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El día había llegado, Vegas y yo hicimos y rehicimos la maleta para ese día. Ese día por fin conoceríamos a nuestro bebé, parecía increíble pero habíamos logrado tanto juntos. La cirugía estaba programada para el medio día y no creía poder dormir de la emoción y los nervios. Mi corazón latía rápido al imaginar a mi pequeño Venice. Por la mañana tomé una ducha temprano y elegí ropa cómoda para salir de casa, Vegas despertó poco después y después tomó una ducha, lo veía algo estresado, pensé que estaría así en el día que naciera Venice, pero resultaba que no tenía miedo, solo emoción, de conocerlo, de cargarlo al fin, Vegas por otro lado estaba ansioso mientras revisaba una y otra vez la pañalera y mi maleta.

-Vegas, cariño, nada cambió en esas maletas desde que las abriste hace cinco minutos -

-Solo me cercioro que todo esté en orden y listo para la llegada de nuestro hijo - me acerqué a él y tomé su mano -

-Estaremos bien, debes relajarte por que te necesito, te necesitamos - puse mi mano sobre mi vientre, mi pequeño se movió un poco - Hay que darnos prisa, tenemos poco tiempo, por la tarde estaremos cargando lo al fin -

Estaba emocionado y Vegas al lado mio se veía estresado y nervioso, estaba sudando por completo aunque el clima estaba encendido. Llegamos al lugar y me ayudó a bajar y trató de cargarme por que insistía en que podía caer o hacerme daño, claramente no se lo permití. Caminé hasta el consultorio del médico donde ya nos estaban esperando, Vegas no quiso sentarse, estaba de pie mientras se mordía las uñas.

-Vegas, tu pareja necesita que estés tranquilo y relajado, Pete ¿Cómo te sientes? - mi esposo me miraba fijamente -

-Pues me siento bastante bien, quiero decir, si me duele la espalda y siento al bebé tan cerca de salir que no puedo explicarlo, es decir, siento su cabecita hacia abajo así como cuando sentí que se dio la vuelta -

-Es normal que te sientas así, por que tu cuerpo está diseñado para dar a luz, los donceles tenemos esa capacidad, claro que no todos pueden dar a luz de forma natural, como tu, ahora te daré una bata y te dejaré cambiarte, luego iremos hasta la sala para que te preparen ¿Tienes nervios o miedo? -

-Estoy muy nervioso pero estoy más emocionado, esperé mucho por este momento - asentí sonriendo, sentí mariposas en el estomago otra vez - Mi esposo está nervioso y aterrado -

-Y no a partes iguales - el doctor solo negó, me dio la bata y nos dejó solo un momento - Espera voy a ayudarte a ponerte la bata -

Vegas me ayudo con los zapatos y el pans, luego me ayudo con la bata y cuando estuve listo, el doctor entró con una enfermera.

-Pete, ella es la enfermera Patteerat y va a canalizarte antes de que pases al quirofano, luego iremos caminando hasta ahí, no es tan lejos - asentí y solo estiré mi brazo -

-Adelante, lo que sea para acabar con esto rápido, le temo un poco a las agujas si soy honesto - no pude evitar reír con nerviosismo, no soy tan bueno cuando se trata de piquetes -

La enfermera fue rápida y amable. El dolor fue muy rápido y en un segundo ya había un suero conectado a mi. Mi corazón se aceleró cuando comenzamos a avanzar hacia la sala de partos. Apenas podia creerlo, sentía miedo y pánico mezclados con felicidad, estaba contando cada minuto para poder cargar a mi bebé en brazos, Vegas fue llevado a cambiarse para entrar a la cirugía, y mientras el llegaba yo fui valiente y subí a la mesa donde seria abierto como un pavo.

-Pete debes acostarte en posición fetal, tus piernas cerca de tu pecho tanto como puedas, voy a darte un buen piquete, debes saberlo, es doloroso, pondré una aguja entre tus vértebras para anesteciarte, será rápido y dejarás de sentir las piernas de a poco - asentí y sentí que mis manos comenzaban a sudar como si hubiese tocado agua, me giré con cuidado e hice caso a lo dicho por el doctor War, tenía mi fe puesta en él, tenía mi confianza y me sostuve de eso tanto como pude -

Sentí el liquido limpiando mi piel y me hizo erizar, luego tomé una respiración muy honda, tenía que controlar mi miedo, este era mi momento por que debía hacerlo, era hora, me repetía una y otra vez que sería rápido, que todo era por mi bebé, solo debía resistir esto un poco más por él.

-Respira profundamente ahora - comencé a respirar tan hondo como la posición me lo permitía y sentí un dolor horrendo atravesar mi piel, la aguja hizo un sonido cuando atravesó mi piel y lo que creo que fue el espacio entre mis vértebras, fue aún más doloroso - Ya está terminado, el dolor será pasajero, te lo prometo -

El líquido se entia frio en mi cuerpo, pude girar mientras terminaban de acomodarme. Pronto dejé de sentir las piernas, la sensación era extraña e incomoda, era el comienzo. Vegas entró vestido con una pijama quirúrgica y cubre bocas. Se sentó al lado mío y pronto cubrieron mi cuerpo impidiendome ver lo que hacían, así era mejor, no creía soportar ver mis entrañas.

-Ya no te vayas, te necesito aquí - Vegas tomó mi manos y me dio un corto beso en la mejilla -

-Jamas lo haré, cargaremos juntos a nuestro hijo, lo veré nacer y jamás pienso olvidarlo, en unos años cuando ese bandido encuentre al amor de su vida, voy avergonzarlo con estas historias - jamás sería como su padre, estaba aquí, estaba feliz, estaba orgulloso de nuestro hijo -

-Vegas - estiré mi mano para tomar sus mejillas - Eres el mejor padre que puede existir - nuestra complicidad era extraña, nos conocimos bajo circunstancias poco comunes, nos dimos cuenta de lo mucho que nos amábamos, nos casamos en contra de los deseos de su padre, vivimos el dolor de perder a nuestro bebé y de intentos fallidos hasta llegar aquí, a este momento -

-Pete, está aquí, es un niño ¡Felicidades! - un tirón me hizo reaccionar y luego las palabras del doctor, apenas estaba procesando todo cuando sucedió, un fuerte llanto retumbó en mis oídos y como si fuese un animal condicionado, mis lágrimas comenzaron a brotar sin si quiera comprender lo que sucedía -

Su llanto era ensordecedor pero me hacía sentir vivo, mi corazón iba tan rápido, mis ojos solo brotaban y brotaban lágrimas. Mi bebé, mi bebé estaba aquí. Estaba anunciando al mundo que estaba aquí, solo quería sostenerlo en mis brazos tan rápido como fuera posible. Vegas a mi lado lloraba tambien de felicidad, el podía observar a los médicos que sostenían a nuestro hijo.

-Vegas ¿Quieres cortar el cordón umbilical? - sus ojos brillaron -

-¿Yo puedo hacer eso? - hubo un breve silencio que creo que fue el asentimiento del doctor - Estaría encantado - se puso de pie y lo perdí de mi visión por un rato -

Trataba de concentrarme y mantenerme sereno, quería ponerme de pie y solo ir a mi bebé, me necesitaba, tenía que sostenerlo en mis brazos, debía de verlo. Sentía como aun estaban cerrando la enorme herida por la cual había salido mi bebé, después me preocuparia por la marca y el dolor, mi bebé era lo único que importaba. Vegas volvió llorando como un niño, me llenó el rostro de besos mientras susurraba lo mucho que me amaba. Estaba por preguntar que había sucedió cuando el doctor War se acercó con un pequeño bulto en brazos, se agachó para mostrarlo y ahí estaba él, envuelto en mantas de color azul cielo, su pequeña cara rosada y dulce mientras dormía, mi pequeño dormilón, lo acercó a mi rostro y de nuevo no contuve las lágrimas, su pequeño rostro estaba cerca del mío, podía sentir su calor y su suave piel.

-Venice mi pequeño bebé - él no abrió los ojos pero se removió en sus sábanas - Mi cielo, soy papi -

-Lo hiciste increíble Pet, el bebé peso dos kilos y quinientos gramos, esta sano y fuerte, en cuanto terminen de cerrar irás a la sala donde descansarás y ahí te alcanzará este pequeño terrón de azúcar -

-Dios, si, no puedo esperar para sostenerlo, necesito tenerlo junto a mi - era cierto, no había dolor, no había mundo al rededor más que mi pequeño Venice, mi amado hijo -

De Venecia con Amor |BibleBuild|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora