CAP.1

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Todo empezó un cálido verano en la casa de mis abuelos. Mis dos hermanos, mi madre y yo siempre íbamos a pasar parte del verano allí.
Mi padre, en cambio, tenía que quedarse en nuestra pequeña casa en Chicago; solíamos hablar con él tres días por semana, aunque no siempre era así.
Era 14 de julio, y a mi, me tocaba despedirme de mis amigos durante unos meses, nos daba pena, pero, yo en el fondo tenía muchas ganas de ir a esa pequeña casa en la playa. Allí, tenía varios amigos, que llevaba sin ver al rededor de un año.
-Vamos, Hera, ya es hora de despertarse. Me dijo mi madre.
-Ya voy, mamá. Dije.
Con un moño mal hecho, la cara hinchada, y, apenas con los ojos entreabiertos; me levanté, y, me fui al baño a lavarme la cara. Después, bajé al salón.
-Buenos días Tayler.
-Hola Noah. Dije con voz todavía ronca.
Fui a nuestra pequeña cocina americana y cogí unas galletas. Tayler y Noah, mis hermanos, estaban jugando, mientras yo contaba los segundos para ir a aquella casita.
-Hera, mañana a las 8:00am saldremos hacia la casa de tus abuelos. Dijo mi madre mientras planchaba.
-Vale mamá, ahora hago la maleta. Respondí mientras me comía mis galletas.
Eran al rededor de las 11:30am, guardé mis galletas y me fui a hacer la maleta.
Abrí la parte del armario que usábamos para guardar mochilas, maletas, y alguna que otra sábana y... me encontré con esa maleta que llevaba meses sin abrir.
También, me cogí una mochila cómoda para el viaje. Al coger aquella maleta sentí algo dentro de mí que me decía que este verano iba a ser especial.
No sabía exactamente porqué pero tenía ese presentimiento.
Por fin, después de algo cerca de la hora, terminé mi maleta y bajé a comer.
Cuando bajé saludé a mi padre que acababa de llegar de trabajar. Después de comer me vi una película con Tayler y Noah mientras mamá hacía su maleta y la de mis hermanos, y papá dormía un rato.
Eran al rededor de las 17:30pm y yo me fui a preparar porque había quedado con mis amigos para despedirme.
Me subí a cambiar, al rato bajé, y mi mamá dijo:
-No llegues tarde, que mañana madrugamos.
-Vale mamá, estaremos en la piscina de Odrid y después cenaremos en casa de Emma. Dije.
-Vale, ten cuidado. Dijo mamá.
Me despedí de mis hermanos, de mi madre y de mi padre, y me fui.
La casa de Odrid se encontraba a unas dos manzanas de la mía; cuando llegué nos estuvimos bañando y escuchando música, después nos fuimos a cenar a casa de Emma unas pizzas y sobre las 22:30pm me fui a casa.
Cuando llegué mamá estaba dejando todo preparado para mañana y yo todavía no me creía que por fin iba a ir allí.
Mis hermanos y mi padre ya se habían acostado, así que, yo subí a mi habitación me puse mi pijama y dejé todo preparado. Me tumbé en mi cama y me puse a pensar... Tenia muchas ganas de ir por todo, pero había algo que lo hacía especial.

UN VERANO SIN TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora