of sketches and paintings | annyeongz

II. Daydream.

Resultó que no estaba permitido pintar en la biblioteca, y Yujin se enteró después de intentarlo y de que la sacaran a ella y a Wonyoung. Wonyoung sabía que debería haberse enfadado, porque en realidad, era una estupidez, pero en lugar de eso se rio de la expresión de total desconcierto en la cara de Yujin.

Se trasladaron al apartamento de Yujin porque estaba más cerca que el de Wonyoung, y de todas formas Yujin había olvidado algunas cosas allí. Wonyoung tomó asiento en el escritorio de Yujin, que antes no utilizaba, un poco incómoda y cohibida mientras Yujin arrastraba un caballete y una pequeña montaña de otros materiales de arte que ni siquiera podía empezar a nombrar. Encendió la lámpara del escritorio y abrió su libro de texto, aunque se detuvo para mirar a la estudiante de arte con incertidumbre.

—¿Está bien así? ¿Necesitas que me mueva o algo?

—Estás perfecta, está bien así —Yujin dijo con una sonrisa, y Wonyoung sólo se sintió un poco más tranquilizada—. Sólo haz tu tarea, y yo haré la mía. No pienses tanto.

No pienses.

«Sí, claro.»

Wonyoung suspiró, relajó los hombros y abrió el libro de texto por el capítulo en que se había quedado. Ella destapó su marcatextos rosa y empezó a leer, dejando que su mente se perdiera en los detalles de la reacción más amable hasta que se olvidó, casi por completo, de que estaba sentada en un apartamento desconocido mientras una chica alta a la que apenas conocía pintaba un cuadro de ella.

Ella trabajaba en silencio, y Yujin pintaba con los auriculares puestos, el más leve sonido de rap escapándose por los espacios libres y dejando escapar ruido blanco en el aire. No fue hasta que se levantó para ir al baño que Wonyoung se dio cuenta de que Yujin estaba pintando con las manos, un enorme lío de colores, pintura hasta más allá de los codos y en su cabello azul.

—Esto es sólo la base —dijo Yujin, limpiándose la nariz y llenándosela de púrpura—, todavía queda mucho por hacer. —Wonyoung se encogió de hombros como si lo entendiera, porque no lo entendía, aunque le pareció distinguir el contorno de una oreja y la comisura de la mandíbula—. Puedes venir mañana otra vez, ¿no?

—Claro, supongo.

El horario de Wonyoung necesitaría algunos ajustes.

♡

Wonyoung trató de quitarse el sueño que tenía y se sonrojó mientras el profesor hablaba. Todavía no se había acostumbrado a su nueva rutina, tal vez porque la palabra "rutina" se ajustaba muy poco a ella. Que se despertara y fuera a clase no había cambiado, pero ahora iba al apartamento de Yujin en vez de a la biblioteca y estudiaba allí hasta que su estómago empezaba a sonar. Últimamente se quedaba incluso después y Yujin le compraba comida para llevar y se reían con algo sin sentido en la tele. Más tarde encontraba pintura en su ropa y se preguntaba cómo había llegado hasta allí, y sólo cuando se acostaba en la cama, pasada su hora habitual de acostarse, recordaba la mano de Yujin en su espalda, en su hombro o en su rodilla.

Sacudió la cabeza de repente, dándose cuenta de que se había perdido al menos dos minutos de lo que el profesor había estado diciendo, y maldijo en voz baja.

Jang Wonyoung no soñaba despierta en clase.

Tomaba notas detalladas, las codificaba por colores y avanzaba un capítulo en todos sus libros de texto, y desde luego no iba a dejar que una estudiante de arte con cabello azul se apoderara de sus pensamientos la semana antes de los parciales.

Excepto que se dio cuenta de que realmente no podría, cuando se cruzó con Yujin en la acera entre clases, con la misma ropa que ayer y riendo mientras decía "¡Hola, Wonyoung, llego tarde pero te veo luego!".