La noche se hacía presente y mi pequeña Akiko se veía más triste de lo normal, por lo que le pregunte que pasaba-¿porque estas tan seria?
-es que vi a una chica, se parecía a mamá- esas palabras hicieron que mis sentidos se alarmaran, por alguna razón mi corazón pesaba, no toleraba la idea de ver sufrir a mi pequeña y ocultarle las cosas de su madre aún más-se parecía mucho a la mujer del cuadro, sus ojos y pestañas grandes, cabello claro, se parece mucho a mamá-mi pequeña hija tomo con fuerza mi mano, se que quería llorar pero se aguantaba- tal vez me hubiese gustado verla
-tu sabes que mami te quiere mucho a pesar de que ya no se encuentre con nosotros- me dolía mentirle, pero no quiero que averigüe más sobre su madre, no quiero que sufra y que se entere que su madre la abandono... nos abandonó - seguro mamá está feliz por todo lo bueno que logras y lo mucho que has cambiado a papá- dije mientras la tomaba en mis brazos y le depositaba varios besos en sus pequeñas y pecosas mejillas rosas, provocando así la risa de mi hija y que jugueteara con mi cabello.
entramos a nuestro cuarto de hotel y ella me pidió que le pusiera la pijama
-déjame cambiarme primero, estoy muy sudado
-bien pero luego me cuentas un cuento-rio la pequeña tirandose a la cama
-señorita eso es soborno
-tal como tu papá- me dijo lanzándome una almohada, esta niña era un torbellino
me cambie y luego cambie a Akiko para ya acostarla y que durmiera
-padre cuéntame una historia- me tomo de mi manga
-¿que quieres que te cuente?
-como conociste a mamá, nunca me hablas de ella y quiero saber
-bueno pues estaba trabajando y de momento la vi entrar y se dirigió por donde yo estaba sentado con un compañero de trabajo y ya
-¿es todo?
-es todo- concluí, pero la pequeña no conforme con mi respuesta hizo un puchero y se paró de la cama para sacar algo de su bulto, ahí vi que era un foto en miniatura de su madre, una donde ella estaba en el jardín y se tocaba su gran estómago mientras lo miraba con ternura
-¿de donde sacaste eso?
-secreto- me dijo llevándose un dedo a los labios. Vi como ella abrazo con fuerza la foto y yo quería hacer algo pero no sabía que hacer, trataba de que crezca como una niña normal, pero conmigo es imposible, a veces no se como tratarla, a veces pienso que no se como ser un padre; las tocadas de la puerta me sacaron de mi trance y me paré y mire quien era
-¿que se te ofrece Alluka?
-Killua no regresa aún- me dijo esquivando mi mirada- podemos hablar afuera- mire dentro y Akiko emperezaba recién a conciliar el sueño, asentí y cerré la puerta
-se que ella está aquí y- su mirada y el jugueteo con sus dedos me indicaban nerviosismo, además aún no me miraba
-a que quieres llegar con esto Alluka, la vi hace unos instantes, traté de que Akiko no se percatara pero se dio cuenta, sin embargo me da miedo que ella descubra la verdad
-sinceramente creo que ella no se acercaría más a nosotros-por fin me miro- me enteré de cosas que la verdad me tienen enojada
-dime
-es que ella ahora sale con otro hombre y tengo un coraje atorado, más porque no es con cualquier hombre, es un cazador, ex miembro del zodiaco- mis ojos se abrieron más de lo normal, a pesar de no expresar tanto- sim duda Aria es una interesada, además ese hombre tiene un hijo
-¿enserio?- que ironía ¿no?, Aria no quiso hacerse cargo de su hija pero si cuida de alguien más, pensé
-su hijo no es cualquier persona, es Gon
-¿Gon? ese Gon?- Alluka asintió- iré a tomar aire un momento, quédate con Akiko, subí al elevador y mis pensamientos eran un torbellino, ¿acaso Aria nunca me quiso?, ¿acaso su embarazo fue porque quería mi dinero? el sonido del elevador parando me indicó que las puertas se abrían y ahí estaba ella, su cabello claro revuelto, esas mejillas rosadas y pecosas, sus hermosos ojos que hipnotizan a cualquiera
La chica entró rápido al elevador y presionando el piso mal alto de la azotea, no se que planeaba, pero no dije ni una palabra, solo deje que aquella chica me llevara a la azotea jalándome de la muñeca y un sentimiento raro, entre felicidad y nostalgia surgiera dentro de mi, me hacía recordar los viejos momentos que vivimos cuando aún era feliz a su lado
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