Flowers for Yoongi |YoonTae|

Capítulo № 3

Tres días después de su última visita al hospital, Taehyung finalmente decidió llevar unos cuantos ramos de flores más al pobre chico desconocido, que, luego de saber su nombre, había dejado de serlo un poco menos que antes. Ese nuevo día, cuando todavía el sol se encontraba en la cima del cielo, estaba al tanto de que saldría de casa para ir a saludarlo y acompañarlo un rato. Puesto que, si algo quedó muy en claro entre ambos -o en uno de ellos por en específico- es que si deseaban convivir más, el crear lazos de amistad ahora era más que necesario. Como una obligación. Casi igual a un compromiso o hasta una promesa.

Lo cual ya era, hasta cierto punto.

Al estar consciente de esto, es que Taehyung ese mismo miércoles salió de su departamento un poco más temprano de lo usual. Ahora que tenía una razón para regresar al hospital, el cual anteriormente solía frecuentar para ver a su madre, tenía la iniciativa y la débil intención de ser un poquito más atento a comparación de como lo fue en el principio. Aun así, aunque superficialmente no cree que hacerlo sea algo tan importante, por lo menos quiere mostrarse interesado para no parecer un idiota desconsiderado. Porque en caso de que no fuera así, sabe que Yoongi le reclamará.

Y parecerá extraño que lo haga, pero ya para este punto piensa que ese chico sería capaz de eso o hasta de más. Así que, queriendo evitar problemas y posibles reproches qué posiblemente lo carcoman en un futuro por su misma culpabilidad, decidió que lo mejor sería actuar con anticipación para llegar a impresionarlo.

Era lo menos que podía hacer, de todos modos.

Aunque, de igual forma, Taehyung sabe que ese sentimiento desaparecerá luego de acabar con su visita y de salir del hospital. Porque tampoco cree que gracias a eso podrá simplemente evitar sentirse igual de desolado y entristecido, como lo estuvo un par de días atrás, cuando el doctor que atendió a su madre habló con él y le explicó que la actividad cerebral en ella eran indetectables, con probabilidades demasiado nulas para volver a despertar luego del daño provocado por aquel accidente.

Pero por los momentos él trata de pensar en eso, ya que no quiere atormentarse más. Suficiente tiene con el vacío que siente que en casa cada vez que regresa a esta para descansar, como para ahogarse en algo más profundo de lo habitual. La sensación de asfixia es algo que uno no puede tolerar, por ende, prefiere escapar y quedarse un par de horas en el hospital. Al menos, escuchar a Yoongi podía ser mejor. Más agradable y menos fastidioso de lo que por fuera quería hacer aparentar.

Pero antes de hacer todo eso, Taehyung necesita ir a cierto lugar, si no la iniciativa de salir un poco antes de casa no tendría ninguna pizca de sentido en la actualidad.

— ¡Taehyung, hola!

Entrando al pequeño local, Taehyung de inmediato observa a su alrededor y dirige su mirada hacia la persona que justo le ha hablado, alcanzando a notar como aquel chico que conoce desde hace un tiempo, lo saluda mientras mantiene una mano alzada y una dulce sonrisa trazada en los labios.

— H-Hola —corresponde, y Jimin, quien suele atender diariamente la tienda de flores, al escucharlo hablar se emociona y lo mira también con verdadera ilusión, una débil chispa de felicidad y cierta pena brillando en los iris de sus ojos pese a que todavía conserva el ardor de la pequeña herida que se encuentra cicatrizada sobre una de sus rosadas mejillas.

— ¿Vienes por otro ramo para hoy? —después él solo le pregunta, haciéndolo sonrojar para que asienta con la mirada baja.

Aun si ambos se conocen desde hace un tiempo, para Taehyung es inevitable no sentirse apenado cuando llega de visita a ese lugar. Los ánimos y emociones que invaden la florería gracias a los cuidados del otro chico siempre le han hecho sentir muy cálido por dentro, tanto como si fuera una sensación parecida a la que creyó que con el pasar de los años había dejado atrás, en el pesar de su soledad.