1.- Adolescentes hormonados.

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Nuestros labios estaban a unos dos centímetros, nuestros alientos se juntaban, los ojos azules de Ian me observaban tiernamente. Se estaba acercando, iba a besarlo...

Entonces me desperté.

Puta Courtney, siempre tiene que hacerse presente en el peor momento. ¡Iba a besar a Ian Somerhalder!

Intento alcanzar el teléfono, el cual está en la otra punta de la mesilla de noche. Un poco más, solo un poco más... Joder. Ahora la lámpara estaba en el suelo. Y el despertador. Y la figurita de cristal. La mañana no podía empezar peor.

De Courtney

April. Esta noche. Fiesta. Casa de Aiden.

Sinceramente no me apetecía en absoluto ir. Las fiestas en esta ciudad se basan en putos borrachos y adolescentes hormonados enrollándose en cada esquina. Pero sabía que si no iba, Courtney me comería la cabeza hasta convencerme con el argumento de "es la última fiesta que hay antes de empezar el instituto, vamos April..."; y como siempre, acabaría aceptando. Prometo que la capacidad de persuasión de esa pelirroja es extrema.

Para Courtney

Está bien, pero por favor, no me obligues a emborracharme como la última vez Court, lo pasé realmente mal la mañana siguiente. ¿Ethan irá?

De Courtney

Obvio que irá. Es tu novio, y ninguno de nosotros podría perderse la última fiesta del verano.

Con nosotros se refiere a los populares.

Y no, ser popular no es tan fácil y placentero como parece. Es cierto que la forma en la que las chicas te miran, como si fueras un ejemplo a seguir (cosa a la cual ni te acercas) te hace sentir bien; o el poder saltarte la fila en la cafetería siempre que quieras, pese a que la comida siga estando igual de asquerosa.

Aun así no todo es perfecto, porque al mínimo fallo, caes. Y si caes, todo cambia. La gente te mira peor que a un nerd y se creen superiores a ti, cosa que antes ni se acercaban. Acabas sola.

Tener que fingir ser una plástica todos los días de tu vida tampoco es fácil, no cuando no naces siéndolo. Y yo, April Hale, tengo que interpretarlo cada día.

Sí, también pienso que he nacido para ser actriz.

Salgo arrastrando los pies de mi habitación. Mientras bajo las escaleras, un delicioso olor a tortitas inunda mis fosas nasales. Apresuro el paso hasta llegar a la cocina.

- Bicho. -Dice mi hermano. - Mamá ha dejado tortitas en la encimera.

- ¿Vendrás hoy a la fiesta? - Pregunto mientras me sirvo el desayuno.

- Claro hermanita, nunca me perdería algo tan épico. - Contesta riéndose, lo que provoca que algún trozo de tortita salga disparado hacia mi dirección. Ugh.

- ¿Y a qué puta te llevarás hoy?

- A Courtney. - Debo de haber oído mal. Por favor, decirme que he oído mal.

- ¿Es una jodida broma Sean? ¿Cómo que a Court? ¡No vas a llevarte a mi mejor amiga! - Digo alterada. Me niego a que Courtney se acueste con mi hermano... Una imagen depravada viene a mi mente. Fuera, fuera, fuera.

- No es como si fuese una santa April, qué más da. Solo una fiesta, solo un polvo.

- Eres asqueroso.

- Viene de familia.

- Púdrete, Hale. -A veces lo odiaba.

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