Ven conmigo, Princesa (Mir)

142 6 0
                                    

Así, rápidamente, Mei decidió tomar la mano de Mir y después de ponerse sus tenis pequeñitos de siempre y anudarse el suéter rojo, hizo caso a ella esta vez... Aunque sabía que tal vez podría pasar algo muy malo con su madre si se enteraba de lo que hizo, en vez de parecer que huyó... 
Pero lo que ambas, sobre todo Mei no sabía, era que la prueba que tendrían ya había empezado. 

Empezaron a caminar lejos del templo y haciendo malabares para escapar rápidamente por donde las amigas de la pelirroja alguna vez entraron para golpear su ventana y saber cómo estaba, como se ve en la película... 

Si bien lograron salir sin causar más problemas o advertir de su presencia, lo cierto es que con lo que acaba de pasar antes de su escape, Mei sentía que de verdad necesitaba desayunar. 
Mir al verla y notarla un poco pálida y ver que, por aquella decisión apresurada a nuestra chica de pelo rojo ni tiempo le dio de comer algún bocado de algo se sintió algo culpable y decidió tomar otra decisión apresurada, pensando mejor en Mei esta vez, así que Mir le dijo... 

-Mei, de verdad lamento que hayamos ido deprisa con esto y, bueno que por mi culpa no hayas desayunado al menos un poco. Lo siento.- 

-Tranquila Mir... Tal vez sea cierto que me afecta un poco no haber desayunado, pero, no es tu culpa y en verdad me emociona esto que está pasando, y ciertamente algo me dice que necesitábamos hacer algo nuevo, algo distinto... Algo sólo para las dos.- Dijo la pelirroja dulce con lentes. 

 -Me alegra que te guste esta idea, aunque sí que fue apresurada Mei, y en serio lo siento... Espera, ¿Y si te compro algo para desayunar? Al menos un poco, por favor. No quisiera que te pase algo malo por tener el estómago vacío.- Dijo la chica de gorra verde. 

-No Mir, no te preocupes, de verdad estoy bien ahora... Te agradezco que te tomes ese detalle por mi, pero... No quisiera causarte problemas.- 

-Tranquila Mei, no es ningún problema y pues... Me preocupas y me importa lo que sientes, de verdad no quisiera que te pase algo malo... ¡Ya se!.- Dijo Mir al voltear a cierto lugar en la calle. 

Sin saberlo del todo, ya que podría parecer que perdieron el rumbo, en realidad las calles no eran desconocidas para ellas y al voltear a una de ellas, vio que cierto lugar estaba abierto así que decidida, Mir tomó a Mei de la mano y la convenció de algo extraño pero lindo. 

-Es el Daisy Mart, parece estar abierto.... ¿Qué tal si te compro algo y desayunas, que dices Mei?- Dijo Miriam con entusiasmo. 

-Pero Mir, yo, bueno... Recuerdas lo que escuchaste poco antes de que ustedes supieran lo del panda ¿no? Lo que hizo mi mamá un día anterior antes de que yo saliera huyendo de la escuela... 
Tú sabes. Devon, y toda la gente que estaba allí. Me avergonzaría de entrar y que me reconozca y pase algo penoso de nuevo y...-
Dijo Mei bastante nerviosa y un poco alterada además de que salieron las orejas, la colita y las garras del panda, pero no con poca razón. 

-O-Ok, es-está bien, c-calma Mei, no te puedo culpar por lo que sientes y... Lamento si eso te asustó. Veamos... y, ¿Qué tal si tu me esperas afuera un momento y compro yo? Para que así no tengas qué entrar y yo iré por algo bueno para ti, ¿Qué me dices? ¿Qué te gustaría?.- Dijo Mir queriendo dar calma y valor a su amiga más bajita. 

-¿E-Enserio?, ¿Harías eso por mí, Mir? De verdad te lo agradezco.- Respondió nuestra linda pelirroja un poquito sonrojada y cerrando sus ojos, haciendo desaparecer las orejitas y la colita de panda. 

-Por supuesto Mei, sabes que cuentas conmigo siempre.- Contestó dulce y paciente la chica con frenillos, para luego preguntarle a continuación... 
-Y bien Mei, ¿Hay algo en especial que quieras para desayunar?.- 

-Sería fantástico tomar algo de yogurt y tal vez unas galletas, que sean suaves o, de chocolate, si se puede, por favor Mir.-  Le contestó Mei contenta y más tranquila. 

Esta vez yo te defenderé - MEIRIAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora