Miércoles 8 de noviembre

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-Will, la voz del psiquiatra interrumpe los pensamientos del agente.

-¿Qué haces aquí?, pregunta enfurecido pero tratando de aparentar calma, levantándose de su cama.

-Necesitaba verte. No perteneces aquí, agrega apesadumbrado.

-Deberías haberlo pensado antes de incriminarme por todo esto.

-No -interrumpe Hannibal-, Will debes salir y es lo único que me interesa. No vengo a discutir, solo vengo a buscar una salida junto a tí.

-Vete a la mierda, Lecter. Mi única salida es si tú estás de este lado.

Hannibal se derrumba al escuchar al agente llamarlo por su apellido. Entiende su enojo pero no está dispuesto a aceptarlo.

-Se puede apelar.

-Dije que te vayas a la mierda. Si no estás dispuesto a cambiar lugares entonces no tiene sentido que aparezcas por aquí. Realmente este juego me cansó.

Will pasa sus manos por la cara, hastiado. Se acerca a la reja y mira fijamente al doctor.

-Por favor, vete. Ya me has arruinado lo suficiente.

Hannibal se acerca a él y lo toma por las mejillas.

-Will, no puedo despegarme de tí. Entiéndelo, aunque no venga a verte estás 24/7

en mi mente. ¿Entiendes eso?

Graham se siente identificado porque a él le pasa lo mismo, solo que sin estima por el doctor. Al menos la fascinación se diluyó en el momento en que el doctor lo condenó al hospital psiquiátrico.

-Will, te amo, agrega Hannibal quien no lo suelta. Ambos se miran fijamente a los ojos. Will nota los ojos llorosos de Hannibal y apoya sus manos sobre las del psiquiatra.

-¿Cuánto te tomó pensar en esta nueva forma de manipulación?

Hannibal cierra los ojos y una lágrima cae. Will lo suelta y marcha hacia atrás.

-Deberías irte, Hannibal. No hay nada aquí para tí.

El médico se retira y la soledad y el silencio toman de rehén nuevamente al agente.

Las horas pasan y no puede quitarse de la cabeza el cinismo de las palabras de Lecter.

-¿Que me ama? ¿Qué busca con esa "confesión"?

Recuerda las cámaras con sonido y mira una de ellas.

-Dime Frederick Chilton, ¿qué es lo que busca, eh?

-No creo que te vaya a escuchar, se oye decir a lo lejos.

-No sabía que ya era la hora de verte.

-Pierdes la noción del tiempo en este agujero. ¿Es eso lo que deseas para el resto de tu... existencia?

Will solo se limita a mirar a Matthew y él sonríe.

-¿Qué querías que te respondiera Chilton?

-Vino Hannibal y pidió perdón de una manera muy particular. Dijo que me amaba.

-Ah, la Barbie psicótica... El Dr. Lecter es el último romántico.

-¿La qué?, pregunta Will entre risas.

-Si buscas demostraciones de amor atípicas, podría mostrarte una isla en forma de corazón. No anatómicamente correcto, por supuesto.

Will lo mira y agrega -déjame adivinar, en Croacia. Matt asiente y le entrega una cajita de cartón.

-¿Por qué ese lugar?, inquiere Will. Mira la caja y la abre.

-Es Slijvivica, un licor hecho a base de ciruelas.

Will observa la pequeña botella y asiente con la cabeza, aprobando la decisión del guardia.

-¿Por qué Croacia? Allí se encuentran los mejores atardeceres del mundo. El mismo Hitchcock lo dijo, agrega y le entrega la bandeja con la cena.

-¿No hay cena especial hoy?

-Te traje el postre, afirma, le roza la mano al agente y se retira.

Will deja la bandeja, mira la botella y la esconde bajo su almohada. Él sabe que esa noche se masturbará.

Solo dime si vienesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora