« 𝐏𝖺𝗋𝗍𝖾 𝟢𝟣𝟦.

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El pelinegro bajó del auto del lado del pasajero, su mejor amigo sí se había empeñado en sacarlo de su casa y de paso vestirlo lo más extravagante que pudo, con una camiseta blanca de tela, unas botas negras y un pantalón negro con varios accesorios a su disposición como anillos, cadenas y pulseras además de la loción para esta noche. El mayor sonrió de lado mientras colocaba seguro a su auto con un solo botón, el pelinegro parecía inseguro, sentía la necesidad de regresar nuevamente a su oscura y solitaria habitación, pero el mayor se dispuso a arrastrarlo hasta la entrada donde estaba de demás decir como las personas que custodiaban la entrada se hicieron a un lado nada más lo vieron, dándole a ambos una satisfacción y elevando el ego de estos.

Atravesaron aquel túnel en el que vieron lo mismo que ven todas las personas que entran al club, ambos notaron un característico olor antes de entrar completamente al lugar y que una escandalosa música los envolviera por completo, el tipo de canciones en el club tenían algo en común y era como el ambiente siempre se mantenía... ¿Erótico? O al menos eso pensaba el pelinegro una vez que entro y se cubrió la nariz de inmediato.

¡Oye, esparcieron drogas en el aire, ten cuidado! — vocifero el pelinegro tomando al mayor del brazo para evitar separarse de él.

¡Lo sé! ¡No seas tan aguafiestas y disfruta! ¡Drogarte un poco no te hará daño! ¡Vamos!

Ambos trataron de atravesar a las personas que acaparaban el camino para llegar a la planta alta donde estaban los más prestigiosos del club. Nuevamente la música cambio, pero están vez una canción en un idioma desconocido para ambos amigos estaba sonando en los potentes parlantes, escuchando como muchas personas gritaban extasiadas por aquella preciosa canción (Virtual Diva - Don Omar) mientras la cantaban y movían su cuerpo al compás de este. El pelinegro se sentía en un lugar nuevo, dónde habían personas de todos los países y diferentes culturas, pero poco a poco parecía estar correspondiendo al ambiente que además de exótico era atractivo. Las miradas sobre ellos no podían faltar, ambos eran rodeados por mujeres altas y morenas con un cabello realmente alto, aquello que llamaban afro les embellecian el rostro, tanto afros como trenzas largas y cabellos lacios.

Ambos parecían estar en el cielo, manteniéndose en su lugar mientras estás preciosas chicas tocaban sus pechos, acariciaban sus rostros y lanzan comentarios coquetos en inglés que claramente ellos logran entender.

Maldita sea, esto es hermoso — exclama el mayor mientras sus ojos están sobre dos mujeres que lo rodean mientras siente como estás tocan desvergonzadamente su espalda, pasando sus manos por su pecho y sus mandíbula.

(Pa' Que La Pases Bien - Arcángel)

La música latina comenzaba a apoderarse del lugar, el pelinegro no sabía que significaban las canciones pero los sonidos eran extraordinariamente adictivos, como si el sonido tuviera un patrón que sí o sí debe seguir. Una morena en tacones que llega pero no sobrepasa su estatura endulza su oído con alguna palabra motivadoramente sensuales y casa frase con un motivo sexual directamente escondido. El pelinegro no podía negar que aquella mujer estaba logrando su cometido, más de lo que le gustaría admitir y estaba orgulloso de se haber tomado esas clases de inglés, japonés, italiano y mandarin a la fuerza.

¿Aún quieres irte? — aprueba el mayor hablándole en la oreja al menor quien no parece poder apartar los ojos de aquella belleza que tiene entre sus brazos.

Creo que puedo quedarme un poco más... — acepta el pelinegro con una sonrisa de lado.

Por otro lado, el rubio y la castaña han llegado a su destino, una habitación sumamente organizada con comida bebidas y demás les había dado la bienvenida con un grupo de personas sentados en una mesa y en esta alguien la encabeza. Un chico vestido de ropa de marca de pies a cabeza se levanta y saluda con un movimiento de manos a el rubio quien sonríe ampliamente y le devuelve el saludo.

ⓘ '𝐂𝗎𝗋𝖺𝗆𝖾, 𝐀́𝗆𝖺𝗆𝖾', 𝘀𝘂𝗻𝗴𝗵𝗼𝗼𝗻.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora