#𝐑𝐄𝐅𝐋𝐄𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍𝐒| one shots tom kaulitz★ Summary; tu y Tom siempre parecían odiarse, eso hasta que una noche sucedió lo que ambos tanto esperaban aunque no quisieran aceptarlo. . . +¹⁸
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Te recibió una agradable brisa cuando saliste al balcón para fumar.
Estabas arreglada, con el pelo recogido, tacones, y un simple vestido, como todas las noches durante tu estadía en esa ciudad.
No eras parte de Tokio Hotel, pero habías estado cerca de la banda desde la infancia, e insistieron en llevarte de gira con ellos.
Cerraste la puerta corrediza detrás de ti y caminaste hacia la barandilla, poniendo el cigarro en tu boca y colocando el encendedor debajo de él, levantando tu mano para protegerlo del ligero viento.
Intentaste encenderlo varias veces, pero no salió ninguna llama. Levantaste el encendedor y suspiraste por la falta de butano.
Estabas a punto de ponerte en marcha y pedirle a alguien un encendedor en el club cuando la puerta se abrió de nuevo detrás de ti.
Giraste un poco la cabeza para ver a Tom saliendo al balcón, con un cigarro en mano.
Gemiste internamente. Razón de más para marcharse.
Le diste una última oportunidad a tu encendedor, antes de suspirar y darte la vuelta para irte.
Diste un paso cuando de repente su voz te detuvo, ─── ¿Necesitas un encendedor?"
Te volviste hacia él medio torpe. De acuerdo, tal vez esto no sea incómodo. Solo sé civilizada.
─── Oh, sí. Gracias.───
Regresaste a la barandilla y atrapaste el encendedor que te arrojó, era simplemente rojo. Le diste una sonrisa con los labios fruncidos y encendiste el cigarrillo.
Tomaste una calada e inmediatamente sentiste que el alivio invadía tu cuerpo.
Tus ojos se dirigieron a Tom nuevamente para verlo mirándote.
─── Oh, lo siento,─── titubeaste, se lo lanzaste hacia las manos, siendo rapidamente atrapado por el. ─── Gracias.───
Asintió con la cabeza y se lo guardó en el bolsillo.
Miraste hacia abajo a la bulliciosa ciudad que estaba llena de vida. El cielo crepuscular sobre las diversas luces, los autos, la gente. Amabas momentos como estos, era pacífico.
Mientras tomabas otra calada, notaste el silencio algo cómodo en el que ambos estaban. Internamente te reíste al pensar que Tom no siempre era tan imbécil.
─── ¿Entonces a dónde vas? ───
Tu cabeza se giró hacia él, ligeramente sobresaltada por la repentina intrusión de la paz.
