Demuéstrame que lo vales (Ming)

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Unos meses después de que todo el grupo de Mei salieran como se ve al final de la película y pasaran un rato increíble... 

Las cosas en general han ido a buen puerto para Mei, sus amigos y sus padres, pero sobre todo con Mir, pues, aunque pareciera que ellas dos tropiezan con pequeñeces, a veces suelen aparecer nuevamente ciertas cosas, como lo fue cuando ella las traicionó para seguir teniendo la aprobación de su madre... y el dolor que les dejó ese suceso a todas. 

Sin embargo, aunque arreglar aquello les llevó una semana y decidió querer recuperarlas y el resto ya lo saben, siguen tan bien como siempre.... o tal vez aún mejor sin saberlo, desde aquél entonces... 
Y por aún mejor, hablo de que tendrían una pequeña prueba que le mostraría a una persona que causó ciertas cosas que Miriam lo vale de verdad, no sólo para ser amiga de su hija tan adorada... sino para estar con ella siempre. 

Una mañana de sábado, Miriam se levantó un poco temprano, pero mientras despertaba, algo un poco extraño pero también dulce pasó por su mente como un adorable sueño... Al parecer justo antes de despertar estaba soñando con Mei, tal vez sosteniendo su mano, y cuando despertó...  

-...Buenos días Mei... Rayos, puede que no estés aquí frente a mí, pero... Vaya sueño el que tuve, jeje... Sería lindo ser la primera que te diga algo así.- Dijo Miriam sonriente. 

Se levantó para desayunar y a recoger cosas que quedaron en la puerta de su hogar como el periódico, cuando vio de repente entre el rollo... La propaganda de una pequeña feria que estaría cerca de donde viven, bueno, relativamente cerca. 
Entonces al ver eso de repente pensó... 

-Vaya, una feria en la ciudad, aunque sea de esas que vienen y van... Sería divertido poder salir con los demás y... Espera, no creo que todos estén tan temprano levantados... 
Pero, ¿Qué tal si?... Hace tiempo que tal vez no paso tiempo de calidad sola con Mei... ¿Porqué no?.- 

Se decía a sí misma la chica de hermosa sonrisa y frenillos. 

Entonces, de una forma un poco apresurada pero decidida, tomó algo de dinero que tenía ahorrado en una alcancía cerca de su patineta en su habitación, contó lo que tenía y puso una parte de ello en sus bolsillos. 

Se aseó rápidamente, se puso la ropa de siempre, poniendo detalle en las trenzas que siempre suele llevar, haciendo un poco diferente el nudo esta vez junto con las pequeñas ligas que usa para eso, la parte de dinero que había puesto en otro lado la puso en su pantalón, desayunó y le contó a su mamá que iba a salir con todos hoy.  

Su mamá estuvo de acuerdo no sin antes hacer prometer a Mir volver antes del ocaso y se despidieron en el marco de la puerta antes de salir, y después de un beso de su madre, Mir tomó su patineta y se deslizó por la calle con soltura y con una sonrisa secreta. 

Quizá no era del todo apropiado decirle a su mamá que saldría con todos para luego mentir con ello de que en realidad solo saldría con Mei... Pero, de que saldría y se cuidarían ellas, mentiras no habían en eso. 

Miriam originalmente se levantó a las 7:30, cosa rara para ella pues además de odiar las matemáticas, tampoco era muy fanática de despertar temprano. 

En otro lugar, alrededor de las 8:30 en el interior de la casa Lee, y más exactamente en la habitación de Mei... una dulce pelirroja seguía muy dormilona y luego su mamá la llamó a través de la puerta para levantarse. 

-Mei-Mei, buenos días, levántate cariño. Lávate la cara y ven a desayunar ¿sí?.- Dijo Ming a su pequeña hija adorada. 

De esta forma, Mei se iba despertando poco a poco, tallando un poquito sus ojos y... 

Ya eran casi las 9:00 de la mañana desde eso y el tiempo relativamente corto que le llevó en llegar al Templo de la Familia Lee, aunque, teniendo qué moverse primero por el espacio donde ella junto con Priya y Abby entraron alguna vez para ver a Mei y saber cómo estaba. 

Así, aunque con un poco de dificultad a diferencia de la ocasión anterior, logró pasar sin hacer ruido, y poco a poco se iba acercando a la ventana de Mei. Así, para que a pesar de que la pelirroja no se había ni levantado de su cama de lo adormilada que seguía, poco a poco se escucharon pequeños golpes en su ventana, a los que ella hizo caso teniendo qué levantarse mientras pensaba brevemente: 

Esta vez yo te defenderé - MEIRIAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora