eras pero eres aun más hermosa en persona - lo ultimo lo dijo casi en susurro
¿Ella estaba coqueteando? Era imposible eso

Pero también se me hacia imposible no seguirle el juego

- Gracias, y debes saber que tu no te quedas para nada atrás - escaneaba su cuerpo, lo miraba de arriba abajo y viceversa, no queria hacerlo pero se me hacía inevitable no pensar en todas las maneras posibles para follarmela 

- Lo sé cariño, tu miraba me lo dice - sonreía pícaramente
Ya reconocía su actitud, esto seria interesante

- ¿Me estas provocando acaso? - me acerque, mis ojos se fijaron en sus labios, labios pintados de un rojo intenso que me llamaban 

Carajo era la prometida de mi papá, pero rechazarla tendría que ser pecado

- Vamos paso a paso hermosa, que ahora que volviste tu y yo nos divertiremos mucho - se acerco a la puerta

- ¿A que te refieres? - quería estar segura de lo que se refería

- Ya lo verás, no sabes lo que te he esperado - y salió

¿Que mierda? Carajo, que mujer tan intimidante y misteriosa, pero me moria por descubrir para uno de sus misterios.

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Al final de la tarde ya me encontraba en mi oficina, mi padre me platicaba como habían ido las cosas los últimos años, tambien en un momento le pregunté como había conocido a la sexy mujer que tiene como prometida, no había podido sacarmela de la cabeza ni un instante

- Hija, por cierto mañana me voy de viaje a Miami, tengo unos clientes importantes y probablemente duré como una semana por allá - mencionó de repente

- Pero papá, apenas llegó y tu te vas - quería pasar tiempo con el después de tanto tiempo sin verlo 

- Mi amor, no puedo cancelarlo -
- Te prometo que cuando vuelva pasaremos mucho tiempo juntos si? - se acerca y me abraza

- Vale, está bien -

- En la semana dile a Jonh que te lleve a ver lo de tu carro mientras tanto puedes venir e irte con Daniela -
- Ve a su oficina cuando termines, para que te vayas a la casa con ella, yo saldré con los muchachos un rato -

- Okay papá, cuidate - salió de mi oficina luego de darme un beso en la frente

Voltee mi silla hacia el ventanal y me puse a admirar la hermosa vista de la ciudad mientras su nombre y su hermoso rostro paseaban por mi mente

Daniela, Daniela, Daniela, ¿Que has hecho conmigo que no puedo dejar de pensarte? 

- Mas vale que dejé de hacerlo porque para mí eres prohibida - susurré 

Relatos LésbicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora